El cuarteto de oro

48- La habitación que se encoje

—finite incantatem— pronunciaron mientras me dejaban en una habitación obscura.

Al poco rato de estar ahí se encendió una pequeña luz, esto no puede estar pasando no se que me ocurrió. ¡Ni yo me la creó! Hay algo que no anda bien el problema es ¿Que es? No se lo que ocasiona que me comporte así.

Iba a matar a mi mejor amigo, es como si Hermione me intentará matar. Una lágrima, una lágrima es lo que hay en mis mejillas, estoy llorando... Otra vez, este no es un llanto normal es intenso, rasguño las paredes como si eso lograra que se rompieran y yo soy libre como un ave, pero solo es un pensamiento.

Busco la puerta pero no hay paredes. Esto es extraño, juraría que cuando me dejaron aquí había una puerta

—¡Saquenme de aquí!— grito pero parece que nadie me escucha— auxilio

Me recuesto en el suelo a pesar de ser un cuarto muy grande, no hay nada solo paredes grises. Abrazo mis rodillas y me muevo. Hacia adelante, hacia atrás.

No se cuanto tiempo estuve así, mis llantos cesaron y yo seguía encerrada

—Y los consideras tus amigos— dijo una voz femenina

—¿Quien eres?— pregunte con valentía

—Soy tu- respondió con calma, tal vez eso no la veo —Soy tu pero... Una versión mejorada, yo no mataría a mis amigos.

—Pero yo si- respondió otra voz esta con una voz menos dulce, amarga— debes hacerme caso a mi omite todas las tonterías que diga ella.

—¡Vayanse!— les grito

—Vámonos Izquierda— dijo la voz malvada.

—Pero...

—Vámonos— dijo firme.

—Adiós Aylien vete por el buen camino— respondió la dulce que creo que se llama izquierda.

—Izquierda no tengo tu tiempo— hablo la malvada.

—Ya voy Derecha— respondió y ya no las escuche.

Estar aquí encerrada afecta, ahora debo salir de aquí, cueste lo que cueste. Empiezo a caminar por ahí sin encontrar nada, ni siquiera cosas viejas. Nada

Esto debe ser un hechizo, si puedo hacer magia sin varita ¡puedo salir de aquí! Junto toda mi concentración en romper las paredes, «las paredes se rompen». Nada, absolutamente nada, ni siquiera se hicieron gritas, resople indignada, volví a intentarlo una y otra vez. A la undécima vez me rendí, me deslice por la pared quedando sentada.

—¿Por que a mi?— pregunto sin esperar respuesta al techo.

Algo inusual ocurre. Se acerca a mi, la pared en donde estoy sentada se mueve ligeramente empujandome a la otra pared.

El problema es que ¡la pared de enfrente se mueve! Merlín se esta moviendo el techo sigue cayendo, comienzo a respirar aceleradamente y con pesadez, soy claustrofóbica.

Empiezo a temblar, lo que antes era un cuarto muy amplio ahora es tan pequeño que se largo pudiera medir 2 metros

—¡Ayuda!— grito desesperada— las paredes se cierran ¡Ayudenme!

Estiro mis piernas y levantó mis brazos para evitar que se cierre mas y terminar aplastada. En estos momentos ya estoy llorando, lloro mientras hago esfuerzos para que las paredes no se cierren, entre los llantos y el sudor mi cara esta empapada, mis manos empiezan a sudar y se vuelven resbalosas. Bajo una mano para secarla con mi blusa morada y hago el mismo proceso con la otra mano, algo esta caminando por mi pierna ¡es una cucaracha! Que se reproduce y cubren todo mi pálido cuerpo