Han pasado ya muchos meses desde la última vez que he actualizado y lo siento, quiero aclarar una serie de cosas pero lo haré en un próximo apartado.
Esta historia es rara, el concepto que quise tratar es complicado.
Últimamente, me he dado cuenta de que hay muchísima hipocresía entre la gente, ya no solo la gente falsa que muestra una cara que no es la suya si no en la simple manía que tiene todo el mundo de mostrarse feliz mientras que por dentro se desmorona.
Incluso yo lo he hecho aunque siempre me prometí ser sincera.No sé, tal vez debería haber hecho algo mejor pero mientras trataba de pensar en como podría abordarlo me vino a la mente un personaje de una de mis próximas novelas.
Así que bueno, ¡espero que les guste!
Hipocresía: Fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades, generalmente positivos, contrarios a los que se experimentan.
"Hipócrita, eso era lo que había sido ella la mayor parte de su vida."
Mientras caminaba con su cabello rubio cenizo y sus 7 mechas de colores, no dejaba de repetirse aquella frase. Aquella palabra: Hipócrita.
Sentía un nudo en la garganta y las lágrimas a punto de derramarse tras muchos años de silencio, pero no le importó. Observó el lugar donde estaba sin ver siquiera, su cabeza había dejado de funcionar más allá de su sistema automático.
Aquel día era un viernes.
Apretó el paso sin saber muy bien por qué, solo quería llegar antes de que el reloj tocara las siete. Siempre conseguía que entre los nervios y la indecisión, el tren se adelantara a sus deseos. Solo quería verlo, pero sabía que como cada día siete de su semana de viernes a viernes, solo vería las vías vacías.
Sin embargo, a medida que se acercaba y la palabra cobraba más fuerza, más segura estaba de que aquella vez iba a ser diferente. Lo haría por ella, porque se lo había prometido. Aunque dudaba que esa promesa siguiera en pie, tantas veces que la había roto.
Llegó a la estación siete minutos antes de la cita y mientras esperaba a que llegara el momento, los continuos repiqueteos de su pie le mostraban la incertidumbre que sentía. Entonces, volvió a su cabeza aquella palabra. Hipócrita... De forma involuntaria, el pánico la invadió y estuvo a punto de darse la vuelta por séptima vez en aquel día, pero de nuevo se contuvo. Era su última vez, lo sabía, así lo habían dictaminado.
El primer minuto pasó, mientras observaba el andén lleno de gente que no parecía reparar en su presencia. El bullicio era intenso, pero ella no era consciente de él, solo oía el eco de su música sin nombre. Entonces, mientras observaba el segundero del viejo reloj que colgaba del techo, se preguntó como habrían sido esos siete años si él hubiera estado.
Sin él, los días habían pasado lentamente, tras un velo de sonrisa falsa y de felicidad fingida en fotos de instagram y retweets de frases de amor. Tras tanto tiempo, había terminado por acostumbrarse a esa vida de mentira.
Era una hipócrita, como la mayoría de gente de su alrededor. Tan pendientes de que la gente pensara que su vida era perfecta, que terminaban por creerse aquello que día tras día habían construido.
Ella se levantaba todos los días a las siete, para coger un tren rebosante de gente o de vez en cuando su viejo coche que ya llevaba muchos atascos. Y mientras los minutos pasaban, se dedicaba a quejarse con su supuesta mejor amiga de su horrible jefa y de la montaña de trabajo que tenía por hacer. Volvía a hacer el mismo trayecto, pero en dirección contraria diez horas después, deseando llegar a su casa para irse a dormir, no sin antes dejar claro por todas partes lo feliz que estaba día a día con su vida vacía.
El segundo minuto pasó, su torrente de pensamiento comenzó a cambiar de nuevo. Recordó aquel último año de instituto, aquel intento de rebelarse contra la jerarquía del mundo. Al final, había terminado por sucumbir ante él. A pesar de su promesa...
Se sentía miserable, tanto esfuerzo y sacrificio que había hecho su yo del pasado y terminaba convirtiéndose en el tipo de personas que durante años, había criticado. Y sin embargo, ahí estaba.El tercer minuto pasó, los recuerdos le invadieron de nuevo, aquellos donde una adolescente cabreada con el mundo trataba de lidiar con los sentimientos que le producía aquel chico tan extraño. Aquella parte de ella que había tratado de librarse de su pasado, de aquellas cadenas que nunca pudo llegar a cortar por completo y que habían crecido de nuevo, poco a poco.
En el cuarto minuto, su sonrisa apareció tras años de estar desterrada al olvido. Lo recordaba de forma vaga, como quien recuerda a un ser querido al que llevas mucho tiempo sin ver. Aún recordaba cómo le gustaba chincharla para sacarle las preocupaciones de la cabeza, aún recordaba... Pero aquel era su versión del pasado, la que nunca podría volver a recuperar.
El quinto minuto fue el más extraño, pues fue en el único que no tuvo la tentación de marcharse. Tal vez, tuviera que ver con el colgante de metal roto que apretaba en su mano. Su colgante. Aquel que ocultaba por no despertar miradas curiosas, pero también para olvidar que estaba sobre su pecho. De nuevo, había sido una hipócrita, había creído que podría desterrarlo de su mente sin más.
A un minuto de la llegada del tren, recibió una notificación de su silencioso móvil. Aquel mensaje, la llamaba, pero sabía que si lo miraba no tendría fuerza suficiente para tomar aquella decisión. Con la mano temblando por la indecisión, miró la pantalla de su móvil, negra como segundos antes y con una única luz verde parpadeante como vestigio de que estaba encendido. Deslizó el dedo hacia el interruptor, pero algo la detuvo: un mechón violeta interrumpió en su campo de visión.
El único mechón que nunca pudo llegar a cortar. Solo él podía hacerlo.
El sonido del tren la sacó de sus pensamientos y mientras lo observaba acercarse, tomó la decisión.
Con la mano sobre aquel colgante con forma de V, se prometió que a partir de aquel momento no tendría miedo de mostrar cómo era realmente.
Terminaría lo que años atrás había comenzado.Nunca más sería una hipócrita.
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Las lágrimas muertas del sauce #Ganadora de los WowAwards2015
Short StoryGanadora de los WowAwards2015 en la categoría ciencia ficción/fantasía --Actualmente escribiendo la cuarta parte: Hasta donde mis lágrimas lleguen- Dejé caer mis lágrimas una vez más, preguntándome cuando sería la última de todas. Tal vez, eso jam...