ENAMORÁNDOME DE MI DULCE ESPOSO

CAPÍTULO 1

JIMIN PVO

-Hijo, perdón por molestarte en tu día libre, pero te necesito urgente en mi despacho. - ¿urgente? No era común en mi padre que me llamase a estas horas, lo que me hizo pensar que algo malo debe estar pasando.

- ¿Padre pasó algo grave? - oh perdón, mi nombre es Park Jimin hijo adoptivo de los señores Park, bueno si buscan una palabra que defina mi historia, sería "Mentira" esa palabra me definiría perfectamente.

¿La razón? mis padres me adoptaron cuando tenía 8 años, ellos fueron muy dulces conmigo, pero por alguna razón nunca sentí que encajaba, por lo mismo al cumplir 11 años Park Jimin se convirtió en el niño perfecto, el niño que era envidiado por las otras familias, siempre tuve sobresalientes tanto en la escuela primaria, secundaria y hasta en la universidad, nunca les di problemas a mis padres, siempre fui el niño bueno para ellos, el niño de la sonrisa de ángel, hoy en día tengo 25 años y nada ha cambiado. Aún sigo siendo el mismo hombre perfecto, soy gerente general de las empresas Park, trabajo junto con mi padre y como era de esperar nunca hemos tenido ningún problema, todo perfecto. No me malinterpreten no es que todo esto lo haga con una mala intención, sino que, al contrario, esto de ser perfecto lo hago para que mis padres se sientan orgullosos de mí no les quiero defraudar después de todo ellos salvaron la vida de un niño huérfano...

-Está bien padre, iré de inmediato. - salí de mi departamento para luego dirigirme a la empresa, al entrar como siempre todas las secretarias se vuelven locas por la presencia del Joven sexy y apuesto Park mentira Jimin, ninguna pierde oportunidad de coquetearme

-Buenos días señor Jimin, su padre lo está esperando en la planta alta. - ella era la bella secretaria de mi padre, era tan bella y perfecta que no me gustaba para nada, odiaba las personas cínicas me basta conmigo, la muy perra muchas veces la he escuchado comentar con otra de sus amigas lo guapo que soy pero que les gustaría tirarse a mi amigo Hoseok antes que a mí.

-Muchas gracias Sung Ah. - tras decirle aquello le di una de mis conocidas sonrisas de ángel, ella prácticamente se derritió frente a mí.

Subí al ascensor a la última planta, donde se encontraba la oficina de mi padre, al estar frente a la puerta de su despacho golpeé.

- ¡Adelante! - abrí la puerta al escuchar la voz de mi padre, este al ver que era yo se puso de pie de inmediato, se acercó a mí para luego abrazarme, eso me pareció extraño.

- ¿Padre que ocurre? - traté de que mi voz sonara de lo más calmada.

-Hijo ha ocurrido un problema y necesito de tu ayuda- lo miré dejando a la vista mi preocupación, mi padre no se veía bien, se notaba de lejos que estaba nervioso y angustiado.

-Padre no me asuste ¿qué ocurre? - me separé de él para ver qué era lo que ocurría.

- ¡Tienes que casarte! - ok, esto sí que me tomo por sorpresa ¿casarme?

-Hijo perdón, pero enserio necesito que te cases, solo será por un año, sé que es egoísta de mi par...- no dejé que terminara de hablar.

- ¡Acepto! - en su rostro pude observar sorpresa y a la vez alivio, no podía pensármelo mucho aunque no quisiera debía ayudarle, debía seguir siendo el hijo perfecto.

- ¿Jimin, hablas enserio? Hijo lo siento, pero es un caso de suma urgencia. – sonreí dejando ver aquella sonrisa de ángel que todos adoraban para que él se tranquilizase.

-No te preocupes padre, lo haré ¿cuándo será la boda? – el cuerpo de mi padre se volvió a tensar, lo que me indicó que su respuesta no me gustaría para nada.

- En cuatro días. - ¡¿tan pronto?! Tranquilo Jimin, inhala y exhala no lo preocupes, todo saldrá bien. repetí como si de algún mantra sagrado se tratase, has salido de cosas peores, esto no será nada.