Aria salió de los baños y miró a su alrededor cuando no vio a su hermana se preocupó, cogió el móvil de su bolso para llamarla y se dio cuenta que tenía un mensaje de ella. Arrugó la nariz en ese gesto tan particular suyo y procedió a contestar:
"Quería pasar mi última noche contigo y nuestras amigas, pero entiendo tu postura. Ahora me siento rastrera y egoísta. ¿Me perdonas? ¿Necesitas compañía?"
Camila estaba casi quedándose dormida cuando su teléfono vibró avisando de un mensaje entrante, después de leerlo sonrió y contestó:
"No seas boba, sal con ellas disfruta y diviértete. Te quiero. Avisa cuando tu juerga termine."
Aria sonrió y contestó con un gracias simple. Se acercó a sus amigas y se sentó con ellas. Antia la miró y preguntó por Camila.
-¿Camila sigue en el baño? Hace rato que no la veo.-
-Se fue hace un rato no se encontraba bien.- Contestó ella la pregunta de Antia, después llamó la atención de las chicas con una pregunta: -Chicas me voy mañana ¿qué os parece si vamos a tomar unas copichuelas?-
Ellas se animaron y decidieron llamar a un taxi para acudir a una conocida discoteca. Nada más llegar y después de beber unos cuantos tequilas todas corrieron a la pista de baile.
Aria se quedó apoyada en la barra, no le gustaba bailar y consideraba que tampoco se le daba bien.
Brendan estaba enfadado y frustrado, no podía creérselo pero echaba de menos el club. Y las cosas en la empresa estaban muy tranquilas. Y Marc no estaba para poder fastidiarlo.
Había ido al apartamento de Selena, pero la rubia ya se había marchado, así que aburrido decidió ir a la discoteca de un amigo suyo.
Por lo menos se distraería y buscaría a alguien con quien pasar la noche. Nada más entrar en el local escaneó el lugar con su eléctrica mirada azul.
Como si ella lo estuviera llamando la vio, sintió el hilo invisible que los conectaba. Como si tirara de él se acercó. La miró aprovechando que aún no había descubierto su presencia. El deseo salvaje brotaba de cada poro de su piel.
Aria sintió que se quemaba, que algo la estaba llamando, entonces alzó la mirada de su copa y lo vio. Se atragantó con el tequila que tenía en la boca y tosió disimuladamente, Brendan estaba a un escaso metro de ella. De su cuerpo. Y deseaba que la besara y la tocara.
Brendan deseaba tirar de los lazos que colgaban en las caderas de su vestido. Deseaba tener ese cuerpo para él solo toda la noche. Y decidió dejar de pensar y acortó los escasos metros que los separaban. La arrinconó contra la barra y la sintió temblar.
Aria se sorprendió de la reacción de él, tampoco se esperaba la reacción de su propio cuerpo. Tembló anticipándose, deseando desesperadamente el contacto físico.
Nunca antes había reaccionado así de esa manera con un hombre. Pero ese en especial parecía fundir sus neuronas, dejaba de pensar. De ser un ser racional a un animal sediento.
Sin darse cuenta entreabrió los labios y Brendan supo que había obtenido una pequeña victoria. Pero quería tener su propia guerra con ella. El campo de batalla la cama.
Pegó su cuerpo todo lo que podía al de ella, entonces sopló en su oreja, incitándola, excitándola aún más.
-¿Por qué no me esperaste esta mañana?- Preguntó él.
-Tenía cosas que hacer. Tengo una vida que no gira en torno a ti.- Contestó ella demostrando su autonomía e independencia.
-¿Me regalas esta noche?- Volvió a preguntar Brendan. Pero no la dejó contestar, se apoderó de su boca antes.
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Alborada
Storie d'amoreCamila se casó enamorada e ilusionada. Pero los años y la rutina han enfriado la relación. Entonces buscando la adrenalina que no tiene en su matrimonio decide empezar a trabajar en un club de estreptease. Mientras su marido trabaja en su taxi ella...