Humano

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Después de dos semanas desaparecida, aquí les traigo un nueva capítulo. La verdad es que pensé en hacerla en honor a que el martes pasado fue el día de la mujer, y bueno me puse a pensar en que podía escribir... Entonces llegué a la conclusión que estaría curioso hablar de un tema que personalmente me afecta, y como soy mujer.

Bueno, da lo mismo. Si mañana se me ocurre algo mejor lo subo.

Dedicado a todas las personas que se pasaron noches en vela lamentándose sus acciones, porque recuerden: "Una disculpa, sea tarde o temprano, sigue siendo una disculpa"

Canción en el multimedia: Human de Grabielle Aplin 

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―Te fuiste, me dejaste sola. ¿Y todo por qué? Porque fui valiente por una vez en mi vida.

―Myrm, yo...―se interrumpió antes de terminar.

Lo miré, sus ojos oscuros en los míos, igual que siempre. Su pelo rubio revuelto, igual que siempre. Sus manos en los bolsillos, igual que siempre. Era el... y no lo era.

Y entonces, ocurrió.

El tiempo pareció detenerse un segundo y comenzar a retroceder. Ahí estaba el niño de cinco años atrás, con su sonrisa ladeada y pícara, aquella personita tan especial para mí.

Rompí el contacto visual. Si solo fuera tan fácil, volver al pasado y evitar que hubiera pasado todo aquello.

Pero lo hecho, hecho está. Y sin embargo...

―¿Por qué?― pregunté en susurro, casi para mí, observando el río con sus aguas tenebrosas débilmente iluminadas por la luna.

―Ya sabes la respuesta.― respondió con un suspiro.― Tengo la sensación de que lo conoces esta sensación mejor que yo...

―Cuando más se pospone una disculpa más difícil es hacerla. Más incrustada está en tu garganta y no te deja respirar pero tampoco deja que la saques. Se queda ahí para siempre, recordándote cada poco lo cobarde que eres.―continué con la mirada clavada en la corriente.

―Exacto.― confirmó con tristeza.

Nos quedamos unos segundos en silencio, sin saber muy bien que hacer a continuación. Solo había dos opciones después de aquellas palabras: podía ser una vez más una cobarde o podía saltar.

―Ya sabes lo que se dice: "Mejor tarde que nunca".―alcé la ojos del agua y respondí a la sonrisa que se empezaba a formar en sus labios. Me encogí de hombros.― ¿Sabes? En el fondo ya te había perdonado en el momento en que nuestros ojos se encontraron años atrás. Pero estaba enfadada y rota, el orgullo pudo conmigo.

―Ya.―rió suavemente.― Supongo que es difícil mantener una relación entre dos personas tan iguales como nosotros: orgullosos y tozudos.

―Supongo.―dije sin saber que más decir.

―Myrm, te prometo que no te volveré a fallar.― me miró seriamente y yo asentí a modo de respuesta.― ¿Okay?

Le di un golpe cariñoso en el hombro.

―Auch.

―Ya sabes lo que pienso de tus bromas.― fingí enfado

―No tengo la culpa de que no te guste ese hermoso libro.― sonrió de forma burlona.― Además, me encanta cuando frunces el ceño al enfadarte.

Puse los ojos en blanco, ya estaba lamentando haber hecho las paces con semejante idiota.

En silencio, comenzamos a caminar, solo oyendo el ruido del agua y los sonidos de la ciudad que se disponía a dormir. Siempre me habían gustado aquellos momentos de paz, hacían que todo lo malo en la vida valiera la pena.

―Gracias.― dijo cuando llegamos al portal de mi casa.

―No hay de qué.― respondí.

Nuestras miradas se encontraron de nuevo y fui consciente del tiempo que había pasado, pero de algo más importante, que aquel no era mi mundo. Edu me cogió la cara con la mano y acarició mi mejilla.

―¿Sabes? Si tu pudiste perdonarme, yo también lo haré.―susurró mientras se acercaba un poco más. 

"Porque como tu dijiste, mejor tarde que nunca"

Las lágrimas muertas del sauce  #Ganadora de los WowAwards2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora