El silencio de la noche engalanaba el momento, el momento justo después de la intimidad con la persona querida. Esa cercanía, esa sensación de bienestar y satisfacción, la seguridad que solo te proporciona ese momento. Lauren esa noche, como muchas otras, hubiese deseado terminar abrazada a su amor, pero ella prefería un cigarro después del sexo, meterse a la cama y dar la espalda. Tan solo olvidarse del mundo, olvidarse de todo lo que le rodeará, incluyendo la persona que compartía su cama. Mientras observaba la silueta de Keana, se preguntaba porque siempre deseaba más de lo que podía tener, ¿era tan difícil poder simplemente dormir abrazada toda la noche a ella?, sentir sus brazos rodeándola y poder sentir los latidos de su corazón. Lauren cerró sus ojos y calmó sus sentidos.
- Soy una romántica cursi de mierda - dijo en voz baja. Se levantó un poco para alcanzar a ver el rostro de su amor, decidió esa noche vestirse y en el silencio de la noche regresar a casa. No le tomó mucho regresar, durante el viaje pensó en algunas cosas...que simplemente la agobiaban mucho más.Al llegar entró en un silencio sepulcral y así no despertar a nadie, pero como siempre tropezó con la silla del comedor que cada día se le atravesaba.
- Tu sentido espacial está pocamente desarrollado. - se escuchó susurrar desde la oscuridad.
- ¿Sentido espacial? - dijo Lauren mientras encendía una lámpara y así no volver a colapsar con algún objeto endemoniado que tratara de poseer su cuerpo en la oscuridad.
- No soy astronauta.
- No se trata de astronomía, sino sentido del espacio físico, del sentido lógico de caminar sin tropezar.
- Está oscuro.
- Aún con luz lo haces.
- Cierto.
- Cierto. - repitió Camila sonriendo medio recostada en el sofá.
- ¿Qué haces despierta a esta hora?- preguntó Lauren.
- No lo estaba.
- ¿No? - dijo Lauren confundida.
- No, tu maldito sentido del espacio me despertó. - la miró con cierta ironía.
Lauren caminó hasta Camila con cara de sentido malestar. - Lo siento Camz.
Camila hizo una mueca en señal de que no importaba y entonces preguntó - ¿Qué haces en casa?, ¿no te quedarías fuera todo el fin de semana?
A pesar de la pobre luz Camila alcanzó a ver la tristeza en los ojos de su amiga y aunque le importaba todo lo que tuviese que ver con ella, prefería ahora mejor guardar silencio. Sabía que algo no andaba bien con ella y estaba segura que toda esa tristeza, todo ese silencio tenía que ver con Keana, pero, ¿era acaso conveniente decir palabra alguna cuando lo único que deseaba con todo su corazón era patearle el trasero a esa mujercilla de pacotilla? Observó a su amiga por un momento, le sonrió y le dijo -Podemos comer comida chatarra todo el fin de semana y arruinar esa figurita que traes de diva de portada de revista.
Lauren comenzó a caminar hacia Camila moviendo su cabeza de lado a lado hasta llegar al sofá y recostarse con su cabeza en las piernas de su amiga. - Exagerada.
- ¿Exagerada?, no mi vida yo lo que soy es una envidiosa, quiero destruir esa esbeltez que tienes para así yo poder ser la reina de las miradas.
- Tontita, si tú tienes un cuerpo escultural.
- Si, de gimnasio y andar mirando lo que como, en cambio tú comes como una lima nueva, lo que sea, cuando sea y tienes cero grasa. Dios, esta vida es tan injusta, ¿cómo es posible que pasen estas cosas? - dijo con total dramatismo mientras acariciaba el cabello de Lauren
- Eres una exagerada, siempre lo he dicho, ¿por qué no estudiaste drama?
- Nena, porque una nace actriz, no tienes por qué estudiarlo, se es diva de nacimiento - dijo con gran presencia - y bueno mi tía me obligó a estudiar ingeniería, así que eso del drama es una especie de "hobbie" para matar el tiempo y llamar la atención.
- Eres tan presumida y no seas tan mentirosa que tu tía no te obligó a estudiar ingeniería.
- No, pero siempre me hace ver así toda sufrida y como la víctima, ¿no te parece?
Lauren rio con los comentarios de su amiga, era un hecho real, siempre lograba hacerla sentir mejor en cualquiera fuese la situación; inclusive si no sabía lo que pasaba. Era como si la sintiese, como si supiese que algo no andaba bien. Era la única que podía lograr hacer eso, la única que podía lograr hacerla sentir bien. A Lauren se le hacía tan raro porque sentía que conocía a Camila desde siempre, a pesar que solo fueran ya casi 7años que la había conocida cuando llegó a la Universidad a estudiar precisamente arquitectura y aunque en general existe una guerra campal entre Ingenieros y Arquitectos; profesionalmente hablando, ella había hecho click casi instantáneamente con Camila y ha sido así hasta el día de hoy. Una vez terminada la Universidad le fueron ofrecidos puestos en la misma firma donde una era la Arquitecta y la otra la Ingeniera Civil y aunque muchas veces tenían un millón de incongruencias y de malos entendidos; nada las separaba.
- Ustedes sí que no tienen sentido del tiempo- se escuchó una voz a la distancia.
Lauren y Camila rieron sonoramente.
- ¿Y ahora por qué se ríen las niñas?
- ¿Qué es sentido del tiempo? - le preguntó Lauren a su amiga dinah.
- Sentido de que son las 2 de la madrugada y ustedes par de desconsideradas no dejan dormir a las personas trabajadoras y sacrificadas de este país- le respondió dinah mientras se lanzaba al sofá sobre Lauren y Camila.
- ¿Personas trabajadoras de dónde?, si no tuviste clases el día de hoy, ni mañana, ni...
- Calla boca- interrumpió dinah a Camila.
- ¿Y tú que haces aquí, no que te quedarías con tu linda mujercita?- hizo una pausa y continuó -ya sé, ya sé, no lo menciones, es que nos extrañabas tanto que no podías dejarnos tanto tiempo, si, lo se causamos ese efecto...si, si también sé que me llevarás a comer mañana...eres tan linda lolo, gracias, gracias...
Las tres amigas comenzaron a reír sin cesar de las ocurrencias típicas de dinah, la tercera de las chicas que vivía en la casa. Dinah era amiga de Lauren desde que eran unas niñas, tanto que ya dinah había dejado de ser su amiga y pasó a ser su hermana. Era ella quien siempre estaba para defenderla, para sacar la cara por ella, para amenazar, torturar a cualquier persona que osara dañar a Lauren. Incluso fue a ella a quien Lauren le confesó primero de sus gustos particulares por chicas y fue ella quien sin hacer preguntas y sin juzgar la aceptó y la apoyó en todo. Jamás hubo preguntas, jamás hubo un reclamo, jamás hubo una mala cara, simplemente lauren seguía siendo lolo...su amiga.
Dinah había decidido estudiar Diseño Gráfico en la misma Universidad que lauren además de que era su pasión, podría estar con su amiga y de alguna u otra manera no dejarla sola.
Para Lauren era toda una aventura vivir con sus amigas, siempre era una locura, pero se sentía en familia, se sentía protegida y jamás ni un solo día se había sentido sola, aunque estuviese lejos de su madre y hermanos, estos años lejos habían sido parte de su crecimiento, tanto profesional como personal. El sonido del timbre de su teléfono la desconcentró de sus pensamientos; era Keana vaciló en responder, pero al final lo hizo. Se disculpó, dejó a sus amigas tiradas en el sofá y caminó a la terraza a responder.
Camila y dinah se miraron sin decir palabra, pero quizás diciendo más de lo que se escuchaba.
- Oye flaca. - susurró dinah mientras se incorporaba del sofá y se sentaba al lado de camila.
- Dime fea. - dijo Camila.
- Fea.
- Idiota. - le pegó en el brazo.
- Tu dijiste dime fea y yo obedecí, así que no reclames.
- Bien, dime hermosa.
- Ay que linda, me llamas hermosa- haciéndole ojitos lindos - ¿Tú crees que realmente Keana sea buena para lolo? - la pregunta no se hizo esperar.
A Camila le tomó mucho responder, pero cuando lo hizo, lo hizo con toda seguridad. - No, no es la adecuada. - Siempre lo había pensado, desde el primer día y aunque indirectamente se lo dejaba saber a su amiga; era ella quien debía darse cuenta que no era la mejor. Sabía que Lauren merecía alguien mejor, alguien totalmente dedicado en cuerpo y alma a ella, alguien que en simples palabras se la mereciera; no solo mereciera su belleza física, sino también y más que eso la belleza de su alma, la pureza de su espíritu, la hermosura de su ser. Pero no era ella a quien precisamente le correspondía tomar esa decisión.
- Opino igual, ¿qué tal si la secuestramos y la torturamos con mucho dolor?
- Eres tan psico.
- ¿Lo crees?, pero aún me falta toque...pero de lo que estoy segura es que esa mujer no es para nuestra Lauren, es tan... no séqué - dinah estaba segura que le faltaba mucho a Keana para poder ser la perfecta, ¿qué le faltaba o que le sobraba?, no lo sabía; pero estaba dispuesta a averiguarlo.- ¿Me ayudarás a torturar a la rubia desteñida? Te compraré cuantos "nerds" desees y juro solemnemente no andar buscándote citas a ciegas en internet con hombres de más de 50 - le sonrió - seránde menos de 40.
- Mmmm mis "nerds" y ninguna estúpida cita a ciegas con nadie, ¿sí?
Dinah lo pensó un momento y le costó, pero respondió - Hecho, es un trato.
- Es un trato.- Por Dios en que te estás convirtiendo, eres mala mila - dijo esto mientras se puso de pie y caminó hacia su habitación, no había nada mejor que sellar un trato tan conveniente a altas horas de la madrugada, pero el sueño la vencía y esto no la hacía pensar correctamente; así que mejor dormir; un poco de descanso y su mente estaría fértil para la maldad. Bueno, no era que fuese malvada, siniestra, depravada y disfrutara con el dolor de los demás...pero ya era hora de develar los misterio que tenía Keana, lo único que quería erala felicidad de lauren, de ahí en fuera no le importaba nada más.