CAPÍTULO 16

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JIMIN PVO

Mi cuerpo no se podía mover, estaba atrapado. Una fuente de calor me estaba asfixiando, ¿qué es esto tan cálido? traté de moverme, pero fue inútil, sin saber que más hacer abrí los ojos, encontrándome con un angelical rostro frente de mis ojos...

Mi cuerpo se paralizó entonces unas conocidas raíces comenzaron a crecer en mi garganta, y todo lo que pasé sin él llegó a mi mente, Jungkook... dios Jungkook, guie mis manos a su rostro haciéndome entender que él está aquí conmigo, que había vuelto conmigo... me había aceptado nuevamente esta vez sí era completamente mío...

Los recuerdos de nuestra conversación me golpearon sonrojándome hasta las orejas, pensar en aquellas palabras me daba vergüenza, pero a la vez me hacían feliz, al fin pude ser valiente y decirle cuanto le amo, ya no puedo seguir ocultando lo que siento me hizo daño a mí y mucho más a Kookie.

Miré atentamente cada parte de su cuerpo y era simplemente hermoso, definitivamente soy el imbécil con más suerte en este mundo, se veía tan tierno con esos labios estirados, ¿quién hace pucheros mientras duerme? solo él, me pareció de lo más lindo ver la forma en que sus brazos se aferraban a mi cuerpo, quería que siempre fuera así...

Sin poder aguantar tanta ternura me levante para ir en busca de mi cámara, recuerdo que la compré una vez hace mucho tiempo cuando quise estudiar fotografía, pero no pude, mejor dicho, no quise; mi padre un día necesitaría que alguien lo sucediera en la empresa y quien más que su perfecto hijo, pensar aquello me traía malos recuerdos, pero ya era parte del pasado hoy soy lo suficientemente feliz con todo lo que tengo, no necesito más, Jungkook y yo nada más...

Me dirigí al estudio de Jungkook comencé a buscar entre sus cosas la cámara.

– ¡Mierda! - tropecé contra su caballete me asusté hasta los huesos, casi destrozo su nueva obra, vi mi vida pasar en un segundo de seguro Jungkook me mata si le pasa algo, levanté nuevamente su obra, acomodándola para que no se fuese a caer, entonces mis ojos se posaron en aquella pintura...

Santo dios.

– ¿Q-qué es esto? -

Mis ojos casi se salieron de sus cuencas ante aquella figura, yo estaba ahí

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Mis ojos casi se salieron de sus cuencas ante aquella figura, yo estaba ahí...

Jungkook me había pintado a mí, me acerqué a la pintura escaneando cada parte explayada, era hermoso no por ser yo, sino más bien la pintura en si era perfecta, me veía feliz, despreocupado, tan... tan inocente.

Todo era puro blanco y delicado, siempre tuve la sensación de que mis colores serian el negro, pero al ver aquello me di cuenta de que estaba equivocado, puede que antes de conocer a Jungkook seria ese color, pero ahora todo cambió.

Kookie cambió mis sentimientos, cambió mi alma, purifico todo lo oscuro que vivía en mí y hoy puedo sonreír como aquella pintura...

Me alejé lentamente sin dejar de observar la pintura, estrellando mis pies en una pequeña cajita que de seguro se cayó con el desastre que dejé. La levanté del suelo, al tener aquello entre mis manos algo andaba mal, una corriente recorrió mi cuerpo, algo no se sentía bien, abrí aquel paquete y todo se detuvo.

ENAMORÁNDOME DE MI DULCE ESPOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora