Todo estaba planeado. Habíamos estado vigilando la entrada al ministerio desde hace dos semanas y ya teníamos a las personas a quienes tenían qué reemplazar.
Las tres personas iban a ser, por lo qué sé, son: Mafalda Hoppkiss, Reginald Cattermole y Albert Runcorn. Lo sé, por el Diario El Profeta.
Habíamos vigilado a primera hora, cuando llegan ellos, por lo qué eran los primeros tres en llegar a esa entrada. Yo iré con un encantamiento desilusionador, ya qué era metamorfomaga.
Estaba todo preparado. Hoy, era el día.
-¿Harry? - le llamé en un grito. - ¿ya tienes todo listo?
-¡Sí! - el gritó, hizo qué el cuadro de la madre de Sirius, abriera sus cortinas, y gritara todo tipo de insultos. - ¡Mierda, Lily! - me dijo. - ¿a la próxima no puedes venir a donde estoy yo para qué no grite? ¡Escucha lo qué salió de la Bruja Vieja!
-¡ya, vale! - dijo Hermione. - ¡dejen de gritar! - bueno vale, ya habíamos irritado a Hermione.
Cinco minutos, tardaron para callar el cuadro de Walburga Black. Era una casa de locos.
Baje corriendo las escaleras hasta la cocina. Antes de pisar el último escalón, me acorde.
¡No! En estos momentos no estoy para bromas. Cuando todo esto acabe, agarrare a esas copias qué tengo de amigos, y les obligaré a participar en ella.
Súbitamente, me acordé de Edward y su familia. ¿Cómo estarán ellos? ¿Estarán bien? ¿Seguirán preocupados?
Lo qué no pude evitar, fue qué mi cabello tomase color al no poder controlar mi estado de ánimo, qué cambió rápidamente, sin explicación. Y tampoco pude evitar qué, Hermione y Harry (qué miraban hacia donde estaba), me miraran.
-¡Bella! - gritó Harry. Siempre lo mismo con él. Pensé. - ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien, 'manita? - preguntó mi melodramático hermano. De repente, me sentí débil, muy débil... temblaba cómo un pergamino en el viento. Todo se puso nublado... estaba cansada.
-Si... - le contesté antes de hundirme en la negrura.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
-¿Creen qué este bien?-preguntó una voz al ir recuperando poco a poco, la conciencia. Traté de recordar qué es lo qué había pasado. No lo entendí, cuando el recuerdo llegó a mi mente.
-no lo sé, Harry. - le contestó una voz femenina. Debí suponer qué era Hermione. - la verdad, es muy extraño todo esto... no tengo la menor idea de por qué se desmayó.
Empecé a moverme lentamente, sin alertar a os chicos. Al abrir los ojos, los cerré inmediatamente, pues, la luz, me molestaba. Gemí levemente y giré para qué la luz no me dé en los ojos.
-Déjeme dormir. - gruñí levemente enojada. Percibí risas a mí alrededor. Volví a abrí los ojos, topándome con un par verde esmeralda, haciéndome gritar del susto y, al mismo tiempo, haciéndolo caer para atrás.
Las risas de Ron y Hermione no eran para nada discretas.es más, eran ruidosas y contagiosas. Me les uní, a lo qué, después, se nos unió Harry.
Tardamos unos buenos minutos en relajarnos y parar de reír... a lo qué saltaron las preguntad del momento.
-¿Estás bien, Bella? - preguntó Ron, sumamente preocupado. - ¿Qué te pasó?
Me tomé unos segundos para responderle.
-Sí, estoy bien, Ron, gracias. - le dije neutra. - y... a la segunda pregunta, no lo sé. Ni yo misma lo sé... pero, antes de desmayarme, me sentí extraña... no del sentido malo - me apresuré a decir al ver la cara de mi hermano. - es una extraña sensación de paz... de... tranquilidad... no me sé explicar...
ESTÁS LEYENDO
La Otra Cara de Bella
Randomesta historia no es mía es de una amiga espero que les guste porque a mi me encanto