Antro

719 73 10
                                    


Desde aquél beso robado por Taemin he estado pensando mucho sobre qué hacer. No me gustaría herir a Taemin, por eso, no estoy seguro de qué hacer con él.

Son las 8:10 pm de un bello viernes, ya organice mi oficina e iré a casa, veré algunas películas, cenaré y probablemente me quede dormido viendo la foto que hay de Francesco en mi buró. Por más que me intente engañar, sigo pensando en él cada día que pasa, me pregunto si estará bien en donde se encuentra – cierro mi consultorio con llave y comienzo a caminar- si algún día lo veré de nuevo...

Alguien me toma del brazo y camina apresuradamente junto a mí. Es Taemin y tiene puesto mucho delineador de ojos, el cabello levemente alborotado y trae unos pendientes que lo hacen lucir Sexy, eso sin contar la playera que deja ver un poco de su hombro y unos pantalones negros que le enmarcaban las piernas.

-¿A dónde me llevas? – le pregunté atónito sin dejar de caminar.

-¿No es lógico? Es viernes, es noche de antro.

-¡qué!

-Jonghyun y Key nos esperan a fuera, Onew dijo que no puede, tal vez después de que nazca su nena.

-Espera...

Me detuve en seco y mire esos bellos ojos.

-No voy a ir a ningún lado, tengo cosas más importantes que hacer...

-¿cómo qué? – me dijo Taemin cruzando los brazos en frente de mí y levantando una ceja.

-bueno, yo...

-Sólo cállate Minho y sube al auto, no eres un anciano como para encerrarte en tu casa.

Y con esto, cuando menos me di cuenta ya estaba arriba del carro, Yo iba a tras junto con Taemin y adelante al volante iba Jong y como copiloto iba Key.

Llegamos al que sería de los antros más concurridos, yo solía venir aquí con más frecuencia antes de que mi vida se pusiera de cabeza. Bajamos del carro y entramos de manera directa pues Jonghyun conocía al cadenero al cual le estrecho la mano y después de un "¿qué onda hermano?" pasamos. El lugar estaba oscuro, con luces rojas y moradas que daban el ambiente al lugar, la pista y la barra llena de personas. El lugar tenía dos plantas y la de la parte de arriba era para clientes VIP, y Jonghyun tenía su mesa reservada ahí. Pasamos y nos sentamos, Jonghyun encargó dos botellas de Wisky, agua mineral, refresco de toronja y mucho hielo. Trajeron las botellas y entre risas comenzamos a beber. Por el estruendo de la música teníamos que acercarnos para hablar. Muchas veces estuve con Taemin a punto de darme un beso, el ambiente lo propiciaba de sobre manera.

-Vamos a bailar.

Me dijo Taemin y tomo mi mano para conducirme a la pista de baile. Tenía mucho que no bailaba; bajando las escaleras pude ver cómo otros se comían a Tae con la mirada y comencé a sentir un extraño sentimiento. Llegamos a la pista y Taemin subió sus manos y comenzó a mover las caderas. Su playera se levantó dejando ver su ombligo y sus caderas. Se acercó a mí

-No te quedes así

Y llevo mis manos hasta su cadera la cual yo sujete y traje saliva, se sentía muy bien, él entrelazó sus brazos alrededor de mi cuello y comenzó a bailar más pegado a mí. La música seguía su ritmo. Él comenzó a sudar y a respirar por la boca, me miraba fijamente mientras se movía y yo sentía el movimiento de sus caderas, en sus ojos estaba otra vez esa mirada llena de picardía y tan viva. Se volvió a acercar a mí oído

-Minho, me encanta estar contigo.

Su cercanía, me estaba volviendo loco tenerlo tan cerca de mí.

-Taemin, a mí también me encanta estar contigo.

-Minho, yo... creo que me he enamorado de ti.

Un momento donde el alcohol me quiso jugar una mala pasada...cerré mis ojos, y al abrirlos, tenía a Francesco parado en frente de mí, sonriéndome, esa sonrisa la cual extrañaba a cada momento. Lo tomé y lo besé, lo bese con pasión, con necesidad, hacia tanto tiempo que no lo besaba, que él no estaba conmigo, tanto que lo extrañaba a él, sus besos, de poder demostrarle cuanto lo amaba cada día...abrí mis ojos, y ahí, en medio de la pista no estaba Francesco, ahí estaba Taemin, con los ojos cerrados, por el beso que le acababa de dar.

Nos quedamos ahí...sintiendo la respiración del otro

-Tae, lo que acaba de pasar...

-No hables y regresemos con los chicos

Me besó los labios, fugazmente, como si él también comprendiera que no lo besé a él, besé al fantasma de una persona que no volverá... me tomó de la mano y me dirigió de regreso. Me sentía débil por la cantidad de alcohol que había consumido y sobre todo por haber besado a Taemin pensando en Francesco, ¿qué demonios me estaba pasando? Siempre he sido una persona racional, hasta que llego Taemin y está comenzando a hacer cambios en mí.

En la parte de arriba, en nuestra mesa, Key y Jong, ya un poco ebrios seguían riendo y tomando, ¿era el único al que lo había cegado el alcohol y los recuerdos? Soy un estúpido.

Cuando nos vieron bajaron de inmediato.

-Nos tenemos que ir, son las 3:00 am y algo me dice que mañana Onew no nos va a perdonar.-decía Jonghyun ya tambaleándose un poco.

-Yo conduzco-dijo Key- creo que de todos soy el que bebió menos.

Y así lo hicimos, Key primero dejo a Taemin a su departamento el cual sólo se despidió de nosotros con una mano y entró a su casa. ¿Qué significó para él lo que pasó entre nosotros? Me encantaría saber.

Luego me dejó a mí, entre a la casa y de inmediato tomé un baño con agua fría. ¿En qué carajos pensé al besar a Taemin así? necesitaba pedirle disculpas, esto no podía ser, ¿¡en qué estás convirtiendo mi vida Taemin, en qué!?

.....................................................................

Narra Jonghyun

Hoy había sido una noche maravillosa, Key se había abierto más a mí y eso me encantaba. A partir de la casa de Minho, lo borracho se me bajó y le dije a Key que yo me podía llevar el carro. No muy convencido aceptó. Lo dejé en su casa.

-buenas noches, espero volver a salir contigo otra vez.

Me dijo Key, me besó a mejilla y salió. Yo me quedé viendo cómo él entraba a su casa, cuando me di cuenta de que en el asiento se había quedado su celular. Me bajé y él ya había entrado a su casa a sí que toqué. Al instante Key me abrió la puerta

-¿Qué paso? – me dijo Key.

-olvidaste tu...

-¿quién es, papi?

Me quedé mudo en ese instante, una niña como de unos cuatro años se tallaba sus ojos y me miraba fijamente.

-Gracias por el celular. Te veo mañana.

Y Key cerró la puerta. Yo camine lentamente hacia el auto, Key, ¿estaba casado?

Volviendo a amar [2MIN] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora