23-¿Me quieres escuchar de una vez?

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James

Estar en la madriguera era lo mejor de las vacaciones. Se pasaban todo el día haciendo partidos de Quidditch, ya que prácticamente había quince personas en la casa y a todos les encantaba el Quidditch, y comían la comida de su abuela a todas horas, que era la mejor comida del mundo. Les dejaban invitar a sus amigos cuando querían, a sí que eso parecía prácticamente una convención de alumnos de Hogwarts, ya que entre todos los primos, podían conocer a todo el mundo.

James aprovechaba para dormir hasta tarde, pasara muchas horas leyendo y jugueteando con los artilugios de su abuelo, jugar al Quidditch y gastarle bromas a sus primos junto con Fred.

Casi no se acordaba de Danielle. Bueno, no se había acordado de ella los dos primeros días de las vacaciones, porque después hubo una fiesta y los dos se acordaron mucho del otro mientras compartían saliva en la habitación de James y Albus.

Habían pasado dos semanas de eso, ¡dos! Y Danielle no le había respondido a ninguna de sus cartas, había quemado todos sus howlers y cuando le preguntaba a Lala o a Hope por ella, ambas respondían "bien, no quiere hablar contigo".

¡Odiaba a las chicas y su dificultad para socializar!

Otra mañana más, bajo de los primeros a desayunar, porque si no la cocina se llenaba de gente y era imposible hacer algo tranquilo. La máquina de café se colapsaba, había que hacer una fila para prepararse una tostada, y la derrochadora de Hope siempre gastaba toda la mantequilla.

¡Se podía saber que hacía la rubia aún ahí! Llevaba como dos semanas metida en su casa con Emma y Rose, y se pasaban la tarde jugueteando con Albus y Lily.

Se sentó en uno de los taburetes a desayunar. Todos los padres estaban trabajando, menos Molly, pero ella llevaba toda la semana de viaje con su abuelo, y les habían dejado la casa. Había metidos ahí dentro 12 niños, sin contar a los adultos. Todos los días venían Vic y Teddy a cuidarles, y traían a Harry, que tenía 8 meses aproximadamente, y que dormía a todas horas, menos cuando Lily y Hope la achuchaban y jugaban con el como si fuera un peluche, mientras veían si conseguían que su pelo cambiase de color, o que hiciese levitar algún biberón o juguete.

Removió con parsimonia su café, mientras le daba un mordisco a la tostada. Leía el número de hoy del profeta, saltándose las partes aburridas de política y economía, hasta llegar a los resultados de la liga de Quidditch. Los Chudley Canons habían perdido contra las Arpias de Holeyhead. Su tío Ron debería estar enfadado.

—¡Bueno dias! ¡Dime que queda mermelada de naranja!

Hope irrumpió como un tornado de pelo enredado, pijamas de corazoncitos y maquillaje corrido para ir dando zancadas hacia la nevera, que abrió solo para comprobar que quedaba dicha mermelada.

—¿Aún sigues aquí? ¿No tienes casa?—pregunto James mientras veía con rabia como metía dos tostadas en la tostadora y sacaba la mantequilla de la nevera.

—Seguiré aquí todo el tiempo necesario para molestarte, James. Eres el mejor anfitrión del mundo.

Otra vez más, se hecho medio bote de mantequilla en sus tostadas, y otra gran cantidad de mermelada.

—¿Porque bajas tú sola?

—Rose sigue durmiendo y Emma se está lavando la cara con esos extraños productos y potingues que ella usa. ¡No sabe que una poción para la dermis de Madame Diplaux es mucho mejor! Es la mejor tienda de maquillaje del mundo, aunque cuesta un poco quitarlo, mira mis ojos si quieres comprobarlo.—dijo mientras se señaló los ojos y siguió hablando sobre sombras y cremas, creyendo inocentemente que James la estaba escuchando.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2017 ⏰

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¿Quieres salir conmigo pelirroja? | 3º GeneracionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora