El momento que siguió al beso fue como una película -y quizás era el momento más confuso de toda su corta vida-, Gemma se había acercado a él quizás por curiosidad, quizás porque solo deseaba hacerlo, ella no lo sabía, después él se acercó a ella, atrayéndola contra sí mismo, sujetándola con fuerza como si temiese que escapara o quizás que se evaporara en cualquier momento, en cuanto los labios de Matt rozaron los suyos, vio imágenes, como salidas de una película, imágenes que entre sueños ya había visto algunas veces, comprendió entonces que sus recuerdos habían regresado, tal como había dicho su médico, sus recuerdos regresaron de golpe, todos juntos, y los pequeños fragmentos que tenía antes parecieron insignificantes.
No sabía como, quizás había sido por el beso, quizás era lo que Matt le hacia sentir y las mariposas que sentía en el estómago en ese preciso momento.
No sabía como ni porque pero recordaba.
Recordaba absolutamente todo, especialmente lo que tenía que ver con Matt, el modo en cómo se conocieron, cada pequeña y cada gran discusión, recordaba todas las conversaciones con él que solían durar horas cuando hablaban por teléfono o simplemente cuando estaban frente a frente, recordaba sus coqueteos con las demás chicas, las miradas coquetas que cesaron justo en el momento en que ella le prestó la atención que él deseaba, cuando tuvo la certeza de que no jugaba con ella.
Recordaba también que jamás lo había besado, recordaba cada pequeño detalle de su relación y él pasado que ambos compartían.
Aun sin saber cómo podía ser posible cuando abrió los ojos Gemma se dio cuenta de que Matt la había sentado en el maletero del auto mientras la besaba, sin que ella se diera cuenta.
Casi sin quererlo se separó bruscamente de Matt, sobresaltándolo como si lo hubiera empujado a él y no a ella misma hacía atrás, levantó la mano dispuesta a darle una bofetada a Matt, pero no tenía mucho sentido ya que ella no había puesto resistencia en ningún momento durante el tiempo que duró el beso.
Matt siguió su mano con los ojos y cerró los ojos con fuerza cuando ella cerró la palma haciendo un puño con su mano, esperando un golpe que jamás llegaría.
— No vuelvas a pegarme otra vez, por favor — dijo Matt aún con los ojos cerrados
Gemma se apretó el puente de la nariz y cerró los ojos al momento en que no podía evitar soltar un suspiro.
— No pensaba ni pienso hacerlo, descuida.
Matt abrió los ojos al mismo tiempo que Gemma hizo lo propio, Gemma lo agarró por la camisa y lo acercó hacia ella misma besándolo nuevamente, a lo cual él no tardó nada en responder, cuando volvieron a separarse Matt la miró un tanto desconcertado o sorprendido.
— Había dado por hecho que me golpearías.
— Quizás... pero no pude hacerlo... no después de... todo — murmuró ella — Yo pensaba que... no sé...
— ¿Qué cosa, nena?
— Pensaba que quizás estabas mintiéndome en algo... en cualquier cosa. Incluso mi familia creía que podías mentirme... hacerme creer cosas que no eran ciertas
El rosto de Matt pareció descomponerse en una mueca de horror, perdió el color en las mejillas, Matt palideció del dolor que le causó la confesión de Gemma.
— Jamás te mentiría. En nada. Por insignificante que fuera.
— Lo sé — respondió ella — Y te agradezco eso.
Matt sonrió, aún pálido porque su familia creyera que él sería capaz de hacerle eso a ella.
Gemma volvió a besarlo, para tranquilizarlo, ya que ella no quería confesarle a Matt todas las imágenes que habían regresado a su mente, donde todo lo que pasaba era solo entre él y yo... y además carecía de importancia para ella mencionarlo ya que Matt lo recordaba todo.
— ¿Quieres que te lleve a casa? — Se ofreció Matt
Gemma se quedó pensando un momento, pero ella no podía tomar la decisión como si viviera sola.
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— ¿Fer? ¿Mi amor?
Fernanda puso los ojos en blanco y soltó una risita
— ¿Qué es lo que pasa, G?
— ¿Hay alguien en casa?
Fernanda se echó a reír nuevamente, en una risa casi histérica, intentando que con eso su hermana adivinara la respuesta.
— ¿Fernanda? Respóndeme ¿Sigues allí?
— Si, Gemma, aquí sigo. No, no hay nadie aquí. — Fernanda suspiró antes de añadir—: Lou y Lucas fueron a ver a Mariana y a Luz, creo que Lou va a pedirle permiso a la madre de Luz para llevarla de fin de semana a Oregón para... pues lo que piensa hacer, Lucas se va a ir con Mariana de campamento o algo así.
Gemma soltó una carcajada antes de seguir escuchando a Fernanda ya que no se imaginaba a su hermano de campamento, nunca le habían ido esas cosas a él.
— Ryan y Barbie están en una fiesta de Danya, mamá salió con Mati al cine y por algo de cenar.
— ¿Por qué no fuiste tú con ellas?
Fernanda volvió a poner los ojos en blanco.
— Me siento horrible, tengo el malestar de la temporada
Fernanda soltó una risita, por su metáfora sin sentido, y a pesar de que no podía verla Fernanda supo de inmediato que Gemma ponía los ojos en blanco durante su pequeña risita.
— Oh, vamos, G., ¿Estas de mal humor? Parece que eres tú la que tiene mi malestar.
— No estoy de mal humor, Fer. Lo siento. Entonces ¿Puedo ir a casa?
— ¿Te das cuenta de que pasan de las diez?
Fernanda escuchó como Gemma (quien había estado dando vueltas de un lado al otro) se detenía en seco y suspiró, pero no dijo nada.
— Tranquila, puedes venir. — Le dijo Fernanda — No tardes mucho para que llegues a tiempo antes que todos. Ah, y dile a Matt que aparque en la calle de al lado y pase a saludar.
— Claro. — notó que Gemma sonreía de oreja a oreja.
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En cuanto estuvieron a unas pocas manzanas de la casa de Gemma, Matt se detuvo en un semáforo con luz roja y la miró durante un momento.
Gemma soltó una risita nerviosa ante la mirada escrutadora de Matt.
— ¿Alguna vez te dije lo mucho que me gusta tu risa? — preguntó él
Gemma volvió a reírse sin querer antes de que Matt volviera a centrarse en el camino para seguir conduciendo.
—Creo que lo hiciste alguna vez — murmuró para sí. Luego en voz más alta le dijo a Matt — la siguiente calle puedes aparcar el auto, a partir de allí seguiremos y tardaremos dos minutos en llegar a mi casa.
Matt asintió en silencio, mientras Gemma sacaba el móvil del bolsillo y volvía a llamar a su hermana.
— ¿Fer? Gracias a Dios que eres tu quien responde el teléfono. ¿Llegó alguien ya?
— No, G., nadie, pero tienen que darse prisa, llegarán en cualquier momento.
— Llegaremos en dos minutos.
Hola, Hola
Bienvenidos a la segunda mitad de "Amensia al Despertar" (':
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Besitos :3
--M
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Amnesia al despertar
RomanceGemma S. Daniels es una chica común y corriente con propensión a los accidentes. Es tan propensa a los accidentes que incluso las personas que la rodean pueden estar vulnerables, a los 12 años cuando iba en el primer curso de secundaria conoce al ch...