¡Recuerda! El amor es una ilusión, el universo es un holograma, compra oro.
Esperen, así no era...
¡Recuerda! La realidad es una ilusión, el universo es un holograma, compra oro.
Listo, ¡mucho mejor! ¿A quién le importa el amor?
Dibujo de la portad...
Después de que Mabel volvió a dormirse, Bill bajo a la cocina por algo de beber y se sentó en la mesa a pensar.
¿Por qué...? Se preguntó. Se preguntó por qué todo tenía que ponerse tan incomodó, por qué tuvo que ocurrírsele esa idea en primer lugar, se preguntó por qué Mabel lo abrazo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Dipper entró en la cocina y se sentó frente a él.
-¿Puedo hablar contigo? -Le preguntó a Bill.
-¿Tú quieres hablar conmigo? -A Bill le parecía muy extraño que Dipper no se dirigiera a él con insultos.
-¿Tanto te sorprende?
-No... Bueno, sí. Es que supongo que no te caigo bien -Le respondió, no entendía la razón de su repentino nerviosismo.
-Y no me caes bien -Dipper lo reconoció-. Pero por alguna razón a mi hermana sí.
¿Le caigo bien? No, eso no puede ser posible. A nadie le agrada un demonio.
-Por tu expresión pienso que tú tampoco quieres creerlo -Le dice con seriedad-. Pero es cierto. Solo basta con ver cómo te defiende... de mi principalmente, para saber que siente aprecio por ti.
-¿Y qué opinas al respecto? -Bill le preguntó, ya que él no tenía muy clara su opinión personal.
-No lo sé... pero si Mabel se ha interesado mínimamente en ti es por una razón. Ella ve bondad en ti que nadie más ve.
Eso desconcertó a Bill aún más. No puede sentir nada por un demonio. Mabel es ¿diferente? Nadie ha hecho lo que ella, nadie me ha defendido jamás, nadie me ha querido. Hasta que tuve este cuerpo, hasta que me mudé aquí, hasta que la conocí. Mi estrella fugaz.
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