Capítulo 92 (Editado).

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Me desperté intenté abrir mis ojos o moverme, pero me resultó imposible. Lo único que puedo hacer, es escuchar.

-¿Seguro que solo está dormida?- preguntó una voz masculina-. ¿Seguro que ella está bien?

-Si- dijo una segunda voz masculina-. Como le han aplicado tanto calmante, solo está inconsciente, pero pronto se despertará más calmada... O eso es lo que esperamos.

-Espero que tengas razón, o vas a morir- dijo la primera voz.

-No nos adelantemos a los hechos- dijo la segunda voz, con un tono de miedo-. Mejor nos vamos y la dejamos dormir. Seguramente gastó demasiada energía y tiene que recuperarla.

Volví a intentar moverme y lo logré.

-¡Hijita! ¿Cómo te sientes, mi pequeña?- dijo mi padre, abrazándome.

Recordé lo que sucedió andes de que me desmaye.

-¿Dónde está Lucy?-pregunté, muy enojada-. Aún no terminé con ella.

-Ella está en su habitación con un doctor- dijo la segunda voz, que es de Alejo, el doctor de la escuela inhumana-. ¿Cómo te sientes?

Me enojé al saber que sigue viva. Si la muy **** sigue con vida, va a volver con Tomas y no lograré terminar mi venganza. Ella me hizo sufrir de la peor forma y pienso devolverle el favor.

-Hija, cálmate- dijo mi padre.

-No estoy enojada- mentí.

-En tus ojos se ve la ira que sientes, no nos puedes mentir- dijo mi padre.

Me dieron un espejo y logré ver mis ojos, que no tienen su color habitual, sino, que son grises en donde debería estar blanco y violetas en donde debería estar el azul que me carazcteriza.

-Pequeña, ya no pienses en Lucy- dijo mi padre-. Tengo chocolate.

Lo miré, sonriendo.

-Ten- dijo mi padre y me dio el chocolate.

Comí el chocolate, estando sonriendo, pero cuando se acabó, volví a enojarme.

-¿Tienes más chocolate?- le dijo Alejo a mi padre.

-En el mundo humano si, acá no- dijo mi padre-. Ya vuelvo con más chocolate.

-Vuelve rápido- dijo Alejo y mi padre se fue corriendo.

-Quiero ver a Lucy y a Tomas- dije, muy enojada.

-En el estado que estás, va a ser imposible- dijo Alejo.

-Si tu no me dejas, yo misma iré- dije.

-No tienes ni idea de donde están. No puedes irte- dijo Alejo, sonriendo victorioso.

-No se donde están, pero se como encontrarlos- dije, mirando la sangre de Lucy, que está en mi mano, que cayó cuando golpeaba a la *****.

-¡Ni te atre...!- gritó Alejo, pero yo ya me había teletransportado a la habitación donde Tomas está abrazando a Lucy.

-Hola parejita feliz. Vengo a darles un regalo, del que se acordarán para el resto de sus vidas- dije, mostrando los colmillos.

Me lancé sobre Lucy. Tomas intentó detenerme, pero lo lancé contra la pared y cayó desmallado al suelo.

-¡Ayuda!- gritó Lucy.

-Nadie te va a salvar, pequeña princesa- dije.

-¡Vete de aquí! ¡Fuera!- gritó Lucy, mientras la golpeo.

-Ni siquiera sabes defenderte- dije-. Qué patética eres.

-Por lo menos fui educada por mis padres, no como otras a las que su familia la abandonó por que es una farsante y nadie la quiere- dijo Lucy, tocando un tema muy delicado.

Empecé a llorar y a gritar.

-¡NO TIENES NI IDEA DE CUANTO HE SUFRIDO EN MI VIDA ENTERA, ASÍ QUE CÁLLATE!- grité.

-¡Juliana!- gritó mi padre, entrando a la habitación.

-¡¿QUÉ?!- grité, mientras golpeo a Lucy.

-¡Deja a Lucy ahora mismo!- gritó mi padre.

-Ok. Tu lo pediste- dije, lanzando a Lucy al aire de un gran golpe en el estómago, para que luego caiga en el suelo, inconsciente y sangrando-. Eso le pasa por ****.

Sentí varios pinchazos por todos lados de mi cuerpo y vi todo negro.

Antes de llegar al suelo inconsciente, alguien me agarró.

.-.-.

Me desperté. Estoy en una habitación totalmente negra, acostada en una cama.

Me teletransporté al lado de Lucy y desconectó todo los aparatos que rodean a Lucy y la mantienen viva.

Lucy despertó y la miré de mala forma.

-Hola querida. Al fin tenemos tiempo de terminar, lo que quedó pendiente- dije-. Y esta vez, no zafarás tan fácilmente.

-Aléjate de mi- dijo Lucy, con un hilo de voz.

-Estás tan débil, que ni siquiera hablar te sale bien- dije-. Qué bueno, que eso no durará tanto tiempo.

Me transformé en lobo y Lucy me miró sorprendida.

-¿Eres... Eres una.. licántropo Alpha?- dijo Lucy, muy impresionada-. Aléjate de mi, monstruo.

-Aquí el único monstruo, eres tu- ladré, pero Lucy no me entendió.

Me lancé sobre Lucy y empecé a desgarrar su piel, con mis garras, mientras sonrío feliz y victoriosa, mientras escucho sus gritos, que para mi, es una hermosa melodía.

Dibujé sobre el estómago de Lucy, un corazón tachado y destrocé todo a su alrededor.

-¡¿JULIANA?!- gritó Tomas y lo miré.

-Así me llamo yo- ladré, pero no me entendieron.

-¡¿Eres un... Licántropo?!- dijo Tomas, muy asustado.

Asentí con la cabeza.

-No es que tenga algo en contra tuya, pero, te odio por haberle hecho daño a Lucy- dijo Tomas, muy asustado, apuntándome con su cuchillo.

-No me lograrás hacer daño con eso- ladré, pero por tercera vez, nadie me entendió.

Seguí haciéndole daño a Lucy y disfruté eso.

Tomas me empezó a cortar la espalda, pero no me importó que tan profunda sea las heridas, yo seguí desfigurándole el rosto a Lucy.

-¡JULIANA SOFÍA LAURA PAULINA LUCIFER ANGELA DE LA ROSA SALVATORI BLACK WHITE!- gritó mi padre y lo miré, dejando de atacar a Lucy-. ¡Deja a tu prima en paz!

-¡No quiero!- ladré y volví a atacar a Lucy.

-Lo siento mi pequeña- susurró mi padre y sentí varios pinchazos.

Dejé de atacar a Lucy y me fui debilitando de a poco.

Me senté al lado de la cama donde está Lucy y caí dormida, sintiendo mucho dolor por todas partes e intentando mantenerme en mi forma de lobo, ya que no quiero que me vean sin ropa, pero fue un esfuerzo en vano.

Lo último que vi, fue a Tomas abrazando a Lucy, mientras es llevada por unos doctores vestidos de bata negra y mi padre, cubriéndome con algo, para que no me vean sin ropa, ya que regresé a mi forma humana.



Editado: 22/11/2019

La Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora