Capítulo 42 (Editado).

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Me desperté a las 5:30AM. Me fui a bañar y me cambié. Me puse un jean negro y una remera violeta, junto a mis zapatillas negras con blanco. Me até el pelo (en una trenza cascada).

-Hoy es el gran día- susurré.

Fui a desayunar, donde encontré a todos, muy emocionados, porque van a regresar a sus casas, con sus familias y amigos.

Al terminar de desayunar, volví a mi habitación. Agarré mis dos bolsos y fui a la entrada.

En la entrada, me despedí de mis amigos y subí a un autobús, que me llevará de regreso a casa.

Daniel, Diana, Karen, Leandro y Lautaro, me van a acompañar.

Leandro y Lautaro se las ingeniaron para meter varias bolsas de sangre para consumir en las vacaciones, ya que si no toman sangre se debilitan demasiado y pueden llegar a atacar a cualquiera y eso no es bueno. Yo, en cambio, puedo aguantar muchísimo más que ellos, pero igual, voy a llevar un poco de sangre (en termos para bebidas).

Subí al autobús, junto a mis cinco amigos. Me senté en la parte del medio, contra la ventana.

Diana y Karen, al frente y Daniel, al fondo, junto a Leandro y Lautaro.

-El chófer decidió tomar el camino largo- dijo Karen.

-¡¿Qué?!- me quejé-. ¡¿Por qué?!

-¿No dijiste que querías ver todo el camino, desde tu casa, hasta la escuela?- dijo Diana, metiéndose en la conversación.

-Si- dije.

-¿Entonces? ¿Cuál es el problema?- preguntó Daniel, uniéndose a la conversación.

-El problema, es que yo estoy muy apurada y necesito ver a mis amigos- respondí-. Créanme que estar mintiendo seis meses no es tan fácil, si es que son amigos de verdad.

-Pero es necesario, si es que quieres sobrevivir- dijo Lautaro.

-Pero no quiero mentirle como haces tu, Lautaro, no lo voy a resistir, y algún día, lo diré sin querer- dije, estando triste.

-Pero mira el lado bueno- dijo Diana-. Vas a poder ver a tus amigos.

-¿Cuánto vamos a tardar?- pregunté-. ¿Cuándo los voy a volver a ver?

Hubo un hermoso e incómodo silencio.

-Llegamos a las 10PM- susurró Daniel, mirando por la ventana.

-¡¿QUÉ?!- grité, aturdiendo a todos.

-Haznos el favor de gritar afuera y no aquí dentro- dijo Lautaro.

-¡¿Cómo es que vamos a llegar a la noche?!- me quejé.

-Tranquilízate, por favor- me dijo Karen.

-No va a ser posible- dije, hiperventilando levemente-. No en este momento.

-Por lo menos vas a llegar- dijo Lautaro-. Y vas a poder ver a Josefina- suspiró triste.

-¿Y ahora que haré?- me pregunté a mi misma-. ¿Cómo haré para mentirle a Josefina y a todos sobre lo que me pasa? ¿Cómo ocultaré mis dones, los colmillos, el cambio y todo lo demás?

-Simple, diles lo que quieren pero cambiando el resultado- dijo Daniel-. Eso me ha servido por un tiempo largo.

-Si claro- dije irónicamente-. Tu dices que es simple, porque no tienes una amiga, que le fascina la magia y cualquier cosa que supero lo humano.

-No te quejes- dijo Lautaro-. ¡Josefina era mi novia!

-¡Pero tu la dejaste!- dije-. ¡Hiciste que sufra!

La Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora