¡Recuerda! El amor es una ilusión, el universo es un holograma, compra oro.
Esperen, así no era...
¡Recuerda! La realidad es una ilusión, el universo es un holograma, compra oro.
Listo, ¡mucho mejor! ¿A quién le importa el amor?
Dibujo de la portad...
Bill estaba desconcertado; había visto a parejas humanas uniendo sus bocas en el pasado pero no sabía en qué consistía o en qué les ayudaba. Mabel comenzó a mover sus labios sobre los de Bill mientras él seguía paralizado y sin saber qué hacer, así que decidió seguir los movimientos de Mabel iniciando con un poco de torpeza.
Se sentía frustrado; por un lado le enfadaba el no tener conocimiento en esa clase de situación que le parecía muy íntima y por otro, no entendía cómo funcionaban los sentimientos que le impedían apartarse de Mabel.
Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta en qué momento la castaña se aparto. La miró, tenía las mejillas sonrojadas y había dejado de llorar.
-Lo siento -Fue lo primero que dijo Mabel. No, no más disculpas-. Fue un impulso, además de que fue tu culpa por no callarte cuando te lo pedí.
Bill pudo enojarse con esas palabras, pero no estaba prestando mucha atención ya que su vista estaba fija en los labios de Mabel mientras articulaba esas palabras.
-No -Le dijo fuerte y claro para que pudiera escucharlo. Mabel intentaba ocultar su rostro con sus brazos pero cuando escucho esa única palabra de parte de Bill los apartó con lentitud.
-¿Qué dijiste? -Le preguntó la castaña, a cada segundo se confundía más y más y aunque había escuchado, no le quedaba claro lo que el rubio estaba negándole.
-No quiero escuchar más disculpas de tu parte -Bill empieza a explicarle-. Ya me canse de las palabras "lo siento", no quiero escucharte decir eso de nuevo por algo como esto.
-Yo lo... -Esta vez fue turno de Bill de hacer callar a Mabel con sus labios, aún no estaba muy acostumbrado a ese contacto pero le gustaba cómo se sentía. Ahora sabía para qué servía la boca que no tenía en su forma triangular, además de para hablar.
Todo estaba bien hasta que Bill escucho dos palabras que salieron de la boca de Mabel en un susurro en medio de su beso. Dos pequeñas palabras que para los humanos significaban tanto pero que para Bill no debería existir.
-Te quiero.
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