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10:02 pm.

– ¡Mara del Carmen!

– ¿Qué?

– Sé que no es tu nombre pero descubrí algo, pequeña pilla.

– ¿Qué hice? La mala conducta ahora yo.

– "Oh, disculpe, vine en busca de Ethan, necesitaba decirle algo" ¡Menos mal que estaba en el baño y mi madre pensaba que estaba dormido!

– Oh... Eso...

– Ohhh, sabes que no puedes verme aún.

– Se suponía que era una sorpresa...

– ¡La sorpresa sería mi infarto!

– Ay, Ethan, no exageres.

– Bueno, bueno, pero me hubiera molestado mucho. ¿Qué querías decirme?

– Ahora no te diré por dramático.

– Pero...

– Sin pero's, muchachito.

– ¡Yo soy mayor que tú!

– Pero yo soy mujer y mando.

– El sometido Ethan, me llamarán ahora.

– Oh, no, no, no, serás mi sirviente si llegamos a tener algo.

– No pretendo ser tu sirviente...

– Con traje y todo.

– Mara...

– Y traerás jugos a mis amigas y a mi.

– Mara...

– Será fabuloso, novio y sirviente a la vez.

– Te veo muy emocionada porque sea tu novio.

– Me veo emocionada porque pretendo tener mi sirviente.

– Oh, tranquila, no te rogaré si esas serán mis condiciones de trato.

– Yo tampoco te rogaré, ¿Crees que soy una desesperada?

– Entonces nunca tendrás un sirviente porque no me tendrás de novio, y esa es la condición.

– Buena jugada.

– Al final ganaré yo, sé que te derretirás por mi.

Colgó. 

La llamada del chico de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora