34.Cueva.

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Chapter 34.

"Sol radiante iluminando mi rostro, calidez predominante en mi tez, mis ojos absorbiendo luz sin escases, resaltando su hermoso color con nitidez, una nube atraviesa mi esplendor llenandola de obscuridad y de dolor, frío que se condenó por más que no quisiera yo, prolongando dolorosas espinas en mi piel sin piedad y con rigidez, de la mano una temible obscuridad y por el otro una inquietante enfermedad, ¿Que será de mi ahora?, no se que hacer, de algo hay que convencer, salir de esta obscuridad es un deber, para por fin libre ser; de la mano de ti quiero caminar sin atormentos y sin más, ahora puedo ver, lo que quisiste absorber, era la libertad en tus ojos que no podía ver, los despojos de aquella tormenta de obscuridad que hoy me a dado la libertad, contigo ahora quiero volar y esta obscuridad cesar."

Una y otra y otra vez, ese fragmento de poema resonaba en mi cabeza, no se detenía, cada palabra, estaba asociada con la imagen de Dylan, ¿Que me está pasando he perdido la cordura?, no se donde estoy, todo a mi alrededor está obscuro, y el poema no se detenia, "Heaven Alphes", si ese es el titulo del libro que contiene tan estropajosas rimas la autora está loca, no puedo detenerlo, para ya...

Sentí como mi respiración empezó a acelerarse, no estaba muerta sólo había sido noqueada. Poco a poco abrí mis ojos, bueno más bien el único ojo que podía abrir, el otro estaba más muerto que mis ganas de hacer ejercicio, ¡arriba la grasa!.

Observe a mi alrededor no reconocía ese lugar en absoluto y mi mirada estaba directa al techo. Me removí en mi estancia y me encontraba sobre una especie de sofá de cuero, era basta incómodo y hacia sonidos graciosos cada que intentaba moverme. Gire mi cráneo un poco y pude observar en el salón un estante con muchos libros colocados desordenadamente en una esquina y cerca de este un letrero con luces de neón que ponía: "I LOVE BOBBIES" con un color rosa muy llamativo, ¿Aun seguía en el bar gay?, Lo dudo a ellos les gusta otro tipo de bolas.

Traté de ver más a mi alrededor, pero me dolía mucho la cabeza y no quería forzar mi vista puesto que lo único que iluminaba ese salón era el pervertido letrero rosa de neón. Escuche unos pasos aproximándose y por instinto de supervivencia caí en "coma".

Sentí como el sofá de cuero se hundió con el peso de ese alguien que estaba justo a mi lado, no quería abrir los ojos para averiguar quién era, pero ese peculiar olor me estaba indicando la respuesta certera.

-Lo siento, lo siento mucho...-Escuche decir.

Una mano cálida y con olor a tabaco invadió mi rostro acariciando con suavidad mi mejilla que había sido agredida, senti un cosquilleo y poco a poco abrí mi único ojo invicto.

Dylan, tenía una mirada de compacion mientras observaba mi rostro de saco de boxeo, el continuo doblegado a mi, sin importar que yo le estuviese viendo vulnerable, seguramente es todo lo contrario ahora mismo soy yo quien derrocha vulnerabilidad.

Traté de sentarme y me coloqué justo a su lado.

-Emm... ¿Como te sientes?.-Pregunto cabizbajo.

-Bien, ahora podré usar un parche sobre el ojo, el sueño de toda chica, me pregunto si convinara con mi mejilla morada.-Dije y el poco río.

-No te pases de lista, estoy hablando serio.

-Estoy bien vale, no fue nada, ese tío golpea como chica. Vale el maquillaje lo arreglara... A todo esto, ¿Que ha pasado con el?, ¿Donde está Adam?.

-El maquillaje no hace milagros, sólo a las Kardashians y no te preocupes, ese tío no molestara más...

-¿¡Le has matado!?.-Pregunte sin prudencia.

-No, que mas hubiese querido, se lo han llevado, todos testificaron a favor de nosotros y ese tío está en la comisaría probablemente.

-¿Y Adam?.

Se Busca (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora