15.- La pijamada

14 1 0
                                    

- Hola, Alex.

Lo primero que el chico miró al abrir la puerta fue el conjunto que llevaba aquella chica, falda tableada estilo escocesa, medias y botas negras, blusa holgada color blanco, suéter largo abierto color rojo, gafas de sol, y el cabello recogido en una coleta que lo hacía parecer dos centímetros más corto.

-Bueno... - Bromeó Alex. - Tú no eres la chica con quien tengo una cita esta noche.

Gemma se quitó las gafas de sol y se las colocó sobre la cabeza poniendo los ojos en blanco.

- Solo vine a recoger a Mia - Explicó ella - además ambos sabemos que si alguien de esta casa tuviese una cita conmigo, ese sería tu hermano. No tú.

Alex levantó ambas manos en señal de rendición sin dejar de sonreírle a su mejor amiga.

- ¿Por qué me vez así? - Preguntó Gemma, notando la sonrisa con la que Alex la miraba

- No puedo creer que recuperé a mi mejor amiga en solo tres meses.

- ¿De verdad? ¿Te imaginas recuperar a un mejor amigo en tres meses, y a un novio en menos de cuatro (desde la primera vez que volví a verlo), un mejor amigo y un novio que ni siquiera sabía que existían?

Alex pudo notar que Gemma no paraba de sonreír nunca ni siquiera cuando mencionó su problema de amnesia tan abiertamente.

Ni siquiera parecía afectarla, Alex no pudo evitar que las palabras salieran de su boca, y no fue hasta que hubo formulado la pregunta que se dio cuenta y sintió terror por el donde podría ir a parar el asunto.

- Llevas muy bien lo de la amnesia ¿No?

Alex esperaba una bofetada o cuando mucho un reproche por parte de ella, pero no fue así, Gemma simplemente se encogió de hombros sin dejar de sonreír.

Alex se hizo hacia un lado en la puerta, para dejar pasar a Gemma en la casa, dándose cuenta por primera vez en los cinco minutos que llevaba allí hablando con ella de que Gemma seguía de pie en el pórtico.

- La verdad es que... no lo sé... - Gemma volvió a encogerse de hombros, al momento en que se daba vuelta para mirar a Alex nuevamente - Creo que si lo acepto no es tan difícil vivir con ello. Me ayuda mucho el aceptar que la tengo ¿Sabes? - La sonrisa de Gemma se ensanchó - Intento recuperar las cosas que aún no puedo recordar, y es más fácil cuando sé que es lo que pasa conmigo.

- ¿Qué es lo que recuerdas con claridad?

Gemma se quedó pensativa un momento antes de responder.

- Últimamente... A tu hermano, a ti, a Ann - Gemma no paraba de sonreír, y con aire distraído repitió -: a Matt. - Con un poco de amargura en la voz añadió -: También recuerdo a... Jonathan.

Alex torció el gesto.

Apretó la mandíbula tan fuerte que Gemma escuchó como sus dientes chocaban e incluso chirriaban.

- ¿Cómo puedes recordar a Jonathan?

Gemma se dejó caer en los cojines que había en el respaldo del sillón que había en la sala de estar, dónde se había sentado con Alex segundos antes y se echó a reír.

- ¿Qué te pasa? - Exclamó Gemma. - Tenían que ser hermanos Matt y tú.

Alex sonrió y se encogió de hombros, antes de ponerse serio nuevamente y repetirle:

- ¿Cómo es que recuerdas a Jonathan? Yo solo recuerdo verte llorar por él, todo el tiempo, además siempre peleaban... Gemma, él siempre decía que quería arreglar las cosas, pero jamás luchó por que fuera así, nunca lucho por ti o por tu amistad. Siempre eras tú la que estaba llorando por él, Así te encontré yo... Gracias él y a que dejo de ser tu mejor amigo te tengo yo como mejor amiga, G. Matt jamás te vio sufriendo por él, sino posiblemente le habría hecho daño por hacer todo lo que hizo.

- No lo recordaba muy bien de ese modo - Respondió Gemma

Alex estaba a punto de responder, cuando unas fuertes pisadas se escucharon bajando por las escaleras.

Gemma levantó la cabeza casi inmediatamente y recuperó la sonrisa que se había borrado de su rostro mientras Alex le contaba con todo detalle acerca de Jonathan.

Mia bajaba los escalones de uno en uno con alegres pisotones, iba envuelta en un vestido dorado decorado con cientos de lentejuelas del mismo color que le llegaba hasta las rodillas y unos zapatos de color rosa muy claro.

- ¿Lista? - Preguntó Gemma

En cuanto Mia asintió, Gemma se volvió hacía Alex luego de darle un beso en la mejilla.

- Nos vemos, Alex. Traeré a Mia mañana por la tarde.

×°•×°•×°•×°•×°•×

- ¿De verdad no podías recordar nada? - preguntó Mia a Gemma - ¿Y aun así sonríes de esa manera todo el tiempo?

Estaban en la cama de Gemma, comiendo galletas y palomitas.

- Es verdad. - Respondió Gemma - La verdad es que no le veo sentido a no sonreír a pesar de todo ¿Sabes? Tú, por ejemplo - añadió Gemma quitándole el flequillo de la frente a Mia - Eres tan bonita, que no te queda estar seria todo el tiempo, Mia. Así como les digo siempre a mis hermanas

Mia se sonrojó y se rió nerviosamente.

Desesperada por cambiar de tema, Mia hizo lo primero que se le vino a la mente que podía preguntar.

- ¿Gemma?

Gemma sonrió aún más y asintió con la cabeza invitándola a continuar con su pregunta.

- ¿De verdad quieres a mi hermano? ¿De verdad te gusta tanto como para estar con él luego de casi cinco años?

- No te imaginas - Repuso Fernanda sarcásticamente

Las gemelas se habían quedado con Mia y Gemma esa noche, y parecían llevarse muy bien con Mia.

Gemma se sonrojó, antes de responderle a su hermana un poco bruscamente lanzándole una mirada asesina.

- ¿Tú qué sabes?

Fernanda y Matilde se rieron durante varios minutos antes de responderle a su hermana.

- Pues... no es muy normal que tú prefieras estar en algún lugar fuera de casa, y mucho menos con alguien que no seamos nosotros - continuó Fernanda

- Lo quieres muchísimo, no deberías negar eso - añadió Matilde.

- No lo hago. - Replicó Gemma con una sonrisa. - No lo niego. Lo quiero, lo quiero demasiado. Bastante a decir verdad.

Amnesia al despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora