Solté un grito de frustración mientras me bajaba de un salto de la moto y dejaba que cayera enfrente del portón de la casa.
¿ Por qué diablos habían tenido que ir el mismo día que yo al stock ? ¿ Tan mala suerte tenía ?
Abrí la puerta de la cocina de una patada, y me senté en uno de los taburetes de la mesa. Dejé la mochila encima de ella, e intentando no mover mucho el brazo, me quité la chaqueta.
Hice una mueca al ver la herida. Había mucha sangre, pero por suerte, la bala solo me había rozado y la herida no era profunda, sólo superficial. Con suerte, en tres días podría mover el brazo sin sufrir por ello.
Solté varios gemidos de dolor mientras me cosía a mi misma. No era la primera vez que lo hacía, pero era difícil ver donde metía la aguja con los ojos llorosos.
Sólo cuando terminé de curarme la herida y me senté en el sofá con la mochila de las provisiones, pensé en lo que acababa de pasar ; otras decenas de personas habían muerto a manos de los Despiertos.
Estaba tan preocupada en sobrevivir, en salvarme a mí misma, que se me había olvidado completamente que la humanidad entera estaba muriendo.
Que la raza humana estaba desapareciendo.
Ya solo deberíamos de quedar unos miles.
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Estado: Fugitivo
Science FictionNos llaman Despiertos. No somos solo humanos, ni solo alienígenas. Somos una mezcla, un híbrido. Hemos vivido como cualquier otro. Somos tus vecinos, tu profesor, tu mejor amigo.. Siempre hemos estado entre vosotros. Hasta que, tras La Invasión, nue...