Capítulo 5

3.5K 235 49
                                    

Hola mis adoradas Bloomberg.

Espero que les guste este regalo adelantado pues mañana estaré full y no me dará chance de publicar.

Jajajajajaja en esté capítulo hay una extraña referencia al BaseBall espero que sea de la comprensión de todas ya que hay países donde ese deporte es nulo.

LAS QUIERO UN MONTÓN Y UN MILLÓN POR SU CONSTANTE APOYO.

Stef.-

5

Las cinco de la tarde se hicieron demasiado rápido. Cybele paseaba con Bely por el enorme palacio.

— ¿Todo esto es de mi padre? —siempre su dulce voz alegraba el alma de su madre.

— Sí, todo este gran palacio es de tu padre.

— Y también de Leggy —apuntó con inteligencia.

Cybele se detuvo y sonrió al ver el diminutivo que su hija le puso a su hermano. Agachándose miró directo al rostro de su pequeña.

— También todo esto te pertenece, eres su hija, nunca lo olvides —la niña negó con su cabeza en señal de que nunca lo olvidaría.

— ¿Legolas será el rey de Mirkwood?

— Y tú serás la reina de Mepherden, ambos se apoyaran siempre. Tú irás en su auxilio siempre que él te necesite y él irá al tuyo cada vez que lo requieras.

Estaba segura de eso, Agatha le había contado todo sobre el paseo —excepto la íntima petición del príncipe— y siempre Legolas estaría para su hija sin importar nada, toda la vida le agradecería su gesto. Deseó con fervor que semejante protección viniese de su propio padre y no de su hermano.

En ese momento pensó otra cosa, pensó que Legolas podría detener a su padre, impedir su venganza, defender a su hermana. Separó los labios en asombro, seguiría tratando con Thranduil pero si nada funcionaba con él se enfocaría en Legolas, era el único que en realidad podía ayudarla.

Siguió caminando con su hija y una moza le entregó una nota.

— ¿Quién la manda? —inquirió con el papel en la mano.

— El rey, mi señora —la elfa se retiró.

Thranduil la convocaba con urgencia, la esperaba en el salón del rey. Sin saber qué esperar dejó a Thranbely con una de sus nanas y se fue al salón. Portaba un decoroso vestido color amarillo que no la hacía sentir particularmente atractiva pero la nota decía que no demorase.

Los guardias abrieron las puertas del salón para ella. La sorpresa la invadió al ver que el rey no se encontraba sólo, cuatro elfos estaban con él, no sabía exactamente quienes eran, no eran los altos elfos del consejo aunque los había visto en entrenamientos y sabía que los cuatro eran los más hábiles guerreros que el rey tenía.

Tras ella apareció Legolas.

— Que bien que han llegado ambos —el rey no se acercó a ninguno de los dos—. Los hice llamar, porque es importante que ambos estén acá.

Se levantó de su trono y le indicó a su hijo que tomase asiento, a Cybele la agarró de la mano y le llevó hasta un enorme mapa.

— Ya que mi mujer es la autora de la brillante idea, dejaré que sea ella quien explique los puntos.

Obligación y Seducción. Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora