XI

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"Hoy es el cumpleaños de mi hija, Akemi. Es el segundo que pasa, y yo no estoy a su lado. He olvidado como es su rostro, probablemente ella no me recuerda, me fui cuando aún era muy pequeña. Soy un idiota, eso es lo que soy.

Natalia, te extraño, anhelo tus besos, sentir tu piel junto a la mía, o por lo menos ver tu sonrisa una vez más. Cometí un error muy grave y no tengo el valor suficiente para darte la cara y pedir tu perdón.

Perdí a las dos personas más importantes de mi vida, todo por miedo; miedo a olvidar lo que soy, un guerrero, pero ¿de qué sirve eso? Ahora estoy muerto en vida, estoy completamente solo en el mundo. Desearía regresar en el tiempo, decir un simple "acepto" para cambiar todo este sufrimiento por la felicidad.

Natalia; quizás no todo está perdido, tal vez estas esperando, junto con Akemi a que yo regrese, para volver a ser la familia feliz que solíamos ser. Ojalá esto sea un terrible sueño, del que pronto despertaré, y entonces poder casarnos, como antes lo habíamos soñado".

Algo interrumpió los pensamientos de Piccoro, alguien había llegado a donde el estaba meditando.

-Ah, eres tú Gohan.

-¿No va a ir?- dijo.

-Creo que conoces la respuesta.

-Por lo menos debería intentarlo.

-No podría mirar a Natalia a los ojos.

-Solo es una opción, pero no es por eso que vine- se acercó- Mi papá quiere participar en el próximo torneo de artes marciales, también entrarán Goten, Vegeta, Trunks y Pan ¿Usted quiere ir?

-Tal vez solo iré a verlos, ya no estoy a su nivel- fingió una sonrisa.

-Entonces nos veremos ahí- se fue volando.

-"Tiene razón, iré a ver a Akemi"- se levantó y se fue volando.

Estaba más cerca de la casa de Sophie y Nati de lo que el creía, aunque solo habían pasado dos, la casa lucía completamente diferente. Llegó y se paró enfrente de la puerta, su corazón empezó a acelerarse, levantó su mano para tocar la puerta, lo dudó unos segundos, pero su agudo oído le permitió escuchar una pequeña voz que no conocía.

-Tía ¿Dónde está mamá?

-No lo sé, seguramente no tarda- respondió Sophie.

-Ayer tampoco estuvo aquí- dijo Akemi muy triste.

-Es que... ha estado ocupada.

Entonces sonó el timbre. Sophie corrió a abrir, cuando vio Piccoro parado en la puerta se molestó.

-¿Se puede saber que quieres?

-Es el cumpleaños de mi hija, vine a verla.

-Pues creo que eso no se va a poder.

-¿Dónde está Natalia?

-No se, hace dos días que se fue y no regresa-se cruzó de brazos- Se ha vuelto distante, a veces se va por varios días y cuando regresa esta herida o enferma. Cuando duerme en su habitación llora por horas...

-Ya basta- dijo Piccoro- Ya se que fue mi culpa, pero quiero remediarlo.

-Será mejor que te vayas- de escucho una voz detrás de él, Piccoro volteó, era Nati, tenía muchas heridas en el cuerpo y su ropa estaba rasgada.

-Natalia... por favor perdóname- tomó su mano.

-Te perdono- se soltó- pero quiero que te vayas de aquí y no vuelvas.

-Pero...

-¡Vete!- gritó.

Piccoro se fue, deseaba ver a su hija, pero las dos mujeres se lo impidieron, no podía borrarse la imagen de Nati, no era la misma persona de hace dos años, el odio se reflejaba en sus ojos y el tono de su voz se volvió agresivo.

Cuando ya estuvo lo suficientemente lejos de ahí se detuvo y bajó al suelo, su corazón le dolía, había sido perdonado, pero eso no incluía regresar con Nati. Sin darse cuenta cayó de rodillas y empezó a llorar, algo que no había hecho hace muchos años.

Días después, los guerreros Z se reunieron para el evento que más disfrutaban: el torneo de artes marciales.

Todos estaban reunidos, se quedaron unos minutos platicando.

-Papá será mejor que vayan a inscribirse, si esperan más tiempo no podrán participar en el torneo- dijo Gohan.

-De acuerdo. Entonces Piccoro ¿no vas a participar?

-No, solo los veré.

-Bueno, entonces ya nos vamos.

-¡Esperen!- se oyó un grito- Yo también participaré- llegó hasta ellos una chica de cabello corto y rubio, de ojos verdes.

-Natalia, veo que has estado entrenando como te lo sugerí- dijo Goku.

Piccoro se quedó impresionado, Nati había alcanzado el nivel de súper sayajin. Ansioso por ver sus nuevos poderes cambió de idea.

-Creo que si participaré con ustedes- le dijo a Goku.

-Me alegra oír eso. Entonces nos vemos después- se despidieron de los demás.

Caminaron hasta el lugar de los registros, Piccoro intentaba hablar con Nati, pero ella lo ignoraba o lo evadía.

-Necesitamos hablar- le dijo poniendo su mano en el hombro de ella.

-Tu y yo no tenemos nada de que hablar.

-Por favor- dijo Piccoro, ella volteó a verlo, parecía sincero, se sintió débil y solo por un instante quiso besarlo, sentir sus labios contra los suyos, poder decir "te amo, te necesito conmigo", pero hizo un esfuerzo sobre humano por contenerse.

-¿Qué quieres?- trató de sonar lo más ruda posible.

-Sobre lo que pasó el día de la boda... yo...

-Si vas a hablar sobre eso será mejor que lo olvides, yo fingiré que nada pasó entre nosotros y te sugiero que hagas lo mismo.

-Pero jamás podrás hacerlo, ¿Qué hay de Akemi?- Nati no respondió, por suerte los llamaron para hacer la selección de los participantes del torneo.

Por supuesto quedaron: Goku, Pan, Vegeta, Trunks, Goten, Majin Buu, Uub, Piccoro, Natalia y Mokeko (solo para que haga su pelea con Pan jiji xD)

-¡AHORA LOS PARTICIPANTES DEBERÁN TOMAR UN NÚMERO PARA DETERMINAR EL ORDEN DE LAS PELEAS!- dijo el hombre del micrófono.

Piccoro escuchó cuando Goku le dijo a Majin Buu que usara su magia para hacer que peleara con Uub, así que decidió pedirle el mismo favor.

-Necesito que hagas que me toque pelear con Natalia- le dijo con voz muy baja para que ella no escuchara.

-De acuerdo- respondió con una sonrisa.

Cuando los nombraron, a ella le tocó el número cinco, mientras que a él el número seis.

-Creo que hoy no es mi día- se dijo a sí misma.

Comenzaron las peleas, primero fue turno de Pan contra Mokeko, la niña ganó con mucha facilidad. Después les tocó a Goku y a Uub, dieron una muy buena pelea pero entonces se fueron del torneo para entrenar juntos.

Por fin llegó la hora de la pelea de Piccoro y Natalia, los dos subieron a la plataforma y se miraron.

-Quiero que me demuestres que tan fuerte te has vuelto- dijo Piccoro quitándose su capa y su turbante (o lo que sea que trae siempre en la cabeza).

-No tendré compasión contigo- Nati se puso en posición de pelea- pagarás por lo que me hiciste.

-QUECOMIENCE EL COMBATE- dijo el hombre del micrófono.    

Piccolo... in love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora