Lauren estaba muy incómoda con la presencia de Keana y le dieron unas ganas locas de gritarle que se fuese y que no entendía que hacia ahí, pero su mamá le había enseñado en estas situaciones se debe ser toda una dama diplomática. Así que respiró y cerró sus ojos unos segundos con el deseo genuino que al abrirlos Keana hubiese desaparecido; pero no, ahí aún estaba...
- Hola hermosa. - dijo Keana de pie frente a ella.
- Hola Keana.
- ¿Crees que podemos hablar? Te he llamado y te he dejado mensajes y te he buscado por todos lados...
Lauren se puso de pie y se detuvo frente a Keana y la miró a los ojos con gran seriedad. - Querida mía, aun no sabes que si no responden tus llamadas y tus mensajes es porque no te quieren hablar, no te quieren leer, no te quieren ver y no quieren saber nada de ti. Es muy sencillo de entender, no hay que ser genio para saberlo ¿o me equivoco?
- No sea así tan dura.
- ¿Dura?, ¿me llamas dura? Por Dios, ¿en serio me llamas dura por querer un poco de tiempo sin estar escuchando tus cuentos? Además, no creo que este sea el lugar para hablar nuestros asuntos. - dijo y caminó hacia una esquina justo cerca del barandal de la terraza.
Keana la siguió, la alcanzó y se detuvo a su lado. - Te he extrañado amor.
Lauren guardó silencio y se dedicó a observar fuera, a alguna parte, cual fuese, pero que la mantuviese ocupada. - No creo que tanto Keana. - respondió luego de algunos minutos.
- ¿Qué sabes tú? - la miró Keana
- Ohhh yo lo sé muy bien. ¿Porque extrañarme si puedes buscar a alguien más que simplemente te acompañe?
- A veces una solo actúa obligada por acciones de otras personas.
- ¿Qué idiotez acabas de decir? O sea que según tú el que te acuestes con tu amiga es mi culpa.-sostuvo mientras se volteaba a mirar a Keana que ya la estaba observando desde que había llegado.
- De alguna manera si lo pienso. - declaró con seguridad y con un aire de grandeza.
- No me jodas Keana, yo no te dije vete acuéstate con la golfa esa, ni te puse un puñal en el pecho para que lo hicieses, si lo hiciste es porque querías, solo porque eres una caliente de mierda que solo piensa en sexo y no le importa los sentimientos de nadie sino su propia satisfacción. Ahora me dices que es mi maldita culpa, mi amor que tú seas una... - mantuvo silencio y prosiguió - infiel no es mi culpa.
- ¿Hace cuánto que no tenemos sexo? - preguntó Keana intrigada.
- ¿Esa es tu pregunta? , ¿es acaso importante ahora?
- Por supuesto.
- Ahhh claro el hecho que no hayamos tenido intimidad hace semanas te da el derecho de estar con otras mujeres porque yo soy la que no te mantiene. - le sonrió cínicamente.
- ¿Y no es así? - alzó una de sus cejas y cruzó sus brazos en su pecho.
Lauren la miró con desprecio. - Ok perfecto y ¿antes de esto?
Keana enmudeció y luego preguntó. - ¿Antes de que?
- Antes de que no tuviésemos intimidad, ¿cuál era tu excusa para ponerme los cuernos? - manifestó fríamente, sin dejar ver algún sentimiento que delatara que le dolía todo esto.
- Laurn, yo...no...es que...
- Vamos Keana mira que no soy idiota o ¿acaso olvidas que también soy mujer? No soy tan ingenua para no darme cuenta de los días que tienes cosas más importantes que yo o llegas tarde o tienes mucho trabajo, de las llamadas y mensajes de texto, de tus continuos coqueteos con cualquier linda chica que se cruce en tu camino. ¿Acaso crees que soy ciega o idiota? - le mencionó con un gran sentimiento que no podía contener, pero que no se permitiría expresar, no ahora, no ahí, no frente a ella...