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Aún no me podía quitar la imagen de la cabeza.

Aquel tipo llorando abrazado al cuerpo del pelirrojo susurrando una y otra vez, como en trance "Lo he matado, lo he matado" .

Solo por un instante, me permití observarle con total libertad.

Se había quedado inconsciente por la pérdida de sangre, así que no podía enterarse.

Fue gracioso, porque solo en ese instante me di cuenta de que era muy atractivo.

Me separé al ver cuánto me había acercado inconscientemente y rebusqué en mi mochila otra venda para reemplezar la actual, que ya se había empapado de sangre.

Levanté el borde de su camiseta intentando no moverle mucho.

Pero me detuvo una mano alrededor de mi cuello.

- ¿ Qué haces ? - mascullé tratando de apartarlas.

Su mirada color ámbar se había oscurecido hasta el punto de que sus ojos parecían completamente negros(o quizás me lo parecía por la falta de luz al ser de noche)y había vuelto a adquirir un semblante inexpresivo, como si no fuera consciente de lo que hacía. Y quizás no lo fuera.

- ¡ Suéltame ! - ordené reteniendo las lágrimas que se acumulaban en mis ojos,pero su mano no hacía mas que apretar mi cuello, cortando mi respiración.

Hice ruidos con mi garganta,tratando de coger un poco de aire.

Casi notaba mi cara ponerse de color lila.

Y entonces, cuando ya creía que por fin iba a cerrar los ojos para siempre, la mano se abrió.

Y yo me estrellé contra el suelo.

- Qué.. yo .. - tartamudeó él.

- ¡ No te acerques ! - grité temblando mientras retrocedía y me ponía en pie. Me llevé las manos a mi cuello asustada, y tomé grandes bocanadas de aire, asegurándome de oxigenar todo mi cuerpo.

- Lo siento, dios, lo siento - sus ojos se aguaron como los míos.

- No te acerques - volví a susurrar alzando una mano en señal de stop.

Me alejé un poco, sintiendo como sus manos todavía se cerraban en torno a mi, y me acurruqué contra el tronco de un árbol en el suelo.

Reprimí otro sollozo, pero al final lo dejé ir.

Lo único que se oía en todo el bosque era ahora mi llanto. Y uno más silencioso, quizás el de él.

Estado: FugitivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora