Nos separamos al oír el sonido de aparición fuera de la casa... donde esperaríamos a las últimos cuatro personas qué faltaban.
De la oscuridad surgieron Bill y Fleur montados en un Thelstras con las caras sombrías.
-Moody no logró- dijo Bill con la voz entrecortada. Se me hizo un nudo en la garganta. - cayó de su escoba al recibir la maldición acecina. No pudimos hacer nada.
-sé qué hicieron todo lo posible. - dije sorprendiendo a todos. Pues, solo pocas personas sabían qué yo había regresado. - por lo menos, esperemos qué en el lugar donde esté, sea junto a los qué quería... y con respecto a qué todos me miráis de esa forma, será mañana... porque desde qué me salí de la plaza de Forks, Washington, EEUU, no he dormido.
-está bien... -dijo Ron con una sonrisa. - pues, yo tengo hambre y sueño.
Resoplé. Eso lo sabía todo el mundo. Era típico de Ronald Weasley.
-Ron, - le dije seriamente. - veo qué no has cambiado... sigues con su barril sin fondo y sin engordar. - ante eso, el ambiente se aligeró y pudimos entrar a la casa a beber una copa, mas un minuto de silencio, por Alastor Moody.
... ... ... ... ... ... ... ... ...
Después de brindar por Moody, todos nos fuimos a acostar, sabiendo qué debía muchas explicaciones a todos.
... ... ... ... ... ... ... ... ...
De la muerte de Moody, habían pasado unos tres días.
Hoy había planeado llamar a los Cullen. Todavía tenía el celular qué me regaló mi tío Charlie por mi cumpleaños número 16. Así qué sería fácil porque ese número me lo sabía de memoria.
Solamente Harry, Ron y Hermione me acompañaban.
-¿estás segura de hacerlo, Bells? - me preguntó Harry con un poco de inseguridad.
-completamente - le dije inmediatamente. Estaba segura de ello. Quería escuchar una vez más la voz de todos los Cullen antes de iniciar la búsqueda de los Horrocruxes. Asi qué, simplemente marqué rápidamente el número requerido y le puse el altavoz. Les dije a los chicos qué no digan nada en mímica.
Pasaban los segundos hasta qué una voz cantarina contestó.
-¿Hola? - preguntó frustrada. Era obvio qué estaba frustrada, yo le había bloqueado la visiones para qué no me viera ir a donde los chicos.
-¿Alice? - pregunté con cautela.
-¿Be-Bella? - dijo TARTAMUDEANDO. - ¿enserio eres tu quien está llamando? ¿Por qué nos dejaste a Rose, Emmett, Jasper y a Edward tan repentinamente? ¡lo unico qué sabemos es lo qué nos escribiste en la carta qué un pariente tuyo de Inglaterra estaba enfermo!- a lo qué mis amigos y mi hermano levantaron una ceja en señal de confusión
-a ver Alice, -le dije. Los chicos me miraban diciendo <<Ahora, ¿Qué vas a hacer?>> - no te preocupes. -me mordí el labio inferior. Bueno... se tendrá qué aguantar. - ¿me puedes pasar con Edward, Allie?
Hubo un ruido del otro lado, cómo el viento rozando el auricular del teléfono y se escucho un <<¡Edward Anthony Masen Cullen, ven para acá en este instante si no quieres quedarte sin oír la voz de tu prometida!>>
Antes de qué Harry abra la boca le dije:
-no es el momento de hablar - mientras en mi interior maldecía a Alice.
Hubo un ruido de un agarre, y se escucho la voz más hermosa en la tierra de Washington.
-¿Bella? - me llamó mi Ángel. - ¿eres tú, mi amor?
-si, Edward - le conteste con una sonrisa pintada en mi rostro. - no tuve tiempo de llamarte, cariño, porque hay muy poca recepción... por lo qué no se si podré llamarte a menudo.
-no importa, bella... lo importante ahora es tu familia... ¿Cómo está el tío de tu madre?
-oh, -dije con falsa angustia - creo qué con lo qué escribí en la carta se quedaba corto, cariño... - mi hermano estaba muy molesto por el intercambio de palabras con Edward - no te preocupes... estoy segura de qué terminaremos con esto para volver...
-¿<<terminaremos>>?- dijo confundido. - ¿a qué te refieres?
-es qué hace unos momentos, deje la habitación donde se encontraban mi primo - le sonreí a Harry. - y sus amigos. - esto último lo dije mirando a Ron y a Mione.
-oh- dijo finalmente... es un celoso... - ¿puedes, la próxima vez qué te vayas así, avisarme en persona? Es qué me hubiese gustado despedirte a mi manera.- Harry compuso una mueca al oir lo último.
-¿Cómo? - pregunte divertida. Los chicos estaban atentos a todo lo qué se decía de Edward y de mí- ¿jugando beisbol un día de lluvia, cómo el diluvio universal? - hubo risas del otro lado, por lo qué supuse qué Emmett-oso estaba por ahí... -oh - dije actuando. - creo qué mi tía me llama... creo qué es hora de comer - al decir eso, el estomago de Ron gruñó y sofoqué una risita. - te llamaré cuando pueda, mi amor... te amo.- le dije y, con un último <<te amo más>> por parte de él, corté la llamada.
Harry me miró, y yo suspiré. Alcé la mano donde tenía el anillo de la madre de Edward y le expliqué todo.
-oh... Bella... - dijo antes de qué tío Remus apareciera diciendo qué había reunión de La Orden del Fénix...
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La Otra Cara de Bella
Randomesta historia no es mía es de una amiga espero que les guste porque a mi me encanto