Pasado en el presente

485 31 2
                                    

Ni siquiera pudo mirarlo, estaba furiosa por lo que acababa de hacer, fue muy grosero y absurdo de su parte. Como mayormente, Theo intentaba ser el centro del mundo. Qué tonta al pensar que ambos habían cambiado. Respiró profundo y tomó la laptop cerrada entre sus manos, si quería alcanzar a Cameron debía apresurarse y definifivamente, alejarse de su ex enamorado.
-Charlotte, por favor, tenemos que hablar esto al menos una vez -la voz de Theo se escuchó casi suplicante.
-Escucha, Theo -empujó la silla ocasionando que se arrastrara por el suelo y un sonido molesto hiciera eco, por fortuna, no había más que un persona al fondo.
-Yo lo sien... -el chico apenas sabía qué decir, seguramente su reciente acto lo atormentaba.
-Escúchame -repitió la pelirroja levantando la mirada y estando frente a frente con él- olvídalo. No debimos encontrarnos nuevamente, incluso ni debiste acercarte a mí o hablarme. Tengo una nueva vida y no creo que debas meterte en ella.
Lo miró a los ojos unos diez segundos, sintió su corazón latir con fuerza, no por quererlo, menos por nervios, por coraje, por la forma en que quería meterse a pesar de no haber un lugar. Él parecía pálido, Charlotte era la misma chica decidida, aunque mucho más que antes, ninguna se le comparaba, seguía siendo auténtica... y difícil. Con un fugaz movimiento, se apartó de él para tomar su pequeña bolsa, fue ahí cuando vio el libro, y lo agarró para devolvérselo.
-Ya lo he prestado para ti -él lo tendió a ella amablemente y con un gesto confundido y triste.
-Te aseguro que tu vas a querer leerlo más que yo. Gracias de todos modos.
Rápidamente bajó las escaleras de la biblioteca y sus pasos la llevaron hasta la salida sin que Theo pasara por su mente, debía buscar un parque con internet gratuito.
Una vez que llegó a este después de una eternidad, tomó asiento en una de las bancas disponibles y abrió la laptop.
-Por favor, puedes estar en línea, sé que puedes -murmuraba mientras la página web cargaba.

• • •

Imposible, no puede estar pasando, pensó.
Cameron tenía la mirada fija en la últimas palabras escritas en aquella conversación del Facebook. Sus puños cerrados con fuerza sobre el escritorio le daban un aspecto distinto al chico dulce... no podía morirse de celos, ella estaba en otro lado, tenía una vida, por supuesto. Se pasó una mano por el cabello al tiempo que respiraba profundo, Charlotte se estaba volviendo algo más que una amiga, lo suficientemente especial para que él terminara de ese modo.
-Dice mamá que hagas la cena, ella está agotada. -Su hermana se detuvo en la puerta el verlo con la cabeza entre las manos- ¿Estás bien? -preguntó entrando a la habitación cautelosamente.
-Ahora bajo -los dedos se perdían entre los rulos cafés por la posición en la que estaba, cualquiera pensaría que algo malo sucedió.
-Si necesitas algo... Oye, Cameron, lo que sea que pase, estoy aquí para ti. Confía en mí. Nadie sabrá lo sucedido.
-Gracias, dile a mamá que ahora bajo.
Aquello fue lo único que dijo antes de que su hermana bajara algo preocupada por cómo había visto a Cameron.
Por fin, la pantalla mostró la página de Facebook y dio click en el chat. Habían dos cosas: Estaba en visto y desconectado, es decir, llegó tarde para aclarar las cosas, sin embargo, dejó un mensaje corto.

Hoy por la noche.
Es una cita.
P.D. Debemos hablar.

• • •

Bien, ¿qué le quedaba? No quería volver a casa para atormentarse y tampoco pretendía regresar a la biblioteca para tener que enfrentar su pasado. Por más que Theo le rogara, no iba a caer en ello una vez más, Cameron estaba en medio de todo, en medio de sus pensamientos, en medio de su vida y cada vez que cerraba los ojos, ahí estaba él, como si pudiera mirarla. Si los dos se comunicaban por Facebook, quizás ya era tiempo de dar un siguiente paso, le molestaba tener que esperar para hablar con él, deseaba sentirlo mucho más cerca.
-Deberías estar en casa en este momento -su tía apareció frente a ella sosteniendo la correa de un cachorro- ella te necesita y lo sabes Charlotte.
-Sí, hola tía, mi día marcha excelente.
Perfecto, sólo eso le hacía falta para terminar con el día, el destino conspiraba contra ella con una maestría excelente, bastaba con unos segundos. Madge, su tía favorita a quien no había visto por meses después de unos problemas, mágicamente la encontró en ese parque. Y con mágicamente se refería a Theo detrás de ese encuentro "casual".
-Cariño, lo siento. -Pronunció con una voz dulce y amable a la vez que tomaba asiento a su lado.
-Tía, no quiero escuchar el mismo sermón. ¿Entiendes? Necesito respirar, necesito una vida. He estado haciendo lo mejor para no caer de nuevo -respondió metiendo la laptop ya cerrada dentro de su bolsa.
-Mi Char... -intentó colocar la mano sobre la pálida y suave mano de la chica pero ella la apartó al instante.
-Me dejaste sola, tía. No tienes derecho y aquella vez... Aquella vez todo quedó claro. Seis meses fueron suficientes para darme cuenta que puedo salir adelante sin ayuda de nadie, abrí los ojos, te lo agradezco demasiado.
-Charlotte yo no quería abandonarte, sabes que eres mi tesoro, como lo eres para tu madre. Pero la situación no estaba a nuestro favor.
-¿Sabes qué pienso? -preguntó mirándola con dolor reflejado en su rostro al pronunciar cada palabra- Pienso que son egoístas, pienso que quieren lo mejor para mí pero hacen lo contrario. Si dices quererme tanto, nunca debiste irte así. Las personas que te aman jamás te dejan caminar sola cuando saben que hay peligro.
-Tú no sabes nada, Char. Todo esto es complicado -su tía comenzó a buscar explicaciones con los labios y las manos temblorosas por aguantar algunas lágrimas.
-Tú tampoco sabes nada, tía Madge. Fue bueno verte, aunque hubiese sido mejor en otro momento, te eché de menos pero ahora me conformo con una fotografía -Charlotte se puso de pie no sin antes acabar su pequeño discurso-, ah, y dile a Theo que deje de meterse, estoy bien y ya no existe nada entre él y yo para que haga esto. Tía, ya los he superado.

Durante el trayecto de regreso a casa le pasó por la mente todas esas cosas que tuvo que dejar para encontrarse a sí misma, todo aquel proceso le costó demasiado como para volver a caer en ello. No importaba cuantos obstáculo debía pasar esta vez, seguiría luchando y además no estaba sola, tenía a Cameron desde cualquier parte del mundo para ayudarla y lo más importante, su vida actual le gustaba.

• • •

¡¿Una cita!? ¡Era una cita! Se sintió estúpidamente feliz con ese pequeño mensaje de su pelirroja que tuvo que cancelar una salida familiar al cine con el pretexto de un pequeño dolor estomacal. Incluso las preocupaciones de la tarde se esfumaron, pues si Charlotte sintiese algo por su ex, ni siquiera le hubiese escrito.

Cameron Duncan
Debes saber que pedir citas por una red social es grosero. Pero no para nosotros. Estoy aquí como acordaste.

Charlotte Anderson
¡Roooooon! No tienes idea de lo mucho que te he extrañado.

Cameron Duncan
Yo no fui quien dejó la conversación tan interesante sobre su ex. Pero si lo pienso mejor... Es NUESTRA cita. Toquemos ese tema luego.

Charlotte Anderson
Te lo tomas muy en serio, jajaja. No está mal la idea, hoy ha sido un pésimo día.

Cameron Duncan
Y como es nuestra, decido lo que quiera, ¿te parece?

Charlotte Anderson
¡Por primera vez estamos de acuerdo en algo joven egocéntrico!

Cameron Duncan
Así te agrado, además no sería yo sin mis dosis de ego. Tú lo mencionas mucho.
Sólo dime algo, Char.

Charlotte Anderson
Depende... Eres una caja de sorpresas, me sueltas cada cosa...

Cameron Duncan
Mira nada más quien se atreve a decirlo, jajaja.
¿Sigues enamorada de él? Creo... Creo que si es así, puedo ayudarte.
A hacerlo a un lado porque no quiero que nadie aparte a mi pelirroja. :(

Una risilla escapó de los labios de Lottie cuando leyó aquellas palabras, algo había en ellas que le ocasionaban ciertas cosquillas en el estómago. Cualquiera persona que dijera que las palabras no son suficientes para querer estaba equivocada, justo como Tessa Gray en Los Orígenes: "Las palabras tienen el poder de cambiarnos", y en su vida casi todo se basaba en esa simple y poderosa frase.

Charlotte Anderson
No, no estoy enamorada de él, Ron. Y sinceramente apartarme de ti es casi imposible...
De hecho... Estaba pensando que tal vez deberíamos hablar por otro lado. No sé, hay más redes sociales.

El corazón de Cameron latió con fuerza y las manos le sudaban, la distancia sólo eran números porque experimentaba todo como si ella estuviese a un lado de él, se ponía nervioso, deslizaba una mano por su cabello, su sonrisa se ampliaba y sentía una felicidad increíble.

Cameron Duncan
¿Qué tal Whats App?

Charlotte Anderson
¿Por qué no?
Sólo... Mensajes en la madrugada están prohibidos.

Cameron Duncan
Lottie, a estas alturas deberías saber que no hay prohibiciones para mi persona.

Esa noche terminaron viendo La Era del Hielo en Netflix porque a Charlotte le fascina Sid y después de eso, por fin intercambiaron sus números de celular.
Cada uno tenía una manera peculiar de ver el mundo, pero cuando ambos platicaban, parecían uno mismo contra todo.

Quiero agradecer a cada uno de los lectores que siguen esta novela, cada día somos más, hemos llegado a 600 y estoy inmensamente feliz. ♡
Lamento subir el capítulo hasta ahora, les daré otro este fin de semana.
GRACIAS A TODOS.

¿Quieres crear el nombre para shippear a Cam y Lottie? Incluso a Theo y Lottie.
Usa el hashtag #ShippeoKilometros y dinos cuál te gustaría a través de nuestras redes sociales o en comentarios. La dinámica está dentro de las obras de Wattpad.
Se dará créditos a la persona.

Redes sociales:
www.facebook.com/novelakilometros
Instagram: shellybarrera_

¿Quieres escribirle a Cam y a Lottie?
somedayatforever@hotmail.com

¡Te escriben de regreso!

Un abrazo enorme.
Twitter: @ShellyBarrera_

Kilómetros [En pausa y en edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora