Capitulo 3: Respuestas

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Charlie me miraba con preocupación. ¿Había algo qué mi tío no quería decirme?

Pues, adivina, nadie le oculta nada a Isabella Marie Lillian Swan-Potter, o juro de llamarme así.

-Charlie... - le dije más calmada. - necesito saber qué está pasando en el mundo mágico, por favor. - suplique desesperada. No podía más. Quería saber algo de mi hermano. - te lo suplico.

Charlie suspiró larga y pesadamente y me miró. Sus ojos parecían llenos de algo mucho peor qué una noche en vela. Parecían vacíos.

-Bella,- dijo al final. - después de la muerte de Albus, el mundo mágico se ha puesto nuevamente en guerra, por lo qué tu hermano no ha salido ni un momento de Privet Drive para qué la protección qué tu madre le dio al morir, no se rompa... aunque están pensando romperla antes de su decimo séptimo cumpleaños para trasladarlo a un lugar más seguro... por lo qué sé, lo van a trasladar a la madriguera... y después de ahí, nadie sabe lo qué tiene planeado... - me contestó un poco dudoso... por lo menos en lo último.

Ya sabía qué es lo qué iba a hacer Harry después. El problema era ahora, ¿Dónde están los demás Horrocruxes?

-¿sabes algo de lo qué le encargó Albus a tu hermano, Bella? - me preguntó tirándome una mirada significativa. - Esto ya no esta tan tranquilo cómo hace siete años, Bella. Ya no está Albus para ayudarte... para ayudar a tu hermano.

-ya lo sé, tío... ya lo sé... es solo qué hoy me llegó un mal presentimiento... solo eso... - le dije para justificarme. No quería decirle qué yo sabía de el tema de lo qué nos dejó a cargo nuestro director.

Había estado pensando en volver a casa desde qué sentí ese presentimiento... Harry necesita mi apoyo, totalmente... y no solo el mío, sino, también, el de Ron y Hermione... suspiré...

Ya tomé mi decisión.

Volvería a la madriguera y estaría al lado de Harry, siempre.

Pero Harry no era una de mis prioridades... también estaban los Cullen.

Ya había pensado en cómo despedirme de ellos. Una carta. Miré a Charlie, y hablé:

-tío, ya tomé una decisión. - me miro, preocupado. ¿Podrá entenderme? - me voy a la madriguera.

-Bella... - dijo apesadumbrado. - ¿estas segura? ¿y qué hay con los Cullen? ¿Y la boda?

-con la bosa no pasa nada- le conteste. - y... con respecto a los Cullen... les escribiré una carta tratando de qué no sospechen nada... quiero qué se la entregues tu, tío. - me miró cómo si me hubiese vuelto loca. - no me mires así, tío... por favor, ¿Sí? Solo quiero qué la guerra termine...

-está bien... ¿quieres una lapicera y un papel para la carta? - me preguntó.

Yo asentí, y me alcanzó lo qué ofreció.

Pensé y pensé... pasaron unos minutos hasta qué se me ocurrió qué decirles.

Queridos Cullen:

Siento mucho mi partida tan rápidamente con los planes de la boda y el aviso a Charlie sobre la misma...

Pero surgió un imprevisto donde un tío de mi madre ha caído enfermo... siento deciros qué no pueden acompañarme, pero es qué no yo sé donde vive exactamente... sé qué es en un lugar de Inglaterra, y no me pidan más porque es todo lo qué sé.

Ahora, Edward, te digo qué no te preocupes, porque volveré... te lo aseguro. Solo voy a estar fuera hasta qué mi tío este bien... te amo más qué a nadie...

Os quiero

Bella.

Al terminar de escribir la carta, agarré un sobre y lo metí sellándolo y escribiendo del lado de atrás "Familia Cullen". Le tendí el sobre a Charlie y me paré.

-¿puedes hacerme un traslador? - le pregunté después de un rato. - es qué quiero llegar rápido a lo de Fred y George... necesito una buena broma...

La Otra Cara de BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora