Capitulo 2: Presentimiento no grato

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Al entrar por la puerta de la incalculable casa color blanca de los Cullen, vi a Emmett y Jasper jugar ajedrez con ocho tableros; Alice mirando una revista de moda junto a Rosalie. Carlisle de seguro está trabajando. Por lo qué me falta mi madre postiza. Esme. Ella era una persona especial y cariñosa. Siempre con una sonrisa pintada en la cara.

-Bella- dijo Esme tomándome de las manos. Su tacto era frio, pero a la vez, cálido.- ¿ya has hablado con Charlie en el asunto de la boda?- preguntó con cariño. - ¿o van a decírselo los dos juntos? - no hacía falta, porque ya se lo había dicho. Con Charlie, nunca nos ocultábamos nada. Cuando le anuncié mi compromiso con Edward, me había dicho qué sea después de de la guerra.

-¿tú qué dices, Edward? - le dije mirándolo. - ¿se podrá dentro de una o dos semanas?

-Cuando quieras, amor. -me respondió. ¿Por qué se empeña en cumplir todo lo qué yo quiero?

-bueno...- dije pensativa, pero me desconcerté cuando un gruñido salió de la garganta de Emmett. Jasper había derribado su caballo favorito, y yo, me reí. - eres tan infantil, Emmett.

Mi relación con Rosalie había mejorado a tal punto qué podíamos sostener una conversación agradable. Por lo qué se podría decir qué mi relación con ella, había re-iniciado desde cero.

-no es mi culpa qué te pierdas de toda la diversión, hermanita- dijo burlón.

-ay, Emmett, Emmett... - dije yo, muy divertida. - mejor te dejo. No vaya a ser qué se me contagie lo infantil.

-¡oye! - exclamó Emmett cuando todos se rieron.

Miré a mi prometido, qué se estaba yendo a la sala del piano. Se sentó y esperó a qué me sentara a su lado.

-¿Qué quieres qué toque hoy? - me preguntó cómo buen anfitrión.

-uhm... - dije yo, mas pensativa qué antes. - ¿puedo elegir una qué este ahí? - le pregunté viendo la cantidad de partituras. Busqué y encontré dos qué me encantaba qué mi hermano tocara para mí. "Wake Me Up, When September Ends" de Green Day para el piano y "piano romántico" de Chopin. - Esta - le dije dándole la de Green Day con una sonrisa. Hace mucho qué no escuchaba ese tema, ni siquiera con todos los instrumentos.

-Magnifica elección, señorita Swan - dijo mientras ponía las partituras en su lugar. Cuando empezó a tocar, comencé a recordar cuando mi hermano y yo, habíamos ganado la copa de Quidditch en tercero, haciéndole burlas a mí Ced... cuando me di cuenta en qué estaba pensando, abrí los ojos encantándome con Jasper y Alice, el primero, mirándome en forma interrogativa. Obviamente se había dado cuenta de mi cambio de humor, pero, para mi alivio qué fingí, sacudió su cabeza y me dedicó una sonrisa igual qué las qué me dedicaba mi hermano. Cuando quería seguir escuchando la canción, me di cuenta qué había terminado. -¿y ahora qué quiere hacer, mi señorita?

Solté una risita y le besé la mejilla. Me paré y caminé hacia la puerta de atrás, qué era de vidrio.

-quiero caminar por el borde del bosque, ¿sí? - le dije a Edward, quien esbozó la sonrisa qué tanto amaba.

... ... ... ... ... ... ... ... ...

-¿no podemos hacerlo otro día, Alice? - le pregunté. Llevábamos una hora viendo tarjetas de invitación y ya me estaba hartando...-oh, vamos, Bells. - me dijo la vidente. - es una carpeta más y ya está, ¿no, Edward?

-uhm... no se... - dijo pensativo. Ya tenía la batalla ganada. - deja a Bella, Alice. Ya basta por hoy. Ni siquiera Charlie ni Reneé saben de la boda. ¿No tendrían qué hacerlo cuando todo familiar lo sepa?

-¡argh! - Protestó ella.- ¡ustedes ganan! ¡Pueden irse!

No pude ocultar mi sonrisa de satisfacción. Con Edward, nadie me odia ganar en mi actuación. Me levanté, agarré a mi prometido de la mano, y lo tironeé hacia la puerta.

-quiero a la plaza - le dije mirándolo a los ojos - ¿si, por favor?

-mmm... - dijo haciéndose qué lo pensaba. Tonto. - está bien. - terminó con una sonrisa... ¿es tan obvio qué no me puede negar nada?

-¡caray, Edward!- saltó Emmett cuando ya habíamos bajado del auto en la plaza central. - ¡Esta chica te tiene a sus pies!

-¿Qué puedo decir? - le dije al hermano de mi novio. - Soy irresistible. - le dije divertida.

Me largué a reír cuando Edward lo hizo... pero paré abruptamente cuando sentí una punzada en la nuca. No era una punzada de dolor, pero no era para nada agradable. ¿Qué está pasando? La última vez qué sentí esa punzada era cuando había muerto mi antiguo director de colegio, Albus Dumbledore.

Algo no iba bien... necesitaba ir a donde Charlie... exigirle respuestas sobre mi hermano...

Hubo silencio absoluto qué fue roto por Jasper.

-¿Qué pasa, Bella? - preguntó él. Estaba confundió... o eso parecía lo qué veía yo... - recién estuviste un cambio repentino de humor... ¿estás bien?

-sí, si... - le conteste yo. ¿Cómo hago ahora para qué me dejen ir a la comisaría donde trabaja Charlie? - es... solo qué... me olvidé de hablar con Charlie, me dijo qué mi madre ha cambiado el número de teléfono, otra vez... - reí- tengo qué ir, es urgente, sino, mi madre me hecha la bronca. Es urgente... ¿los veo mañana?

-¿Bella? - preguntó Edward. - ¿quieres qué te lleve?

-¡No!, no, no... - le dije levantándome. - voy yo sola, está bien, Edward. Me sé el camino hacia la comisaría desde acá. - me acerque a mi prometido, lo bese y salí corriendo.

¡Maldición!, se supone qué tienes qué fingir qué eres torpe, Potter... me reproché a mí misma. Bueno, ya no había vuelta atrás, porque al hablar con mi tío, me iría a La Madriguera.

Tarde unos minutos en llegar a la comisaría. No me paré a avisar a la secretaria de mi tío, fui directamente allí.

Abrí la puerta y mi tío tenía una cara de sorpresa al verme.

-¿Qué está pasando con mi hermano? - le pregunté exigente.

La Otra Cara de BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora