4. No vale la pena.

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Derek

Después de preparar la cena escuché la patrulla del sheriff llegar, me dispuse a colocar otro plato en la mesa y luego John hizo acto de presencia.

–Derek, no tenías que hacer la cena, no te hubieras molestado- me dijo.

–No es molestia, después de todo, cuidar a Stiles significa alimentarlo.

–Claro, ¿Dónde está él?-preguntó.

–Está dormido, justo iba a despertarlo para cenar.

–De acuerdo, entonces déjame servir, tú ya haz hecho mucho.

–Bien, iré por Stiles.

Subí las escaleras con calma, al entrar a la habitación pude ver a Stiles acurrucado, casi me daba pena despertarlo.

–Stiles -le susurré- vamos Sti, es hora de levantarse.

–Cinco minutos más -dijo y se removió en la cama.

–No lo creo, la cena está servida-le dije- vamos, arriba- lo tomé en brazos, después de todo él no podía caminar con la escayola.

–Derek no, puedo caminar solo, no soy lisiado.

–No importa, te voy a cargar a todas partes.

–Me voy a poner gordo si yo no hago nada.

–Aunque estés gordo te seguiría cargando.

–Me vas a mal acostumbrar– Yo solo le sonreí.

Llegamos abajo y lo ayude a acomodarse en la silla frente a su padre. En realidad, me preocupaba que la plática que tuvimos le hubiera dejado estragos amargos pero es Stiles, siempre animado e hiperactivo aunque por dentro se este muriendo, seguro no quiere preocupar a su padre. Terminamos de cenar casi en silencio excepto por Stiles que soltaba comentarios sin sentido cada tanto.

–¿Derek?- me llamó John.

–Dígame, señor.

–Le decía a Stiles que debo volver al trabajo ¿te molestaría quedarte esta noche?

–De ninguna manera, señor, yo cuidaré de Stiles todo el tiempo que sea necesario. -Me escudriñó con la mirada, como si hubiera algo escondido en mis palabras. Lo único que había era el amor por Stiles, el sentimiento de protección hacia él, pero eso no lo sabían.

–Genial, deja de llamarme señor y vamos a recoger los platos.

–¿No hay postre?- preguntó Stiles curioso.

–Puedes comer una fruta- Stiles rodó los ojos y puso cara de indignación- no me hagas caras, no alimentaré tu hiperactividad -regaño el sheriff.

–Es venganza ¿cierto? Yo te quité la comida chatarra y tú me quitas el postre -Stiles estaba por comenzar un berrinche.

–Cree lo que quieras- dijo su padre- Ya me voy, y Derek- volteó a verme.

–¿Si?

–No lo consientas- sentenció.

El sheriff cogió su chaqueta y salió rumbo a la comisaría.

Terminé de recoger los platos, luego me giré y vi a Stiles, quien me miraba fijo con ojos de borrego.

–¿Qué quieres?- le pregunté con los ojos entrecerrados.

–Postre, porfiiiis- dijo con una mala imitación de voz de bebé.

–De ninguna manera, ya oíste a tu padre, no habrá postre.

–Derek no seas amargado, sólo un poco- hizo un puchero.

Protector Of The SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora