42.Vendaje.

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Chapter 42.

Trague saliva ante la situación ahora estaba sudando frío.
El hombre saco con amenaza cada vez más su golosa navaja para que yo obedeciera.

Obedecí, me coloque justo al lado del hombre amenazador.

-Estas en problemas, al Señor no le ha gustado nada que estés tan lejos de casa, eres una chica mala.-Dijo malicioso y con voz ronca.

Me disguste, el Señor había mandado a estos gorilas a seguirme, lo sabía.

-Solo he venido de compras.-Repeti.

-A las díez de la noche, ¿Que compras?, ¿Murcielagos?.-Rio de su chiste malo.

-Cosas nocturnas para chicas.-Dije avergonzada para que me creyera.

-Me las puedes mostrar, no tengo ningún problema en ver con que se satisfacen las chicas de tu edad.-Dijo malicioso, que puto asco.

Mi rostro estaba totalmente asqueado por su respuesta y decidí levantarme e ir de nuevo con Lenard.

-Espera, ¿Adónde crees que vas?.-Dijo sujetando con violencia mi muñeca.

-¡Suelteme!, No he hecho nada malo.-Aclare.

-Eso lo decide el Señor y está claro que sí estamos aquí, es porque en cosas guapas no andas.

Forcejee un poco con él, ya casi llegaba a mi destino y no tenía otra opción que salir corriendo no más las puertas se abriesen.

-Vas a recibir tu castigo.-Dijo.

Observé como hizo un movimiento rápido con su otra mano, introduciendola en su chaqueta de cuero donde previamente había guardado el arma blanca para sujetarme.

Divise como el objeto corto punzante salió a relucir a la atmósfera lo único que pensé fue que era mi fin.

-La señorita se quiere ir.-Dijo el profesor.

Lenard apareció despertando de su hibernacion, sujeto la mano del gorila en la cual había cogido la navaja, este me soltó seguro va a atacar.

-Jum, no sabía que traias la caballería contigo.-Se burló.-Pero, yo tampoco estoy solo en esto.

Observo a sus dos acompañantes con una sonrisa malevola, estos dos se pusieron en pie al igual que él dispuestos a desencadenar una injusta pelea.

Lenard coloco su brazo enfrente de mi como barricada para protegerme, me empujó para atrás y cai sentada en el asiento.

-Asi que un parguela con traje nos está desafiando, que interesante se ha puesto, menuda sorpresa creí que esto sería demaciado fácil.-Se jacto.

Trono sus dedos, su nuca y quien sabe que más, solo escuché el crugido que provenía de sus huesos, esto no está nada bien, ¿Que puedo hacer?.

-Vale, vale, pongamolo así guapeton, somos tres, tenemos armas, eres uno, tienes traje de pingüino y una chica que solo hará estorbo en esto, así que para que veáis que no soy tan capullo, no utilizaremos armas, más que las de nuestras manos y piernas, ¿Os parece?.-Propuso riendo por su predecible victoria.

El profesor Lenard quedó en silencio analizando la situación, optó por posar una figura en forma de ataque, seguro se está preparando física y psicológicamente para pelear.

-Vale, no escucho respuesta, eso significa que no hay objeción, perfecto, que empieze el entretenimiento.

Pestañee, abrí y cerré mis ojos en una milesima de segundo, cuando no podía creer lo que estaba viendo, el profesor Lenard estaba luchando, luchando cual ninja, golpeó con una facilidad increíble a los dos secuaces, pim pam, los doblo por completo golpeó a uno de ellos en el cuello dejándolo caer estático del dolor, al otro le dió un gancho en el hígado entumeciendolo por completo y dejando que su cuerpo cayese al suelo. Todo fue demaciado rápido, ese enfrentamiento había durado solo segundos, sorprendido el gorila no sabía como recoger su mandíbula del suelo por lo que le había visto hacer, al igual que yo estaba anonadada por los hechos ocurridos.

Se Busca (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora