JUNGKOOK PVO
– ¡Mi Kookie! Te extrañé mucho. – expreso Taehyung efusivo, jamás creí que la persona que necesitara urgentemente una obra mía sería el padre de mi mejor amigo.
– Yo también te extrañé Tae-Tae, ahora dime para que querías esta obra. - Tae me dio una de sus miradas de cachorro abandonado, lo que me daba a entender que algo le paso a mi anterior obra.
– Ya no me mires así, y dime ¿qué pasó con la pintura que te regalé? - Tae volvió a sonreír arrebatándome mi obra de las manos.
– Es una larga historia, que prometo algún día contarte. Si sale todo bien con cierta persona prometo contarte con lujo de detalles lo sucedido con tu obra, pero por el momento necesito otra de tus obras, mis pinturas se sienten solas sin la tuya. - suspiré.
– Está bien, quédate con ella, solo dime que la tuya está bien, ósea la mía. Kim Taehyung no me vayas a decir que la perdiste o que la regalaste porque te mato. – los ojos de Taehyung volvieron a brillar y aquella mirada de cachorro abandonado volvió a aparecer instalando el temor en mi pecho.
– Jamás haría eso, es más ya la envié a tu casa, bueno a la dirección que me dio tu madre. Ah y te mandé una de mis notas más sensuales solo para ti. - luego de decirme aquello me guiñó el ojo, cosa que lo único que provoco en mí es que comenzara a reír como un bobo.
– Ya mi pequeño Kookie ahora dime ¿cómo es eso que te casaste? ¿qué tal es tu esposo? ¿te trata bien? mi pequeño bebé, dime si tienes algún problema que yo mismo lo golpeo, ¿te ha obligado hacer algo? mi niño es tan inocente. – murmuró con seriedad, sonreí ante aquella faceta tan protectora que sentía conmigo, dejé que hablara todo lo que quisiera, cuando por fin se calmó, fue mi turno.
– Tranquilo Tae, está todo perfecto. En un principio tuvimos varios problemas, pero nada que no se pudiera solucionar, ahora todo es perfecto, con él todo es perfecto. - Tae me miraba atentamente, en su rostro se podía ver una sonrisa burlesca.
– Te gusta... Oh dios mío, Kookie ¡te gusta ese chico! nunca pensé que alguien podría gustarte y ahora, como hablas de él, como te sonrojas, todo me indica que te gusta demasiado. -
Bajé mi rostro, no quería que me viera así avergonzado.
– Lo siento, pero aún no me siento cómodo hablando de eso. Me tengo que ir Jimin tiene que estar esperándome, hablamos otro día. - tras decirle aquello me fui rápidamente, ni siquiera esperé respuesta por parte de Tae. Me siento mal por él, Tae solo estaba preocupado por mí, pero todavía no puedo admitir que me gusta en voz alta, temo que al hacerlo mis sentimientos crezcan más de lo que ya lo son.
Al llegar al departamento, me encontré con Jimin sentado en el sofá, me acerqué a él para darle un tierno beso en la mejilla, pero de solo acercarme un centímetro a su rostro este último se corrió de inmediato, le miré asombrado.
– ¿Dónde mierda andabas? – me asombré ante su voz y pregunta.
– F-fui a dejar el cuadro. - me sentía incómodo, la mirada de Jimin me ponía nervioso, no era su mirada tierna y sincera con la que últimamente me miraba, sino más bien era aquella mirada fría y distante de un principio.
– ¡¿Crees que soy idiota?!- no entendía que le pasaba ¿por qué me hablaba así? ¿qué fue lo que hice?
– J-Jimin ¿qué ocurre? ¿por qué me hablas así? - mi voz sonaba cada vez más nerviosa, un pesado nudo en mi garganta comenzaba a crecer. Sin volver a responder algo Jimin solo se fue a su habitación, dando un estruendo en la puerta.
Mi cuerpo brincó levemente ante aquel ruido, no entendía lo que había sucedido. Mi pecho comenzó a sentirse cada vez más pesado, el nudo fue tan intenso que no era capaz de respirar correctamente. Me quedé un momento en la sala, tratando de procesar lo que había ocurrido,
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ENAMORÁNDOME DE MI DULCE ESPOSO
Fiksi PenggemarPark Jimin, hijo perfecto, hombre perfecto, sonrisa perfecta, en resumen todo él es perfecto... ¿Gran defecto? ¡La mentira! Toda su vida en una mentira, Park solo aparenta ser perfecto para no decepcionar a las personas que ama ¿Qué pasará cuando p...