CAPÍTULO 10

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JIMIN PVO

– Eres hermoso Kookie, prometo cuidarte bien. – dije apenas en un susurro, lentamente acorté nuestra distancia a su sonrojado y hermoso rostro, uniendo por fin nuestros labios, le besé...

Le besé y lo hice de la forma más lenta, profunda e inocente que jamás nunca había besado a nadie, nuestros labios parecían encajar a la perfección y aquel dulce sabor proveniente de sus labios estremeció mi cuerpo por completo.

Adoraba sentir aquella ambrosía que trasmitían sus besos, mi corazón palpitaba a los compases de nuestros movimientos, mis dedos cosquilleaban por tocar aquel delicado cuerpo y un deseo arrollador de poseerlo por completo mantenía mi mente nublada, jamás me sentí de esta manera con ninguna persona, quizás será el hecho de que nadie era Jungkook, ninguna de las otras personas con las que estuve jamás podría compararse a este chico. Enserio me tiene mal, no sé qué fue lo que me hizo, pero ya me tiene en sus manos y no sé cómo enfrentar lo que siento por él.

Mis movimientos fueron pausados, caminamos sin pensar en nada, provocando que ambos cayéramos de espalda a la cama. Jungkook recostado sobre el colchón y yo recostado a horcajadas sobre él, seguí besándole de la misma forma lenta. Adentré mi lengua a su cavidad, adueñándome de su boca por completo, la inexperiencia al besar de Jungkook mantenía mi cuerpo en el nirvana.

Mi lengua acarició la de Jungkook con delicadeza, adorándola y abrazándola con devoción, ambas comenzaron a adorarse con devoción. Pequeños y dulces sonidos comenzaron a escaparse de nuestros labios todos traducidos en gemidos y jadeos incoherentes. Con mis dientes comencé a morder levemente su lengua para luego succionarla de una forma muy erótica, provocando que más de aquellos deliciosos sonidos comenzaran a salir de la boca de Jungkook, al separarnos mis labios se dirigieron a su cuello, dejando un recorrido de húmedos besos por todo su cuello.

Mgh... – oír sus sonidos me elevaba a la bruma de un placer incontrolable, estremeciendo mi cuerpo por completo, llegando como una dolorosa punzada a mi parte baja, la cual se encontraba completamente despierta.

Bajé mis manos hasta la parte baja de su camiseta despojándolo de aquella estorbosa prenda, al hacer aquello nuevamente su deliciosa piel nívea quedó al descubierto, con mis dedos comencé a recorrer su torso erizando su piel.

– Me encanta tu piel. Quiero marcarla, reclamarla como mía. - un nuevo jadeo se escapó de sus labios.

– H-hazlo mgh... - su voz sonaba cada vez más profunda y excitada, no sabía cómo mierda me iba a controlar.

– No me provoques bebé, si sigues así no seré capaz de controlarme y no quiero hacerte daño. -

Nuevamente me acerqué a sus labios besándole tiernamente.

– Confió en ti, sé que no me harías daño. - oír aquello me hizo sentir extraño, algo dentro de mi pecho se comenzó a calentar, una calidez me comenzó a invadir y emociones que nunca pensé sentir comenzaron a aparecer.

– Nunca más, bebé; nunca más te haré sufrir, lo prometo. Gracias por confiar en mí. - solo aquellas palabras me bastaron para que Jungkook me regalara una de sus hermosas sonrisas, cogiendo mi rostro entre sus cálidas manos para luego acercarme nuevamente a su rostro, cerrando sus ojos me comenzó a besar, lo hizo de una forma tan especial, tan Jungkook que sentí como mi interior se comenzaba a derretir.

Al separarnos seguí con mi recorrido de besos, hasta que llegué a sus dos pequeños y rosados pezones, con mi lengua recorrí todo el contorno de su pezón derecho, sintiendo como el cuerpo de Jungkook dejaba de respirar levemente, reacción que me pareció de lo más tierna, quería que se sintiera aún mejor, por lo que con mis dientes le mordí suavemente.

ENAMORÁNDOME DE MI DULCE ESPOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora