JUNGKOOK PVO
– Bebé no vayas tan rápido. - hoy por fin me daban el alta del hospital, ya estaba harto de estar en ese lugar, más que un hospital parecía un reclusorio, no me dejaban hacer nada, lo único bueno era que estaba todo el día con mi pequeño Jungmin y Jimin.
– ¡Amor! Voy caminando lento, si camino más lento un caracol me ganará. Ya estoy mejor, me duele, sí, pero no es nada en comparación a cuando Min quería salir. - Jimin frunció su ceño negando con su cabeza, entendía que para él era difícil la situación, sabía cuan atormentado se sentía de solo pensar que nos pasara algo malo a mí o a nuestro pequeño Jungmin, solo por ese motivo suspiré caminando tan lento como él quería.
– Tu papá es un gruñón galleta. - dije acariciando el pequeño rostro de mi bebé, mi corazón se llenó de emoción con tan solo verle, tan hermoso, tan pequeño, y tan... ¿tranquilo? Algo tramas, ¿verdad? galleta malvada. No puedes ser tan tranquilo, no confió en tu cara de ángel, sé que algo ocultas bebé.
– ¿Qué piensas amor? - Jimin me sacó de mis pensamientos, acurruqué a mí galletita para luego mirar a Jimin.
– En lo pequeño que es nuestro bebé, y en lo extraño que es que sea tan tranquilo. - seguimos caminado hasta llegar al automóvil. Jimin me abrió la puerta ayudándome a subir, me acomodé con mi pequeño entre mis brazos, cerró la puerta para luego subirse él y hacer partir el auto.
– No le veo lo extraño, nuestro pequeño es un angelito. - escuché las palabras de Jimin mientras acariciaba el rostro de nuestro bebé, su rostro era tan suave, sus facciones eran delicadas, amaba ver aquella adorable nariz de botón heredara por Jimin, sonreí sin poder evitarlo.
La felicidad que estaba sintiendo en esos momentos no se comparaba a nada que haya sentido alguna vez en mi vida, me sentía pleno, y completamente amado, un nudo se alojó en mi garganta, mis ojos se llenaron de lágrimas, aún seguía con mis emociones a flor de piel, ver dormir a Jungmin era ver a Jimin cuando sonreía sinceramente, sus ojitos se perdían en dos medias lunas.
Comencé a balancearme en mi asiento meciendo a nuestro bebé mientras acariciaba su espalda, me sentía tan cálido, tan completo teniéndolo cerca de mí.
El auto se detuvo trayéndome a la realidad, ¿ya llegamos? miré hacia afuera ¿dónde estamos? mi ceño se frunció sin saber dónde estábamos. Jimin me abrió la puerta para luego ayudarme a bajarme, traté de no moverme tanto para no despertar a Jungmin.
– ¿Dónde estamos, amor? ¿Vinimos a visitar a alguien? – pregunté recibiendo como respuesta la enorme sonrisa de Jimin y sin más comenzó a caminar delante de mí, no tuve más opción que seguirle.
El camino era sumamente tranquilo, todo estaba rodeados por arboles el aire era tan puro que mis pulmones se regocijaban cada vez que respiraba, me sentía sereno de solo caminar por ese lugar. Al llegar nos encontramos con una bella casa, no era tan grande, pero tampoco era pequeña más bien era una casa que daba la impresión de que fuese acogedora, nos detuvimos fuera de ella.
– ¿Qué es esto? ¿qué hacemos aquí? - Jimin no decía nada solo me miraba mientras sonreía, mis ojos viajaron por la estructura que estaba frente a mí hasta que mis ojos se posaron en una hermosa placa tallada del más firme roble la cual decía:
||Familia: Park & Jeon||
Me acerqué a aquella placa, para luego mirar a Jimin quien seguía con su hermosa sonrisa. Estaba tan asombrado que por un momento olvidé como hablar, tantos pensamientos golpearon en mi cabeza y pecho, toda aquella calidez se ramificó por cada célula de mi cuerpo, separé mis labios buscando decir algo, pero mi voz no salió.
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ENAMORÁNDOME DE MI DULCE ESPOSO
FanfictionPark Jimin, hijo perfecto, hombre perfecto, sonrisa perfecta, en resumen todo él es perfecto... ¿Gran defecto? ¡La mentira! Toda su vida en una mentira, Park solo aparenta ser perfecto para no decepcionar a las personas que ama ¿Qué pasará cuando p...