Se Busca (Dylan O'Brien)

22.Un día con...

Chapter 22.

-Maldición, no puedo llegar tarde.

Dylan con sudor en la frente y a paso ligero se aproximo hacia su destino, un poco nervioso y con el corazón agitado.

-Dylan, a que has venido tío, creo que te has tardado sólo un poquitín.-Dijo Tito cruzado de brazos junto con su acompañante.

-Lo siento, ha sido toda mi culpa, no me he podido zafar del lío a tiempo...

-No me interesan tus patéticas excusas, sabes lo que le hago a las personas que me hacen quedar mal verdad, lo sabes y lo has visto antes con tus propios ojos.

Tito se acerco a Dylan a puño cerrado, este solo cerro los ojos con fuerza para esperar lo peor, pero no ocurrió nada.

-No voy a golpearte Dylan.-Dijo posando ambas manos en los hombros del chico.-En otras circunstancias lo hubiese hecho, pero digamos que me caes un poco bien vale, además la compra que iba hacer hoy no llego, así que es un milagro que tu rostro este intacto niño bonito. Bien dejemos tantas gilipolleces, a ver donde esta mi pasta.

-Toma.

Dylan le entrego la mochila deportiva con el efectivo dentro, Tito lo abrió y dio un ligero vistazo al montón de billetes bien organizados.

-Amo como huele el dinero, me fascina, siento que puedo hacer todo cuando huelo este exquisito olor, me pone sabes. Pero wow me sorprende, has juntado todo el dinero, inclusive me has dado dinero extra, vaya que eres un hombre de palabra O'Brien, me siento mal por la persona o personas a las que les robaste esta buena cantidad, porque de otra forma...

Tito siguió gozando de su dinero mientras que Dylan cabizbajo no dijo nada mas.

-Vale tío puedes marcharte, éstas libre, espero que pronto hagamos negocios juntos, he escuchado que tienes un don para hacer dinero, ha, ha.

-¡Ha, no gracias!.

-Tu te lo pierdes.-Recito Tito antes de marcharse satisfecho.

Dylan arribo a su Jeep, se sentó en su silla y frustrado e iracundo golpeo con ambas manos el volante haciendo sonar su claxon.

-Maldita sea, pero que he hecho... es muy tarde para arrepentirse, lo hecho hecho esta.

El iracundo chico prendió el motor de su vehículo y comenzó a ponerlo en marcha para desaparecer de ese cutre lugar.
Prendió la radio y empezó a sonar una melodiosa canción.

-Que fastidio, porque no dejo de pensar en ella.-Dijo cabreado para si mismo.

Después de treinta minutos de viaje, Dylan finalmente aparcó frente a un instituto; por fuera parecía muy elegante, parecía un castillo, con mármol por doquier y un jardín precioso con flores de diferentes colores que adornaba la entrada junto a las estudiantes que iban saliendo de allí.

Dylan analizo con su mirada el lugar, tratando de buscar a una persona en particular.

-¡Buuu!.-Dijo alguien de manifiesto.

-Mierda, casi me matas de un susto.-Dijo este.

-Se que no te has asustado, a ti nada te da miedo.-Dijo una chica con tez blanca, una hermosa y reluciente sonrisa, ojos verdes y con el pelo castaño muy bien arreglado.

La chica era muy guapa parecía modelo, sin importar que portase un uniforme gris que opacase su belleza. La chica montó en el coche sentándose en el asiento del copiloto y coloco el cinturón de seguridad.

-Se que no te has asustado, solo lo haces para caer en gracia conmigo.

-Me has pillado.-Dijo Dylan tratando de salir de allí.