Capítulo 10

80 12 0
                                    

Marc, me despertó. Cosa rara. Dijo que mamá me había dejado un pedido pero que no recordaba qué. Luego salió de mi cuarto, yo miré la hora y faltaban dos minutos para que mi alarma sonara. La desactivé. Fui al baño, me cepillé los dientes. E hice lo que siempre hacía todas las mañanas. En la nota que mamá siempre dejaba, decía; "Que tengas muchas suerte hoy cariño. Por si Marc no recuerda lo que te pedí; quiero que laves tu ropa. Pues no haces nada en esta casa. Por lo menos métela en el lava ropas. Te ama mamá."

Subí a mi auto, y el motor sonaba perfecto para correr en una pista. Amaba ese auto, pero no a quien me lo había obsequiado. Cuando iba por la calle, los parlantes eran más fuertes entonces la música sonaba a todo volumen. Pasaba cerca de las chicas quienes me miraban y lanzaban unos coqueteos con sus sonrisas. Llegué al estacionamiento y cuando mis amigos me vieron no lo podían creer. Bajé del auto y lo admiraban como si fuera un Dios. Al igual que otros chicos que estaban allí cerca. Jerry fue el único que quedó allí parado para saludarme, pues lo había visto el día anterior.

-Mientras tú anoche, te la pasaste amargándote yo me tiré a dos hermosuras, en mi cama.- mis ojos se torcieron.

-No estuve completamente amargado. Salí con una chica anoche.

-No me digas que con la de los suburbios.- lo miré enojado. Comenzamos a caminar

-¡No! ¿Recuerdas a Vanessa? ¿La que tiene ciencias con nosotros?

-¿Cuál, la morena y de pechos pequeños, pero de trasero grande?

-¡Esa misma!- hizo una mirada traviesa.

-Mh, no me lo esperaba de la inocente. Ahora dime ¿qué tal es?- negué con la cabeza.

-No sucedió nada.

-¿Cómo? ¡Oye! Eso no es tu estilo. Tú te la tiras en la primera salida siempre y luego ves si la cosa va bien o no.

-Sí, estuvimos a punto... pero resultó ser...- lo miré con un gesto obvio.

-¡Oh por Dios! ¡Debí imaginármelo! Y aun así no quiso contigo.- negué con la cabeza.- Bueno la próxima será.

Seguimos caminando, llegamos a la entrada. Fuimos a nuestros casilleros por los libros de historia que nos hacían falta para ese día. Cuando en un momento sin darme cuenta Vanessa se acercó sin aviso. Ella me miró avergonzada. Sabía a qué venía todo, ella pediría disculpas, luego me pediría para salir otro día. Luego saldríamos más y más días hasta entablar una relación, donde ella se enamoraría de mí y así después sentirse lista para tener sexo.

-Hola, Taylor.- yo le sonreí.

-Hola.

-¿Podemos hablar?- miró a Jerry- En privado.- Él hizo un gesto de "ni si quiera me importaba" y se fue.

-¿De qué querías hablar?

-Emh, lamento lo que pasó anoche, es solo que tenía miedo y digamos que no me sentía lo bastante lista para tú sabes...- Solo quería que aquella conversación terminara

-No importa, está todo bien.-Sonó la campana.- Debemos ir a clases. Un placer verte de nuevo. Nos vemos belleza.-dije para no hacerla sentir tan mal.

Y me fui de allí, no soportaba que chicas así vinieran a disculparse como si fuesen las víctimas porque no se animaban a tener relaciones. Estaba a unos metros de distancia de ella. Pero luego, me jaló el brazo hacia ella y comenzó a besarme. Tomó mi mano y con una mirada me indicó que la siguiera. Yo obedecí y la seguí. Llegamos al fondo del pasillo y a la izquierda había una puerta. Ella la abrió, al parecer era el sótano. Bajamos las escaleras y comenzamos a besarnos. En mi mochila siempre llevaba protección. Saqué de allí uno mientras ella se quitaba la playera. Hasta que lo hicimos en el piso del sótano.

Luego de unos minutos encerrados allí. Ella se levantó del piso y se fue corriendo, dejándome solo en aquel lugar. Mi cerebro estaba muy confundido por lo que acababa de pasar. Quedé allí abajo hasta que el horario de clases terminara. Pues prefería saltarme una clase que llegar tarde, sabiendo que el profesor Johnson estaba en el aula. Luego sonó la campana y subí. Salí del sótano y busqué a Jerry. Lo encontré, coqueteando con una porrista, la cual lo miraba con desprecio. Al parecer él insistía y ella solo quería que lo dejase en paz.

-¡Déjala ya Jerry! ¿Acaso no te das cuenta de que no quiere nada contigo?- dije burlándome. Ella sonrió al verme.

-No, con él. Pero tal vez si tú me invitas a salir pueda...- la ignoré y llevé a mi amigo hacia otro lado.

-¿Qué te sucede? Casi la tenía.

-Sí claro es por eso que se me tiró a mí.- Torció sus ojos.

-¿Dónde estabas?

-No vas a creer ¿Recuerdas a Vanessa?- asintió- Bueno me llevó al sótano para que lo hiciéramos. Luego de la nada salió corriendo y ya no la eh visto más.

-¿En serio?

-Sí, ¿quién entiende a las mujeres?

-Son todo un misterio.

TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora