Capítulo 21: ¡Deja de meterte en mi vida, Jake!

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Cuando toque tierra de nuevo, levanté la vista. Qué suerte tenía. Ningún mareo.

Pestañeé, un poco aturdida.

-¿Estás bien, Bella? - oí la voz de mi padre un poco lejos.

-Si... - dije palpando el lugar donde caí. Era un poco blando, y frío. Me había olvidado los anteojos en El Refugio.

-Me haces cosquillas, Bella. - dijo la voz de Edward MUY cerca de mí.

-Lo siento... - le dije con una sonrisa. - es qué me olvidé los anteojos en El Refugio. Y... ¿Un vampiro puede tener cosquillas? - le pregunté curiosa.

-Ah, bueno... no sé... - me respondió. Se levantó y me ofreció su mano, qué acepté gustosa. - creo, qué con lo qué acaba de pasar, si.

-¿Es la primera vez qué viajas por traslador? - le pregunté con una sonrisa divertida.

-Si... - dijo rascándose la nuca. Me reí. Edward arrugó la nariz.

-¡oh, vamos! - le dije para qué no le tomara importancia. - alguna vez te tenía qué pasar cómo vampiro, ¿No? - le dije sin borrar la sonrisa. - es justo... - y me encogí de hombros.

Alguien se aclaró la garganta, haciéndome asustar. Después, me di cuenta qué era solo mi papá.

-¡Ay, papá! - dije agarrándome, con una mano, el corazón y la otra del brazo de mi prometido. - ¡no me asustes!

-¿Eh? - dijo confundido. - ¿Qué hice?

-es qué no me gustan qué se aclaren la garganta tan agudo... - le dije un poco más tranquila. - me recuerda a Umbridge. - hice un gesto de "voy a vomitar", para pasar a un gesto de asco. - ¿Entiendes? Nunca me gusto esa cara de sapo.

Papá rió quedamente.

-¿Y si le mandamos una carta a Tío Charlie primero? - les dije a mamá y a papá. Miré el reloj. - A esta hora está en la comisaría.

-Bien... - dijo papá. - ¿Dónde dormimos? - miró el cielo, estaba en el crepúsculo.

-en mi casa. - dijo Edward. Lo miré. Me sonrió. - vuelvo enseguida. ¿Tienes las llaves, Carlisle?

-Sí, espera. - buscó las llaves en sus bolsillos, y se las dio, lanzándoselas. - ten.

-Bien. - dijo. Me besó, y se fue a velocidad máxima hacia el bosque.

-¿A dónde fue? - dijo mamá.

-¿fue a buscar el Volvo, no? - le pregunté a Carlisle. El me sonrió y asintió. - Genial. Ya extrañaba viajar en aquel auto.

-¿Auto? - preguntó papá. - ¿Qué es eso?

-es un medio de transporte. - le dije sin borrar la sonrisa.

-Ahí esta... -dijo Carlisle. Miré hacia la calle. Sonreí aun más. Edward estaba del lado del conductor con su Volvo plateado, sonriéndome. Se bajó, y abrió la puerta de atrás.

-¡Quiero ir en el medio! - dije entusiasmada. Tomé las anos de mamá y papá, qué estaba desconcertado, y los hice entrar al auto. - ¡Vamos!

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

-mamá, - le llamé. ella volteó a verme. - ya le mandé la carta a tío Charlie, diciendo qué ya llegamos.

-ahora solo queda esperar.- dijo mamá. - ¿Le dijiste donde estábamos?

-si... - le afirme. - le explique qué no refunfuñara acerca de eso. Por... - hice un gesto de "por lo qué te comente". Asintió en señal de qué había entendido. - ¿Puedo bajar al pueblo, mami? - le pregunté.

La Otra Cara de BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora