Se Busca (Dylan O'Brien)

9.Saved.

Chapter 9.

Dos días después del incidente que tuve en los baños de chicos, me encontraba en el gimnasio del instituto, acomodando unos cuantos carteles para la recolección de fondos.

No había visto a Dylan desde que nos sumergimos en aquel lio, no le había visto desde entonces, después de salir de la oficina del director misteriosamente desapareció sin dejar rastro, al parecer la tierra se lo había tragado cuando puso un pie fuera de este.

Estaba empezándome a preocupar un poco puesto que Dylan ni señales de vida demostraba, pero no era algo que me importaba a mí, yo sería una más en la vida de ese tío y ni siquiera le agradaba, así que no tenia porque preocuparme, solamente no quería tener que hacer todo el trabajo de voluntariado que me había sometido el profesor de artes y que para su suerte el director le obligo a unirse también.

-Zoe, aquí tienes.-Dijo April entregándome unas cuantas cajas de cartón.

-¿Qué hago con esto?.-Pregunte analizando la pila de cajas que ya hacia sobre mis manos temblorosas debido a su peso, mierda que hay allí adentro, ¿Piedras?.

-Llévalos al sótano del instituto, la puerta de allí está abierta, el conserje nos ha permitido mantener estos materiales allí abajo mientras concluimos la recaudación de fondos.-Dijo.

-Vale, enseguida regreso.-Conteste sin opción.

April era la encargada de preparar la recaudación de fondos y todos seguían sus órdenes como sus súbitos a Cleopatra.

Me dirigí hacia el sótano del instituto, estar allí me provocaba un poco de escalofríos, sótanos no estaba entre mis palabras favoritas.

Busque el interruptor palmeando la pared, segundos haciendo esto y finalmente lo encontré, encendí la luz y como por arte de magia solo encendió un pequeño foco pálido que se encontraba allí para iluminar y la caldera estaba allí haciendo mas temible ese lugar.

Paso tras paso di hacia abajo tratando de que mis zapatillas deportivas no resbalasen con ninguna porquería. Deje las cajas en el suelo cerca de otras que se encontraban allí, supuse que eran de la misma utilería.

Estas estaban un poco pesadas y logre posarlas en el suelo con cuidado. Pero como el lugar estaba comenzando a horrorizarme una lata de pintura cayo de la caja. El cilindro comenzó a rodar por los suelos hasta finalmente detenerse cerca de la caldera que me horrorizaba pues hacia un agudo ruido que me ponía la piel de gallina.

Cogí la lata de pintura con mi mano cerciorándome de que esta no se había abierto para luego derramarse, pero era demasiado tarde, comencé a sentir la humedad de esta al contacto con mi mano, ligeramente frote las yemas de mis dedos para forzar la teoría de que la pintura se había derramado, pero después de examinar unos segundos la lata, pude notar que esta ni siquiera se había abollado, ni mucho menos había emergido pintura de ella, aun estaba sellada.

Me acerque un poco a la escasa luz que había en ese sótano eleve mi mano para notar mejor la sustancia liquida que estaba en mi mano y por ende en mi palma. Un color rojo obscuro, casi negro se disperso uniformemente por mi mano, me asuste mucho, ¿Qué mierda era eso?, esa ¿Era sangre?.

Me analice mejor y esa sangre no emergía de mi. Comencé a asustarme cada vez más.

Observe la lata de pintura y era el color opuesta al que tenía mi mano, la lata de pintura tenía en ella color blanco y en mi mano había un poco rojo demoniaco.

Me acerque un poco más al lugar donde la lata había frenado su movimiento y pude apreciar que en el suelo había una mancha, una mancha de lo que parecía sangre, ¿Qué demonios ocurre aquí?, me espante mucho; sin más me eche a correr de ese cutre sótano para refugiarme arriba como una nenaza.