♥Capítulo 19♥

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Narra la escritora.

Los días para ambos chicos eran difíciles, ambos trataban de eliminar los fantasmas de su pasado, los chicos la estaban pasando sumamente mal. Pero ¿Qué se le iban a hacer? Willy era una persona la cual cumplía sus promesas y esta no sería la excepción le dolía bastante a ver tomado aquella decisión pero como el habia dicho no habia marcha atrás.

Vegetta habia ido a la casa que solía compartir con Willy a recoger un par de sus cosas que habia olvidado, la casa estaba vacía, Willy habia salido asi que aprovecho para tomar sus cosas con tranquilidad, preparo todo lo que necesitaba y la dejo en una mochila en el piso fuera de su habitación, se paseó por toda la casa recordando cada momento vivido al lado de Willy, su pequeño. Entro en la habitación del anteriormente nombrado y observo cada detalle de ella, fue hasta su cama y se permito acostarse un momento en ella, tomo la almohada y aspiro el aroma en ella, ese olor le fascinaba, olía a Willy.

La puerta se dejó oír, segundos después la puerta de aquella habitación se abrió dejando ver al chico de ojos achinados un poco sorprendido.

Willy: ¿Vegetta? ¿Qué haces aquí?

Vegetta: lo siento, es solo que... fue un error, me tengo que ir.

Camino hasta la puerta cuando estaba a punto de atravesarla la mano de Willy se lo impido.

Willy: espera. –Vegetta volteó a verlo. – ¿crees que sea posible que... que me dieras un... un último beso?

Vegetta sonrió ante el sonrojo y las palabras del menor pero no hiso otra cosa más que aceptar.

Vegetta: claro que si pequeño.

Vegetta beso dulcemente esos labios tan dedicados y tan adictivos, ambos sabían que ese acto les costaría después bastante caro pero de eso se preocuparían después. Comenzaron a caminar manteniendo aun ese beso, cuando llegaron a la orilla de la cama Guille lo empujo, rompiendo tan apasionado beso. Ataco su cuello dando pequeños besos sobre este, Vegetta solo respondía con gemidos leves ante esta acción, ninguno de los dos era totalmente conscientes de lo que hacían y no se detendrían asi que continuaron con lo que habian comenzado...

El teléfono de Willy no dejaba de sonar, asi que muy perezosamente estiro su mano izquierda hasta la mesita de noche que estaba a su lado y tomo su móvil, sin tomarse la delicadeza de ver quien era escondió ante la llamada.

Willy: ¿hola?

– ¿Cómo amaneció el hombre? ¿Listo para la boda?

Willy termino de despertar, observo con detenidamente el nombre de la persona que lo llamaba.

Willy: claro que sí señor. –respondió algo nervioso.

Fernando: me gustaría hablar contigo antes de la ceremonia.

Willy: claro que sí señor, usted diga cuándo.

Fernando: ¿te parece bien ahora? Estoy afuera de tu casa.

Willy: sí, sí. –si antes estaba nervioso ahora lo estaba más, volteo a ver a su acompañante que dormía plácidamente. –no hay problema.

Fernando: vale, entonces ábreme hijo.

Willy termino la llamada, dejo su móvil en la mesita a su lado y se levantó, tomo su ropa interior y se la colocó al igual que sus pantalones, tomo su camiseta y se fue directo a la puerta principal, antes de abrirla se colocó la camisa y abrió.

Fernando: ¿aun estabas dormido? –pregunto con una sonrisa.

Willy: sí. –menciono apenado y terminando de acomodar su camiseta.

Fernando: ¿te divertiste anoche?

Willy no pudo evitar recordar la tan apasionada noche que tuvo con Vegetta quien seguía dormido.

Willy: no, la verdad es que estuve preparando videos para el canal.

Fernando: claro tu trabajo en YouTube.

Willy: ¿le ofrezco algo de tomar?

Fernando: no, gracias. ¿Qué te parece si mejor hablamos?

Willy: claro que sí señor, por favor siéntese.

Ambos tomaron asiento, Fernando se sentó en el sofá que va de uno y Willy lo hiso justo frente de él.

Fernando: bien Guillermo seré honesto contigo. La verdad quiero lo mejor para mi pequeña y si su felicidad está contigo no tengo más que decir, pero solo te quiero advertir que no juegues con sus sentimientos y la hagas muy feliz porque si veo una sola lagrima en su bello rostro que no sea de felicidad te la veras conmigo.

Para ese momento Guillermo estaba más que asustado, sabía que el papá de Kate podía llegar a lastimarlo si algo le hacía a su hija.

Willy: claro... claro que no, dedicare mis días a hacerla feliz.

Fernando sonrió tras escuchar esas palabras y Willy lo siguió solo que la de él fue un poco fingida. Un Samuel ya vestido y con su maleta en mano apareció en la estancia.

Samuel: siento interrumpir.

Fernando: no te preocupes ya habíamos terminado de hablar. ¿Y tú eres?

Samuel: Samuel, Samuel De Luque. –dijo ofreciendo su mano a forma de saludo, la cual Fernando acepto.

Fernando: mucho gusto Samuel. Yo soy Fernando el suegro de Guillermo.

Samuel: lo sé, señor. –dijo algo triste.

Fernando: y bueno si no es mucha intromisión me gustaría saber ¿Qué haces aquí?

Samuel: yo vivía aquí, compartía piso con Willy. Ahora lo mejor será que me vaya para que él y Kate vivan aquí.

Fernando: me parece bien. Bueno sin más que decir yo me retiro. Nos vemos en la boda, y Guillermo espero cumplas lo que hablamos.

Fernando abandono el lugar dejando a los dos chicos en completo silencio, un silencio incómodo.

Samuel: me tengo que ir.

Avanzo hasta la puerta pero de nuevo una mano le impidió salir.

Guillermo: ¿te veré en la boda? –dijo con la voz algo quebrada.

Samuel: ahí estaré compañero, al fin y al cabo seré tu padrino ¿no? –respondió de igual manera antes de al fin atravesar la puerta.

¿Que Hago Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora