VI

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Pasó una semana, Natalia y Piccoro eran más felices que nunca, constantemente gozaban de estar juntos. Dende y Mr. Popo querían darles su privacidad y ya iban a ver al Maestro Karin más seguido.

Pero habían dos personas que sufrir por la ausencia de Nati, su hermana y su madre no habían sabido de ella desde aquel accidente, un hombre les había contado (nada chismoso el señor verdad? ¬¬) que Damián le había disparado y un hombre de color verde se la había llevado. Ambas mujeres estaban muertas de la angustia, Sophie se sentía culpable por la discusión que tuvo con Natalia.

Sara, su madre, se preocupaba por el comportamiento tan extraño que había tenido su hija menor últimamente, incluso llegó a pensar que estaba metida en drogas o algo parecido. Sophie y Sara fueron con la policía, pero no sirvió de mucho.

Un día Natalia tuvo un sueño, se dio cuenta de que extrañaba a su madre y a su hermana, así que le pidió a Piccoro que la llevara a su casa, esta vez estaba lista para enfrentar la realidad; había dejado todo para estar con él, la universidad, su hogar, sus amigos, pero ya nada de eso importaba.

-De verdad quiero volverlas a ver, pero siento como si estuviera dejando un sueño, uno muy hermoso.

-Pero esto es real- acarició su cabello- Te acompañaré a cada momento, te lo prometo.

-Si estás ahí me sentiré más segura, y además servirá que conoces a tu suegra y a tu cuñada- sonrió Nati.

-Oh... diablos.

La cargó y voló a la ciudad donde vivía ella. Cuando llegaron a casa de Sophie, Nati se sintió nerviosa, no podía imaginarse sus reacciones al verla de nuevo, y cuando se enteraran con quien había estado esos días.

-No puedo, vámonos.

-Es mejor que lo hagas ahora, si te tardas más días podría ser mucho peor.

-Bueno- sujetó su mano con fuerza- no tengo mis llaves, tendré que tocar el timbre- tragó saliva y oprimió el botón.

Sophie se encontraba preparando algo de café cuando sonó el timbre.

-Mamá ¿Puedes abrir? Estoy ocupada.

-Ya voy- Sara abrió la puerta.

-Hola...mamá- saludó.

-Hija- la abrazó con fuerza- Creí que jamás volvería a verte- lloró.

-Te extrañe mucho.

-Dime ¿Estás bien? ¿No te pasó nada?

-Estoy bien- se sonrojó- Quiero presentarte a alguien- señaló a Piccoro.

Sara lo miró fijamente, él se puso nervioso.

-¿Quién es él?- dijo seriamente.

-Él es Piccoro, mi novio.

-Tu ¿Queeeeeeeeeeeee?- gritó Sophie.

Todos entraron en la casa, las tres mujeres estaban tomando café, Piccoro solo tenía un vaso de agua. Les contaron a Sophie y a Sara lo que había pasado.

-Esta bien, intentaré no enojarme por que sé que eres feliz- dijo Sara- pero nada justifica que te hayas ido sin decir nada. Ni mucho menos que dejaras la escuela.

-Tienes razón- dijo con la mirada baja.

-Creo que me dan ganas de matar a alguien llamado Damián- dijo Sophie.

-Hermana, olvídate de ese idiota, no tiene caso- dijo Nati riéndose.

-Bueno- dijo Sara- debo agradecerte, mi hija sigue viva gracias a ti, la has salvado en dos ocasiones- Piccoro se sonrojó- Pero prométeme que no vas a interrumpir los estudios de mi hija hasta que termine su carrera.

Piccolo... in love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora