Esta es la historia de una chica llamada Juliana Martinez. Sus padres solo estuvieron con ella el primer mes de su vida y luego la dejaron en un orfanato, ya que ellos murieron. Esta chica tuvo una infancia no muy feliz.
Es una niña especial en much...
Me desperté llorando, pensando en Tomas y su familia.
Mis padres se despertaron al segundo y me abrazaron.
-Pequeña, no llores- dijo mi madre, abrazándome.
-Ven, vamos a desayunar y luego vamos al bosque y rompes cuantos árboles quieras, para sacar todas las emociones acumuladas que tienes- dijo mi padre.
-¿Hay un bosque?- pregunté, muy confundida.
-Si- dijo mi padre-. Allí hay una zona destrozada, ya que tengo que sacar toda mi energía demás para no lastimas a nadie- dijo, algo avergonzado.
-¿Donde está?- pregunté-. Nunca lo vi.
-Está algo lejos de la ciudad- dijo mi padre-. Muy pocos lo conocen. Es un lugar pequeño, pero lindo.
-Allí van todas las criaturas inhumanas a hacer lo que quieren. Algunos matan, otros dejan salir la furia acumulada, otros rompen cosas y allí también puedes hacer un picnic sin que nadie note lo anormal- dijo mi madre-. Es un bosque que solo los inhumanos pueden verlo. Ni siquiera los cazadores pueden ir.
-Que lugar tan genial- dije, ya sin llorar.
"¡Hemos progresado! Por lo menos ahora no lloras"- pensó mi padre.
-¿Podemos ir a visitar ese bosque mágico?- pregunté.
-Si, pero primero, vamos a desayunar, nos cambiamos y preparamos las cosas para almorzar allí- dijo mi madre.
-Ok- dije-. Yo preparo el desayuno.
-Se que cocinas de maravillas, pero hoy lo preparo yo- dijo mi madre.
Me quejé.
-¿Puedo ayudar?- pregunté.
-Claro que si- dijo mi madre, dándome un beso en la frente.
Nos levantamos de la cama y mi padre se fue al baño, mientras mi madre y yo preparamos el desayuno.
Desayunamos los tres juntos y nos preparamos.
Mi padre se puso una remera negra con una calavera en rojo, un pantalón negro y sus zapatillas negras. Mi madre se puso una remera blanca con un corazón en azul claro, un pantalón blanco y sus zapatillas blancas. Yo me puse un vestido corto blanco con cerezas (ver en multimedia), una campera de jean azul y mis zapatillas blancas con negro (tengo dos pares: unas negro con blanco y unas blanco con negro (mismo modelo, distinto color)). Puede que la ropa que utilizo no combine o sea para la ocasión, pero es cómodo y me gusta.
Agarré una mochila, puse todo lo que iba a necesitar y en una mochila aparte, puse la comida y bebida.
-¿Listos?- pregunté.
-Vamos- dijo mi mamá.
-¿Vamos en auto, o caminando?- pregunté.
-Es mejor caminando- dijo mi papá.
-Ok- dije.
Salimos de casa y caminamos unos cuantos kilómetros hasta llegar al bosque.
Desde lo lejos se ve como un tenebroso bosque con árboles perfectamente simétricos que parecen nunca terminar.
Nos acercamos un poco más y el bosque cambió completamente.
-Wow- fue lo primero que dije.
Como está soleado, se ve hermoso. Este lugar me encanta. Tiene sol, vegetación variada, algunos animales pequeños y el canto de las aves se escucha alegre.
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