Marc como un caballero le abrió la puerta del coche, cuando la tuvo de espaldas aprovechó para besar su cuello. Sería una foto interesante. Y sugerente.
También la ayudó a ponerse el cinturón de seguridad, con arrogancia ocupó su lado en el lado del conductor.
Arrancó y le sonrió cogiéndole de la mano, ella sintió miles de mariposas en su estomago. No sabía si eso era bueno o malo.
-Espero que esta noche tengas la mente muy abierta, voy a demostrarte un nuevo mundo.- Anunció Marc observando su reacción.
A Camila se le atragantaron las palabras en la boca. No supo que decir. Así que optó por no decir nada. Cuando llegaron y entraron en el local a ella la boca le cayó al suelo por el asombro.
Parejas que en vez de bailar parecía que estaban en otros quehaceres. Parejas que se besaban y manoseaban sin pudor. Sin importar quien miraba.
-¿Dónde me has traído?- Preguntó Camila alucinada.
-Te he traído a explorar tus sentidos, te he traído a que pierdas la vergüenza.- Contestó él para después darle la vuelta y obligarla a mirar a su alrededor.
No lo pudo evitar, se excitó, Marc lamió su cuello con sensualidad. Sin pudor acarició sus pechos por encima de la tela.
Camila suspiró y cerró los ojos, le entraban sofocos de pensar que cualquiera pudiera verlos. Aunque no parecía que a la gente de aquel lugar le importase mucho lo que ellos hicieran.
Marc apretó su trasero y con brusquedad separó sus piernas para acariciarla más íntimamente. Embestía con su dedo sin dejar de lamerle el cuello, ella sentía que se quemaba, que ardía. Sin querer abrió los ojos y un hombre pasó por su lado y le sonrió.
Se sintió tan excitada que se precipitó hacia el abismo, el orgasmo barrió todo su cuerpo como una ola gigantesca.
Se apoyó en Marc para recuperar el aliento, eso había sido intenso. Él le dio la vuelta para apoderarse de su boca con hambre y lujuria.
-¿Dispuesta a pasar a la siguiente fase?- Preguntó Marc sonriendo.
-Dispuesta.- Contestó sintiéndose flotar.
Se cogieron de la mano y él la guió hacía unas escaleras de caracol de hierro forjado, llegaron a un enorme pasillo lleno de puertas.
Marc tiró por ella y se encerró en una de las salas, echó el pestillo y con brusquedad le quitó el vestido.
-Ahora quiero disfrutarte. ¿Me dejarías probar algo nuevo contigo?- Preguntó él mientras se quitaba la ropa.
-Soy tuya.- Contestó Camila deseando saber donde les llevaría todo aquello. De repente se sentía cohibida.
Para no mirarle a él paseó su mirada por aquella enorme habitación, hasta que dio con un enorme ventanal. Se quedó mirándolo fijamente.
-Eso es por si alguien quiere tener observadores. Si quieres en otro momento lo probamos. Ahora estaremos solos.- Murmuró Marc acercándose.
Camila le abrazó disfrutando del tacto de su piel, del poder de los músculos del brazo. Cayeron sobre la cama sin dejar de besarse y abrazarse.
Del cajón de la mesa de la noche Marc sacó un vibrador. Ella lo miró con desconfianza.
-Tranquila todos los días ponen objetos nuevos. Si quieres nos lo podemos llevar.- Informó él mientras lo introducía en su cuerpo a la máxima potencia, algo que la hizo gritar.
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Alborada
RomanceCamila se casó enamorada e ilusionada. Pero los años y la rutina han enfriado la relación. Entonces buscando la adrenalina que no tiene en su matrimonio decide empezar a trabajar en un club de estreptease. Mientras su marido trabaja en su taxi ella...