Ganadora de los WowAwards2015 en la categoría ciencia ficción/fantasía
--Actualmente escribiendo la cuarta parte: Hasta donde mis lágrimas lleguen-
Dejé caer mis lágrimas una vez más, preguntándome cuando sería la última de todas.
Tal vez, eso jam...
Por fin he encontrado las palabras para comenzar esta nueva parte. Espero que les guste. Dedicado a Por trece razones, que con este pequeño fragmento me ha abierto los ojos:
"I had no idea how she felt about me. No idea who she really was. Instead, I believe what other people said about her. And I was afraid what they might say about me if they knew I like her [...] Too afraid to talk to her again. Too afraid to try And then when she died, the chances disappeared forever"
Traducción:
"No tenía ni idea de lo que ella sentía por mí. No tenía ni idea de quién era ella en la realidad. En su lugar, creí lo que otra gente decía sobre ella. Y tenía miedo de lo que ellos dirían sobre mi si sabían que me gustaba [...] Demasiado asustado para hablarle de nuevo. Demasiado asustado para intentarlo. Y luego, cuando ella murió, las oportunidades desaparecieron para siempre"
Dedicado a aquellos que padecieron el rechazo de la gente por ser diferentes y aquellos que se alejaron de una persona por la presión social.
Sed valientes, no dejéis que los demás os alejen de aquellos que queréis.
-Polillas-
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Querido tú:
Sí, tú, el que seguramente nunca vayas a leer estas líneas. Tú el que me acompañas en mis desvelos, en las lágrimas que deslizo cuando la negrura me envuelve, el que me ha convertido en un fantasma de lo que fui. Tú.
A pesar de todo el dolor que me produjiste, de las muchas veces que me pregunté el porqué y de cada momento en el que te defendí; no puedo exigirte algo que nunca quisiste reconocer. Es por eso que esta carta, como tantas otras escritas, seguirá sin llegar a su verdadero destinatario.
Es curioso, hace ya mucho tiempo que pasó, pero en mi cabeza no para de repetirse una y otra vez lo mismo. Cada año te excusaba con algo diferente y dudo que jamás sepa lo que pasó por tu mente. Tal vez siempre fue algo fruto de mi imaginación, tal vez... Hay muchas razones por las que sé que es tarde para decirte todo esto, pero eso no implica que no pueda escribirlas. Porque lo necesito.
Hace una semana, leí un libro que me hizo reflexionar y tras una conversación exhaustiva conmigo misma, me he decidido a dar punto y final a esta historia. Escribirte por última vez, cerrar esa puerta que como una herida abierta y sangrante, no para de volverse a abrir. Porque soy consciente de que nunca vas a llegar a ver todo lo que ha producido tu indiferencia. Creo que nadie es realmente consciente de lo que una sonrisa, una palabra, un gesto... Puede llegar a producir en las personas. Te diré, entonces, lo que tus acciones provocaron en mí. No lo hago para hacerte sentir culpable, solo quiero que veas cómo me sentí. Y si pudiera, desearía saber qué fue lo que sentiste tú en ese momento, pero solo quedará en un eso, un deseo. Lo sé.
Todo el mundo tiene un miedo, el mío era quedarme sola. No me malinterpretes, no es que le tema a la soledad, como hija única de unos padres que se pasaban mucho tiempo trabajando fuera, he aprendido a ser feliz así. No, es un tipo de soledad distinta, es aquella fruto del odio y del miedo. Yo solo quería tener un amigo, una persona que me mostrara que mis defectos no importaban porque me quería tal y como era. Pensé que los dos habíamos conectado, que podríamos tener una bonita relación, aunque nunca llegué a saber si tú podrías haber sido esa persona y ahora, solo me quedan los recuerdos de lo que nunca se realizó.
Lo que quiero decir es que tú me diste la mano, pero antes de que pudiera llegar a alcanzarla, me la apartaste, dejándome caer en un vacío del que aún no he podido salir. ¿Y todo por qué? Eso me gustaría saber.
Solo puedo hacer conjeturas porque tú nunca quisiste reconocerlo y yo terminé por dejar de preguntar. Así que te diré cual es la razón por la que creo que lo hiciste:
Porque fuiste un cobarde. Tuviste miedo de que la gente que me rechazaba, también lo hiciera contigo. Sí, sucumbiste ante la presión de aquellos que no quisieron ver más que mis defectos. Aquellos que por alguna razón que nunca he llegado a comprender, tenían la necesidad de que todo el mundo me diera la espalda. ¿Por qué? No lo sé, nunca hice nada para merecer ese trato, no tengo la culpa de ser como soy y nadie me dijo que era lo que tenía que mejorar. Era más fácil marcarme como lo no deseado que ayudarme.
No te juzgo por lo que hiciste, nunca sabré si yo habría hecho algo diferente si a ti te hubiera pasado. Solo quiero que te des cuenta de que te necesitaba, necesitaba a alguien que me ayudará a salir del vacío en el que estaba metida, que pudiera desterrar los miedos de mi corazón. Tú solo dejaste que me enterrara más y más en esta prisión imaginaria. Un lugar que creé para protegerme, pero que también me ha quitado la posibilidad de vivir, de comprobar aquello que se llamaba amistad.
¿Y por qué lo sé? Porque estaba tan obsesionada con saber tus razones, que no me di cuenta de que ya no importaba. Había encontrado la persona que no me rechazaba por cómo era, que había visto más allá de mis defectos. Podría haber vuelto a empezar, pero no lo hice. No fui capaz, porque tú te habías llevado la última llave que podría arreglar mi corazón.
Y es por eso, y no por otro motivo, que lamento haber pensado que alguna vez ibas a cambiar, que me dirías ese porqué. Estaba tan ciega que yo misma me había encerrado aún más. Al final, conocerte me permitió encontrar a las personas que de verdad se merecían mis lágrimas.
Quiero que sepas que no te guardo rencor, pero que espero que si en el futuro te vuelve a pasar algo semejante, seas valiente.
Adiós, querido tú. Creo que ha llegado el momento de dejarte marchar, sea lo que sea por lo que lo hiciste, que sepas que ya no importa.
