Piccoro entró en la casa después de una mañana de meditación mientras Nati dormía, ya eran casi las dos de la tarde, camino a la cocina para tomar agua y vio una nota:
Hola amor: Como ya te diste cuenta no estoy en casa, Sophie vino para llevarme al doctor ¬¬. Volveré pronto. Te extrañaré. Atte. Natalia
Ya habían pasado dos meses desde que se mudaron a esa casa. Cuando cada mes Sophie se llevaba a Nati a ver al médico la casa se sentía muy vacía, solo hasta que llegaban parecía iluminar todo con su presencia. Siempre regresaba extremadamente feliz, ya que el bebé estaba creciendo sano y fuerte.
El vientre de Natalia comenzaba a notarse un poco, los mareos y nauseas cada vez eran menos, pero su apetito aumentaba.
Le recomendaron que caminara de ves en cuando, así que en las tardes salían los dos a pasear.
-Espera- dijo Nati.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- pregunto Piccoro preocupado.
-Creo que se mueve- tocó su vientre y luego tomó la mano de él- siéntelo.
Piccoro acarició su vientre, se sentían pequeños movimientos, pero unos segundos después se detuvieron.
-Los amo a los dos- dijo mirando a Nati y la besó.
Era extraño para él, amaba a Nati, pero también al bebé, era como si su corazón tuviera suficiente amor para cada uno, lo único más hermoso que tenía en el mundo.
-La próxima vez que Sophie me lleve al doctor quiero que vayas, así veras al bebé.
-Verlo ¿Cómo?
-Con un aparato que sirve para especialmente para embarazadas- dijo abrazándolo- aunque no se ve muy bien.
-De acuerdo, iré.
A lo largo de todo el siguiente mes, Piccoro sufría... pero por los antojos de Nati, trataba de cumplirlos todos para que estuviera bien. Un día se le antojaban frutas fuera de temporada, postres, comida china, etc. Luego venían desequilibrios hormonales.
-¿Por qué lloras?- preguntaba Piccoro.
-No se T.T- decía ella.
El día de visitar al doctor había llegado, Sophie, como de costumbre fue por Nati en su auto.
-Muy bien vamos, se nos hace tarde- dijo Sophie a su hermana.
-¡Amor, llegó mi hermana!- gritó.
-¿Él irá?- dijo Sophie.
-Si, no hay problema ¿verdad?
Los tres subieron al auto, a Piccoro no le agradaba vestirse como persona normal, ni mucho menos ir en auto, pero todo lo resistía por ella.
En el hospital la gente volteaba a ver a Piccoro, iba tomado de la mano de Nati, trataban de ignorar lo que la gente decía. Llegaron al consultorio, el doctor preguntó si Piccoro era el padre del bebé, sobra decir cuál fue su rostro al ver la respuesta afirmativa. o_O
Pasaron de inmediato a la sala de ultrasonido, en la pantalla el bebé se veía tan pequeño y hermoso, el doctor señaló su cabeza, sus manos, sus pies...
-¿Qué rayos es eso?- dijo el doctor.
-¿Hay algo malo?- dijo Nati asustada.
El doctor no contestó, veía la pantalla y sonrió.
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Piccolo... in love?
FanfictionLo que comenzó como un acto de ayuda, terminará como la más grande aventura que el guerrero Piccoro haya tenido: enamorarse. *Publicado originalmente en fanfic.es (2010)*