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Minho había llegado a su casa realmente enojado. ¿Acaso no había hecho las cosas bien? ¿De qué manera le podía demostrar a Taemin que lo amaba? Entró en el viejo estudio de Francesco, creyó que por ahí podía comenzar. Tomó todos los cuadros y los comenzó a apilar en una orilla. Llamaría al lugar donde Francesco siempre vendía sus cuadros y les preguntaría si estaban interesados en adquirirlos.

Iba a hacer lo mismo que hacía Francesco; los vendería y lo que sacara de ellos lo daría a alguna institución. Comenzó a apilar en cajas todo el material que estaba ahí, claro, conservaba aquello que estaba seguro nunca se podría deshacer de ello, como las fotos de él pintando y algún que otro cuadro que realmente le gustaba.

Tras limpiar las repisas, una libreta se cayó, sorprendiendo a Minho, ya que al caer, fue un sonido seco, ya que sólo estaba Minho en la gran habitación. Miró la libreta atentamente, pues podía jurar que era la primera vez que miraba esa libreta.

Era una libreta de pasta dura, en la cual, con óleo había sido pintado un jarrón con margaritas.

Minho se bajó de la silla y se agachó para recoger esa libreta. Estaba cerrada con listón negro. La desabrocho y ante la impresión de aquello que había encontrado, se limitó a susurrarlo para sí mismo

-Diario de Francesco...

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-Ese moretón en tu cuello...

Vio como el chico llevaba la mano hacía donde estaba ese moretón y se sonrojaba levemente.

-P...perdona, le he dicho que no lo haga pero sigue haciéndolo...

-Te entiendo; yo hago lo mismo pero siempre me deja marcas.

Dijo Taemin tomando una de sus muñecas que tenía moretones.

-¿Cómo te llamas?

-Taemin

-Un lindo nombre Tae.

Y le volvió a sonreír, como sí que tu novio te golpeara fuera algo normal que les pasa a todos...

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-¿y tú?

-Eso no es importante.

Fue lo único que se limitó a decir, aún con una sonrisa en sus labios. Se quitó la gorra y al puso a un lado de la banca junto con su libreta aún con sus lentes medianamente oscuros puestos.

-¿llevas mucho con él?

-sí, y francamente lo amo demasiado como para alejarme de él aunque me deje moretones...

Taemin podía jurar que el chico casi abrió los ojos de la impresión ante aquella revelación.

-¿No son chupetones? Las marcas que has visto en mi cuello son chupetones.

-¿Qué es eso? – preguntó Taemin con toda ingenuidad.

-Ocurren cuando al momento de dar un beso, succionan demasiado fuerte y te provocan marcas. Mi novio me los dejó... aunque le he dicho que odio que lo haga. ¿Tu novio te golpea?

Taemin sólo se limitó a bajar la mirada. Esa era la verdad, Kai lo golpeaba desde que su relación había avanzado lo suficiente como para creer que podía hacerlo cambiar al Kai que conoció, y no ese que llegaba ebrio todas las noches.

-Pero él va a cambiar, de eso yo me encargaré...él me ama.

El chico se puso de cuclillas delante de Taemin y con total dulzura le pasó una de sus manos por el cabello. Le sonrió y ante tal acción Taemin comenzó a llorar.

-Taemin, eres una persona joven todavía, me limito a decir que de la misma edad que yo; Yo experimento a diario lo que es el amor, y te puedo apostar por lo que tú me pidas que eso no es amor; es dependencia Taemin.

-¡no es verdad! Él me ama...

-Cariño, las persona nunca cambiarán por alguien más; tienen que hacerlo ellas mismas, su propia convicción es lo que los hará cambiar. Eres tierno y buena persona, se te ve a simple vista, no mereces vivir así, con moretones debajo de tu ropa.

-¿entonces qué es amar?- preguntó Taemin.

- Eres una persona demasiado linda como para que alguien se esté aprovechado de ti; demuéstrale que sin él tú eres valioso, aprende primero a amarte a ti y después podrás amar.

Me anotó una dirección y un número de teléfono; Alguien lo llamó a lo lejos. Quise detenerlo pero no tuve la confianza para hacerlo.

-dime tu nombre

-ya te dije que no ocupas saberlo, sólo recuérdame como "Esmeralda"

Se bajó sus lentes y pudo ver dos ojos color verde, como las esmeraldas.

Él desapareció sin más, y Taemin al quedarse en esa banca comenzó a llorar. Había estado tanto tiempo sólo ante aquella situación, y ahora comenzaba a analizar las cosas; era verdad, y si él no salía de esa casa, Kai lo terminaría destruyendo. Así que regresó, hizo maletas y sin hacer ruido decidió salir con la idea que por más que quisiera jamás regresaría con Kai.

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El ruido de la tetera que anunciaba que el agua estaba lista, hizo que se despertara. Había pasado tanto desde la última vez que soñó ese encuentro que le resultaba palpable, como si aquello hubiera ocurrido en la mañana. Miró al papel con el número y lo volvió a tomar, iba a volver a intentar la llamada. Tomó el té que le regaló Kai y con total melancolía por su partida lo preparó.

Fue por el teléfono y volvió a teclear el número mientras se servía el té en una taza y comenzaba a darle ligeros tragos. Primer intento fallido, mas no se rindió, y volvió a teclear una segunda vez. Se terminó el té de su taza. Tenía un sabor muy peculiar, no sabía a la concentración que él estaba acostumbrado, sí sabía a rosas pero no tan fuerte como a él le gustaba. Mientras iba a la cocina por una segunda taza, comenzó a toser.

No era normal que él tosiera si no había presentado antes síntomas de estar enfermo; y se le comenzó a dificultar, ya que sentía que comenzaba a sudar frio, se comenzó a marear, y fue tan fuerte, que la taza se le resbaló de las manos. Cayó al piso de rodillas, todavía con el teléfono en su mano, sentía que el pecho se le comenzaba a cerrar ¿qué le estaba pasando?

Alzó con todas su fuerzas uno de sus brazos, hasta la barra de noche donde había puesto la bolsa del té y la vació enfrente de él. Entró en pánico al ver revuelto con los pétalos, semillas de trigo.

-Maldita sea Kai, y yo que confié en ti...

-Intentó levantarse pero la presión en su pecho era demasiada como para levantarse. Se fue gateando hasta su habitación e intento sacar de su cajón de noche las pastillas para la alergia. Apenas y pudo tomarse una pastilla cuando se dio cuenta de que la llamada ya había entrado.

-¿bueno? ¿Bueno?

-Taemin quiso contestar, pero de repente sintió sus ojos muy pesados y todo se volvió negro.

Volviendo a amar [2MIN] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora