CAPITULO 29: REGRESO:

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Preparó su maleta una vez más, aunque esta vez dejó cosas a su hermana, para poder llevarse las nuevas.

La despedida en el aeropuerto fue un show, las dos lloraron a mares. Las vacaciones habían durado en total un mes y quince días.

Sabía que llegaría agotada, pero sus amigas se habían empeñado en organizarle una cena en Ginos. No podía negarse.

Cuando se bajó del avión y olisqueó el aire pensó por fin en casa. Esta vez había preferido facturar, así que allí estaba buscando su maleta entre todas las demás.

Cuando por fin la tuvo mandó un mensaje a Aria para decirle que había llegado bien. Después arrastrando su equipaje, atravesó las puertas automáticas y se encontró con una sorpresa que no esperaba.

Todos sus amigos estaban esperándola con un enorme cartel que rezaba "bienvenida a casa."

Los ojos se le aguaron emocionada por ese recibimiento que no esperaba. Los abrazó uno por uno y se dejó arrastrar hasta el coche de Tony para ir al Ginos a cenar.

La verdad es que a pesar del cansancio se moría de hambre. La noche pasó tan rápido como un parpadeo.

Como Nora, Tony y Johnny se habían ido a trabajar tuvo que coger su maleta y llamar a un taxi que la llevara al apartamento de sus padres. Pero no se sentía preparada para estar allí y no sentir miedo de que Lucas reapareciera. Ese miedo seguía anclado dentro de ella y no parecía querer marcharse.

Le pidió a Antia que se quedara a dormir y ella como buena amiga no se negó.

Camila tragó saliva cuando traspasó el umbral de la puerta, decidió que tenía que mudarse porque aquel piso le traía demasiados recuerdos y no se veía capaz de vivir con ellos.

Abrió una botella de vino que quedaba en el bodeguero y se sentaron a brindar por su regreso.

-¿Regresarás a trabajar en la tienda?- Preguntó Antia.

-Sinceramente no me apetece. Me quiero centrar más en mi profesión nueva.- Contestó pensando como abrirse camino.

-Prepara una colección y probamos a ver como se vende. Eso puede ser tu trampolín.- Propuso Antia sintiéndose triste de no trabajar con su amiga.

-Buena idea, después de visitar a mis padres me pondré a trabajar en ello.- Accedió Camila.

Bebieron durante un rato más hasta que no soportaron más el sueño, hicieron las camas del cuarto de invitados ya que ella no quería dormir en su antiguo cuarto.

Antes de acostarse se dio una ducha, entonces sintiéndose más fresca y relajada se acostó a dormir.

Margot había insistido mucho en que se hiciera una revisión ginecológica para saber cómo estaba, ya que no hacía mucho tiempo del aborto.

Por eso cuando se despertó y no vio a Antia sintió que no quería estar sola allí. Así que llamó a su amiga para que le hiciera un hueco. Se dio una nueva ducha y se vistió con un cómodo vestido blanco palabra de honor, se trenzó el cabello. Había adquirido esa costumbre en Alemania.

Después de coger sus llaves y el bolso bajó al garaje para acordarse que ya no tenía coche. Suspirando volvió al ascensor para dirigirse al metro para acudir al consultorio de su amiga.

Cuando salió de allí estaba en shock, tenía que hablar con Marc. Aunque no había planeado reunirse tan pronto con él.

Buscó en internet la dirección de la empresa familiar de Marc para ir a visitarlo. Prefirió coger un taxi.

Atravesó las puertas sintiéndose insegura, le preguntó a la recepcionista por su hombre.

-Señorita tendrá que esperar, el señor se encuentra en viaje de negocios.- Informó la chica negándose a dejarla pasar hasta las oficinas, pero si Marc no estaba ella no tenía nada que hacer allí.

-¿Sabe cuándo volverá?- Preguntó intentado ser amable, ya que solo tenía ganas de pegarle un bofetón por la forma de superioridad con que la miraba.

-La verdad es que no sabemos. Será mejor que me diga su nombre para decirle al jefe que se ponga en contacto con usted.-

Camila dejó sus datos a la recepcionista, no sabía cómo sentirse ni que pensar. Fue a una cafetería a tomarse un chocolate caliente.

Mientras esperaba le mandó un mensaje a Marc, esperaba que apenas lo leyera se pusiera en contacto con ella.

"Hola, ya no sé si tengo el derecho de llamarte cariño, pero sigo sintiendo que eso eres para mí. Ya he vuelto y me gustaría mucho hablar contigo. Cuando vengas de tu viaje ¿podrías llamarme? Tengo algo importante que decirte. Te quiero."

Envió el mensaje y terminó su bebida, pagó y pensó en darle una visita a su amiga en la tienda. Pero la tentación pudo con ella y se encaminó al apartamento de Marc.

El portero no le puso impedimento para subir y se alegró por ello. Entró en la vivienda y se sintió cohibida. Esperaba que él estuviera en la vivienda.

Vio su móvil encima de la encimera de la cocina y se dio cuenta que tardaría en leer su mensaje, pero cuando volviera del viaje lo vería.

Decidió hacerle una visita a Antia, ya tenía pensado salir al día siguiente para el pueblo de sus padres. Pero necesitaba un coche.

Fue al banco para hacer cálculos de cuanto podía gastar, luego fue a la tienda. Estuvo un rato y después se fue al concesionario más cercano de coches.

Finalmente se compró un Seat León de segunda mano que estaba bastante bien.

Obligó a Nora a acompañarla al apartamento de sus padres y se aprovechó de que era su noche libre para pedirle que se quedara con ella.

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