Un nuevo comienzo

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Hoy había invitado a salir a Taemin, tenía que empezar desde cero con él, verlo cómo lo que era, cómo un chico con él cual tenía la oportunidad de comenzar desde cero. Sólo una duda quedaba en mi mente: ¿por qué me había dicho que no jugara con él? Eso me hace pensar que algo le pasó en el pasado, pero no tengo que sacar conclusiones todavía.

-Minho- decía Taemin entre risas- a mí no me gusta el violín.

Había decidido traerlo a una presentación al aire libre. De nuevo me había equivocado. Estaba tan acostumbrado a venir aquí con Francesco que creí buena idea traer aquí a Taemin. Tengo que reconocer que todavía de repente pienso que s Francesco hasta que veo sus ojos color miel y sus sonrisa.

-vamos a cenas comida Francesa...

-perdona Minho, no me gusta. Prefiero la italiana.

Suspiré resignado. Tenía que cambiar mi rutina, no podía conservarla para toda la vida, era momento de comenzar a cambiar, a si fuera poco a poco.

-Tae, ¿y si la cita la diriges tú? Enserio, yo no te conozco y quiero saber sobre ti.

Taemin me sonrió, movió la cabeza con signo de aprobación, tomo mi mano y comenzamos a caminar por el centro de la ciudad, hasta que Taemin se detuvo afuera de un restaurant de comida italiana. Entramos y nos sentamos en una mesa en la terraza del restaurante.

-Taemin, esta noche, quiero que me cuentes todo lo que te gusta y lo que no.

-¿Por qué tanta urgencia?

Porque ocupo meterme en la cabeza que eres alguien diferente...

-Te dije que quiero ir enserio contigo, quiero conocerte.

Se tornó pensativo y luego me miró con sus ojos amielados y una sonrisa

-me gusta bailar, salir de noche, las estrellas, las rosas y los tulipanes; adoro el piano, se hablar inglés y francés, aunque el francés lo aprendí por obligación...

Hizo una mueca al contar sobre el francés que fue inevitable que no me riera. Tenía ademanes cuando hablaba que lo hacían ver adorable, como que no podía dejar en paz sus manos, y esa manera en la cual se enfocaba en la copa de vino y luego me veía a los ojos era adorable: Taemin era adorable.

-¿me puedes decir por qué dijiste que no querías que jugara contigo?

Le pregunte a Taemin; sonrió de medio lado y con la yema de su dedo comenzó a juguetear por el borde de su copa, mirándola fijamente.

-Yo...sólo te diré que alguien me hizo mucho daño hace cinco años; y por ello ya no quería volver a sentir nada; hasta que llegaste tú.

Él fue sincero conmigo y sentí la necesidad de contarle sobre mí.

-Yo perdí a mi prometido. Fue hace cinco años y fue un golpe muy fuerte para mí. Por ello, yo no quería involucrarme con nadie hasta que te conocí.

No podía decirle que me atrajo por su parecido a Francesco, me tomaría por un loco, al menos todavía no lo consideraba tiempo de decírselo.

-Entonces ambos buscamos lo mismo: alguien que no nos lastime de nuevo.

Taemin levanto su vista, sus ojos se veían divinos con la luz de la terraza y sus labios ligeramente pintados por el vino. El silencio se hizo entre nosotros. Él realmente era todo lo contrario a Francesco, en personalidad eran dos polos opuestos y eso me encantaba.

Terminamos la cena, pagamos, Taemin me tomo del brazo y me llevó caminando por las calles iluminadas, pues la oscuridad de la noche ya se había hecho presente. Seguí caminando hasta que llegamos a un pequeño bar donde tenían música de todo tipo para bailar; Taemin bailó hasta que no pudo hacerlo más y lógicamente lo hizo conmigo, y no paró hasta que pudo hacer que bailara sin pisarle los pies.

La noche comenzó a avanzar y Taemin me llevo a muchos lugares, no sabía que había tanto movimiento en la ciudad de noche; tenía cinco años de meterme a dormir apenas daba las diez, sumido en mis pensamientos, y él tan lleno de vida, eso me hacía pensar: ¿de dónde sacó tanta fuerza para seguir adelante si le rompieron el corazón?

-Tengo que llevarte a un último lugar. – me dijo Tae.

-Por mi está bien, vamos.

Tomamos un taxi y este nos dejó afuera de un hotel.

-aquí es donde vivo. – Dijo Taemin orgulloso- acompáñame.

Y así lo hice. Su departamento era el último del edificio por lo cual tomamos el elevador. Saco las llaves de su chaqueta y me invitó a entrar. El lugar era amplio, con muebles y decoración en color roja que contrastaba con las paredes blancas y muebles color chocolate. De las paredes colgaban algunas pinturas de flores, eran el toque perfecto a mi parecer.

-Ponte cómodo, prepararé chocolate.

-¿Por qué me trajiste aquí Taemin? –dije con total curiosidad.

-es una sorpresa, tu sólo hazme caso y siéntate en el sillón.

Hice lo que me pidió, y un poco inquieto me senté. Para desviar un poco mis nervios prendí la televisión y puse algún partido de fut-bol que estuviera en transmisión en ese momento. No había visto la hora: las 6:00 a.m. no podía creer que hubiera estado despierto tanto tiempo como si nada.

-Bien, aquí está el chocolate. Ahora el último lugar que te quiero mostrar, y mi lugar favorito.

Se acercó a la ventana y desplazó las cortinas, pude ver que era una pequeña terraza la cual tenía algunas plantas, y tenía la vista de unas montañas a lo lejos; estaba orientado hacia la parte menos poblada de la ciudad, por lo cual casi no había luz.

-las estrellas se ven preciosas...-exclamé.

-Lo sé.

Me dio el chocolate caliente y salimos a la terraza. Esta tenía sillones para sentarnos, eran de . Me senté y tomé el chocolate entre mis manos. No recordaba haber tenido una experiencia tan agradable en tantos años...

Taemin se sentó y enseguida nos cubrió con un cobertor.

Ahí estábamos los dos, viendo las estrellas y a la espera del amanecer, cubiertos con una cobija y tomando chocolate. Después de tanto tiempo hundido en una soledad y una depresión que no tenía salida, por fin, después de tanto tiempo, me siento cómodo entre otra persona.

Taemin puso su taza en la pequeña mesa de centro junto con la mía, y después recargó su cabeza contra mi pecho.

-Hoy fue un día increíble Minho.

-querrás decir noche, estuvimos caminando toda la noche.

-si...pero...cuando estaba realmente deprimido salía a caminar y perderme entre la multitud. Quería olvida que estaba triste, que él me había...fallado así.

-Yo me encerraba y bebía hasta que perdía la conciencia. Creo que tu solución fue más sana que la mía.

-No lo creo. Yo hice cosas muy estúpidas en el pasado. Minho...

Me dijo incorporándose un poco, y mirándome con unos ojos que ya se cerraban solos por el sueño.

-prométeme que no me harás daño Choi, que vas enserio conmigo, si no, que esto se termine ahora...

Lo tomé de la nuca y lo aproxime a mí, lo besé de manera apasionada, profunda y él apenas me podía seguir el ritmo pues ya estaba en exceso cansado.

-No te quiero lastimar Tae. No puedo porque cada día que paso contigo, cada segundo que estás conmigo, encuentro una razón más para enamorarme de ti.

-Minho...

Se volvió a recargar sobre mi pecho y se quedó profundamente dormido. Laluz comenzó a aparecer en el horizonte, tenía tanto tiempo de no dedicarleatención a la salida del sol que me parecía hermosa. Sentía que había renacido.Sentía que un ciclo de mi vida se había cerrado, y ahora, era tiempo de queTaemin ocupara mi corazón. 

Volviendo a amar [2MIN] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora