Game Over 》Rubius

9. Te veo esta noche

Hacía dos días que el tema de la apuesta venía rondando en mi cabeza. Hacía dos días que me encontraba todo el día en su totalidad pensando en eso. Me sentía mal por que existía la posibilidad de que la aceptara. Y realmente no era la clase de chicas que tenía relaciones abierta con cualquier hombre que se cruzara en mi camino. Es mas, siempre había estado en contra de eso. Lo respetaba, si. Pero era del tipo que se enamoraba y se imaginaba casada con un chico y formando una familia.

Anhelaba eso. Quería querer a una persona y que esa persona me quisiera a mí de la misma forma. Aunque para ser sincera, cada día me parecía mas imposible. Como una utopía, mientras mas me acercaba a eso, la idea de ser feliz al lado de una persona, se alejaba.

Siempre me había ido mal en cuestiones del amor. Por lo que estaba considerando una respuesta positiva a esa propuesta. Como para decirle a mi yo amante del amor, que estaba bien sentir amor cada tanto, pero que también estaba bien divertirse de vez en cuando.

''Sin enamorarnos''

''El que se enamora, pierde''

Se repetían esas frases una y otra vez en mi cabeza. Como preguntándome si eso, era posible. Si yo podía ser capaz de estar con una persona sin enamorarme. Toda mi vida había sido fanática del amor. Pero creí que era el momento oportuno de dejar eso de lado.

—¿Vas a contarme por qué tenes esa cara o vas a seguir poniendo excusas malísimas para no decírmelo? —mi hermana habló, sacándome de mis pensamientos. Ella se encontraba sentada a pocos metros de mi cama, editando el video que habíamos grabado por la mañana. Yo la miré e intenté buscar una excusa un poco más creíble que las anteriores.

—No me pasa nada, extraño los alfajores Argentinos —ella rió —¿Qué? ¿Vos no? —pregunté intentando llevar la conversación a otro lado, lo cual fue totalmente en vano.

—¡Por favor! —exclamó quitándose los auriculares y mirándome. Yo miré mi celular que se encontraba apagado en mis manos —¿De verdad crees que me voy a comer esa pavada, Zoe? Te conozco desde que nací. Es una excusa demasiado mala decir que tener cara de retraída mental hace dos días por un puto alfajor —yo reí. Tenía razón.

—Yo... No sé. No se que me pasa en realidad —dije. En un punto tenía razón.

—¿Es por un chico? —ella preguntó. Yo pensé la respuesta por varios segundos. La verdad, es que si analizábamos la situación, técnicamente la respuesta era un si, por lo que finalmente asentí levemente y ella me observó como conectando las ideas de su cabeza hasta que finalmente su boca hizo una perfecta ''O''.

—¿Qué? —pregunté preparándome para cualquier respuesta estúpida que pudiera salir de su mente retorcida.

—¡Es Rubén! Es obvio que es Rubén —dijo golpeando su frente con su mano. Yo reí y negué.

—Si, pero no es lo que pensas.

—No... Yo no pienso nada —dijo divertida riendo —Es lo que me demostras con lo que haces. Hace dos días que estas pensando en el, es obvio que te gusta.

—Clara, primero que lo conozco hace poco y segundo, que es un idiota. Te lo voy a contar pero prometeme que no te vas a enloquecer.

—¡Siiii! —gritó moviendo sus brazos como una loca. Yo reí.

Luego de contarle todo lo que había pasado en la fiesta, y también, de no olvidarme el detalle de que Axel me había enviado un Whatsapp, ella evidentemente si se puso como loca. Empezó a gritar que iba a viajar a Argentina a cortarle las bolas a su ex cuñado, es decir a mi ex novio, entre otra clase de torturas inventadas por ella que de solo oírlas me producían dolor. De verdad estaba muy mal de la cabeza.

—Ahora, dejando a EL IDIOTA de lado —dijo moviendo sus manos a modo de que pareciera que anunciaba el titular de un diario —¿Qué le vas a decir al bonito de Rubius? —yo la miré totalmente mal —Aw se pone celosa —dijo provocando que yo pusiera cara de asco y la golpeara con mi almohada.

—No sé que decirle, la verdad —dije y suspiré llena de frustración —Estoy harta de siempre preocuparme por los demás y de ser la buena de todas las relaciones pero tampoco quiero que piense que soy una puta por decirle que si.

—No sos una puta y eso lo sabemos —dijo y yo asentí desganada —Lo que piense el no importa —dijo quitandole importancia —El problema estará si te enamoras de el.

—¡Eso no va a pasar Clara! —dije un poco irritada mientras undía mi cara en la cama. Ella rió y acarició mi cabeza —Me siento una inexperta en todo esto.

—¿En qué?

—En ser una ''Sin sentimientos'' —dije haciendo unas comillas con mis dedos.

—Será cuestión de aprender —dijo mientras fruncía el ceño. La conocía tanto que sabía que en tres segundos iba a salir con una de las suyas —Por suerte, tenes que admitir que está bastante bueno.

—¿Qué cosa? —pregunté no entendiendo.

—Rubius, idiota —dijo ganándose otro golpe de mi amada almohada. Rió y luego de un rato mas hablando del tema decidimos bajar a comer algo.

Me había convencido, después de horas y horas intentado hacerme según ella ''Entrar en razón'' para que le escribiera a Rubius diciéndole que aceptaba la apuesta. Por lo que me encontraba en el patio de la casa de nuestra tía, sentada en el césped junto con ella que no quitaba los ojos de mi teléfono.

Me miraba insistente para que comenzara a escribir el mensaje. Tenebrosa, por estúpido que suene. Tenía miedo. Pero por suerte, era de esa clase de personas a las que el miedo no las paralizaba sino, que las hacía accionar.

Por lo que sin mas dilatación del asunto, abrí la aplicación de Whatsapp.

Entre mis contactos, lo encontré. Rubius. Sonreí al ver su foto de perfil. En ella, aparecía con sus dos gatos. Sabía que eran sus gatos, porque las veces que lo había visto, siempre hablaba de ellos. Podía admitir, aun sin conocerlo en profundidad que los amaba demasiado. Eso hacía que pensara que el era buena persona y que esto no podía salir tan mal.

—Dale, ¿Qué miras? Hablale —dijo Clara con una sonrisa que cruzaba su rostro y un brillo de diversión en sus ojos.

Finalmente lo hice.

Yo: Acepto.

El no tardó en responder. A los pocos minutos, una respuesta se hizo escuchar en mi teléfono por lo que yo y mi hermana leímos a la par.

Rubius: Eso es genial, guapa. Te veo esta noche.

¿Qué había hecho?