EPÍLOGO (Editado).

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*Narra Tomas.*

Ya han pasado cinco siglos desde que Juliana (mi esposa, una gran criatura, una gran hija y una gran amiga) se fue.

Todos lloramos ese día y le hicimos un altar cerca de la creepyhouse, donde hay una foto de Juliana enmarcada en un cuadro de cuadrados blancos, negros, grises, violetas, rojos y azules. Hay una corona de flores, la cual cada mes cambio por una nuevae. Alrededor de la foto hay un montón de pequeñas fotos en donde aparecen Juli y los creepys o ella con sus amigos (tanto los inhumanos como los humanos). Todos, pueden ir y contemplar el altar, que está dentro de una pequeña capilla con una reja.

Todos los intrusos que entran al bosque y tocan algo del altar al segundo mueren ya que algún creepy lo mata.

Nadie puede cambiar la estructura o la decoración del altar. Solamente se pueden poner flores a los costados (flores artificiales, para que duren más). En la parte de atrás de la pequeña capilla, están las cosas que las criaturas (conocidas por Juli), dejan algo que les haga recordar a nuestra querida amiga fallecida.

.-.-.

Ya es media noche.

Estaba dando vueltas por el mundo en busca de la reencarnación de mi esposa, cuando, paso enfrente de un gimnasio donde hay una chica muy parecida a Juli, quien sube a un auto.

Siguí al auto, para comprobar mi duda.

El auto se detiene frente a un edificio, que parece estar en mal estado.

Muchas personas entraban y salían del edificio.

Me puse mi capucha y entré al lugar, escondiendo mi daga en mi bota derecha.

Seguí a la chica, pero desapareció.

Olí el aire, intentando rastrear a esa chica.

Fui hacia donde estaba la chica y la vi luchar.

¡Es genial luchando! Me sorprendió mucho, ya que su rival tiene los músculos bien pronunciados, pero la pequeña chica se defendía y atacaba perfecto.

Me quedé viendo a la chica, hasta que ganó la pelea y se fue, junto a su representante, quien juntaba el dinero de las apuestas.

La seguí a la niña quien se fue con su representante, hacia el auto en el cual habían venido.

Agarré a la chica del brazo, delicadamente.

La desconocida giró su cabeza para verme.

En el instante la reconocí... ¡ES JULIANA! Es mi querida y amada esposa, quien murió hace cinco siglos.

La chica es de pelo castaño, pero su cara es igual a la de Juliana, tiene ojos celestes, piel pálida, de curvas pronunciadas... En una pocas palabras; PERFECTA... Definitivamente es la chica a la cual estuve buscando por muchísimo tiempo.

-¿Juliana?- pregunté, viéndola a los ojos.

-Señor, se confunde de persona...- dijo la chica, soltando el agarre y yendo con su representante.

La chica se subió a un auto y se fueron. La seguí hasta una gran mansión donde se bajó del auto y entró a la casa.

El auto se fue y vi como la chica entraba a la casa como una espía.

Luego de eso estuve un buen rato mirando la puerta, por si la veía salir, pero como no lo hizo, sospeché que vive allí.

Volví corriendo con los creepys, quienes estaban haciendo una carrera por el bosque hacia la Creepyhouse.

Al llegar a nuestro destino, tomé aire y empecé a gritar.

-¡ENCONTRÉ A JULIANA!- grité.

Todos me miraron, muy sorprendidos.

-¿Seguro que es ella y no alguna otra chica?- dijo Liu-. Mira que ya te has confundido varias veces.

-Juro que fue a ella a quien vi- afirmé-. Es ella.

Al fin la encontré y no pienso perderla otra vez...



Editado: 24/11/2019

La Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora