XII

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Sonaron el gong como señal de que podían empezar a pelear, ambos corrieron en dirección al otro, gritando. Chocaron sus puños, luego se apartaron un poco, Natalia empezó a dar una serie de puñetazos y patadas, pero Piccoro los esquivaba, aunque le costaba mucho trabajo, ella era muy rápida. Hasta que finalmente logró golpearlo en el rostro, un poco de sangre color morado salió de su boca, se la limpió y sonrió.

-Nada mal, pero sinceramente creí que podías hacerlo mucho mejor- dijo burlonamente, quería hacerla enojar a toda costa, él sabía de lo que eran capaces los sayajin cuando se enojaban.

Natalia empezaba a desesperarse, quería desquitar todo su enojo en él, así que elevó su ki y un resplandor dorado la rodeó, Piccoro se alejó, ella se movió rápidamente, apareciendo delante de él y lo golpeó en el estómago.

-¿Así está bien?- dijo cínicamente.

-Perfecto- dio un gran salto, Nati lo alcanzó de inmediato.

De nuevo empezaron a intercambiar puñetazos, pero no lograban darse ningún golpe, iban tan rápido que nadie del público podía verlos, solo algunos de los guerreros z. Nati se descuidó un momento, Piccoro le pegó con su rodilla en el estómago y luego en la espalda, lanzándola hacia la plataforma.

Su choque en el suelo provocó que se levantara mucha tierra, Piccoro se quedó en el aire, esperando que Natalia fuera hacia é; en lugar de eso una enorme bola de energía se dirigió a él con gran velocidad, apenas pudo esquivarla, al regresar la vista al frente Nati ya estaba ahí, lo golpeó con gran fuerza en la cara y luego en el estómago, varias veces.

-Esto es por lo que me hiciste- dijo con mucha rabia, Piccoro ya no podía esquivarla, era tan rápida que sus movimientos eran difíciles de leer.

Igual qué el lo había hecho, lo golpeó en la espalda con sus dos puños juntos para lanzarlo al suelo. Ella se dirigió a la plataforma. Piccoro se levantó con dificultad.

-Fue el peor error que he cometido- le dijo, se limpió la sangre de la boca de nuevo.

-¿Sabes que es lo que más me hace enojar?- dijo Nati, apretando los puños- Que te fuiste si decir nada, solamente que no estabas listo- de nuevo de elevó su ki- Si hubieras hablado conmigo sobre eso, habría aceptado que viviéramos juntos sin estar casados- su cabello se erizó más de lo que estaba- ¡Pero no lo hiciste!- gritó.

Estaba produciendo mucha energía, aún no había aprendido a controlar del todo su poder de súper sayajin; se lanzó a toda velocidad hacia Piccoro con la intensión de golpear su cara, pero él pudo esquivarla y la pateó.

-Quería explicarte, pero- Natalia volvió a intentar golpearlo, el se defendía poniendo sus brazos delante- Tenía miedo de tu reacción.

-Deberías tenerme miedo ahora.

-En realidad, me encanta- tomó uno de sus brazos y se lo dobló por la espalda- pero me gusta más tu cabello rojo- le dijo tiernamente en el oído.

-¡Suéltame!- dijo desesperadamente, tenerlo tan cerca hacía que su corazón se acelerara- Por favor, basta- decía, pero no por que la estuviera lastimando, si no por que sabía que terminaría cediendo ante él.

La soltó, ella se alejó rápidamente, lucía agitada y le costaba trabajo respirar.

"¿Qué me pasa?, estoy muy cansada"- pensó, ya no podía enfocar bien la vista, entonces cayó de rodillas y se sostuvo con las manos.

-Se esta esforzando mucho, su cuerpo no está acostumbrado a tanta energía, dos años de entrenamiento no son suficientes- dijo Vegeta, Piccoro lo escuchó perfectamente.

-No me daré por vencida- dijo Natalia, corrió hacía Piccoro muy lentamente, ya que el cuerpo le pesaba demasiado. Quiso darle un golpe, pero de repente regreso a su estado normal y se desmayó. Por suerte Piccoro la sujetó antes de que cayera al suelo.

-EHH... LA PARTICIPANTE NATALIA ESTA INCONSIENTE, ¡PICCORO ES EL GANADOR!- dijo el hombre del micrófono.

-Renuncio- dijo- solo quería pelear con ella- comenzó a flotar con Nati en sus brazos.

Quería llevarla a algún lugar para que pudieran hablar tranquilamente, y sobre todo a solas. Voló hasta una laguna, uno de los tantos lugares donde había estado meditando. Buscó un árbol con sombra, recorrió el lugar con la mirada y encontró un enorme roble, dejó a Nati en el suelo con delicadeza, y la miró, como hace mucho tiempo deseó hacerlo.

Piccolo... in love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora