Capitulo 19

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Estoy asombrada como el tiempo pasa tan rápido, ya hace un mes que estoy viviendo totalmente sola sin Lucas y lo tengo que admitir, lo extraño como nunca me había imaginado extrañar a alguien.
Cada vez dolía menos pero aún lo hacía, con tan solo recordar los momentos con él caía de nuevo en una depresión, lloraba todos los días extrañándolo, añorándolo, él para mí fue un gran apoyo, me ayudo mucho y en eso estoy agradecida por él.

Hay veces que tuve ganas de llamarlo, lo sé soy una total masoquista, pero solo quería escuchar su voz. También extrañaba mucho a los trogloditas, ellos se habían convertido en personas importantes para mí.

Cada vez que llego a casa me imagino encontrarme a Lucas o a los chicos haciendo bromas entre ellos, imagino que están conmigo pero de pronto vuelvo a la realidad y me encuentro con un departamento vacío sin nadie esperándome, sin ruidos, en un total silencio que me da miedo. Tengo mucho miedo quedarme sola, sin nadie con quien compartir.
Tengo que acostumbrarme a esto, a mi nueva realidad, una realidad que no quiero, no deseo tener, esto era lo que ellos querían que me quede sin nadie, sola. Sin mucho esfuerzo, ellos están logrando lo que se habían propuesto, estoy sufriendo, ellos sabían que uno de mis miedos más grande es quedarme sin absolutamente nadie, sin nadie con quien conversar, compartir o simplemente así sea que no compartamos mucho pero saber que está aquí conmigo y no estoy sola.

Me dolía todo esto lo que me estaba pasando.
En el trabajo hacía como si nada pasara, creaba una película que solo yo sabia que no era como hacía creer a los demás, me hacía la fuerte cuando no era así, trataba de sonreír todo el tiempo aunque por adentro estuviera llorando, eso se había convertido mi vida, en una apariencia total.

Me consumía todo el día en el trabajo, hasta trabajaba horas extras todos los días con lo tal de no llegar a mi departamento, me mataba en el trabajo para no sentirme sola y entretenerme en algo.

Estaba tratando de ahorrar dinero para poder arreglar mis papeles y poder regresarme a mi país, extrañaba mucho a Mery, Sabrina y Edwin. Solo por ellos quería regresar, por nadie mas ya que mi familia era caso perdido, así como quería regresar, quería quedarme, estar de nuevo en el lugar que tanto sufrí, que me convirtió en lo que era ahora, me aterraba y eso hacía que recordará cada uno de los momentos tristes de mi apestosa vida.

Para mí los fines de semana a sido lo peor del mundo, me encierro todo el día a torturarme con cada uno de mis recuerdos y eso me está matando día a día, estoy hecha una mierda, tengo ojeras de bajo de mis ojos, mi cabello trato de mantenerlo pero está perdiendo el brillo y su toque, me da lo mismo combinar ropa y ver cuál me quedaba bien, me vestía con lo primero que encontraba, había bajado de peso perdiendo mis atributos, mis ojos eran lo que más me preocupaba, estaban gachos sin brillo alguno, tristes, llenos de dolor gritando que los salven de la oscuridad inmensa que viven.

Caminaba lentamente hacia la cafetería de Bonnie, era temprano todavía y si tomaba un taxi llegaría cuando ni siquiera estaba abierta, así que mejor era caminar para quemar tiempo.

Mientras caminaba me sumergía en mis pensamientos, esto se había vuelto una rutina diaria, mi vida se estaba volviendo tan aburrida que me tenía pena a mi misma. No socializaba con nadie, solo con Nata, con ella nos habíamos vuelto muy amigas pero hasta ahí, no le contaba nada de lo que me había pasado, una vez confíe, dos veces, no.

—Fran, otra vez llegando temprano.— me dijo Bonnie que en este momento estaba abriendo la cafetería.

—Sabes que me gusta ser puntual.—le mentí, en realidad no sólo no quería pasar más tiempo en el departamento, sino que también duermo muy poco, me despierto a causa de las pesadillas que tengo casi todos los días.

El Cambio De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora