Capítulo 11.

1.4K 195 47
                                    

Capítulo corto, pero importante. 

   Sus ojos me escanearon con sorpresa y con un ligero deje de desilusión; por primera vez aquellos enormes ojos que me habían cautivado, me reflejaban que la esperanza de su mundo se había debilitado gracias a mí y yo sólo pude tomar sus hombros para que no se fuera sin que antes le explicara como había sucedido todo.  

—Hay una explicación para todo. —le dije y ella sólo elevó la vista por mis hombros y al final me miro enarcando la ceja izquierda.

—Natsu, —pronunció demasiado suave para mi gusto—. No me debes ninguna explicación. —dijo y trató de retirar mis manos de sus hombros pero se lo impedí. 

—Aún quiero dártela.  —pronuncié con suplica—. Sí, admito que me acosté con Jenny. —le diije y ella agrandó sus ojos, tal vez no esperaba que se lo soltara tan rápido—. Pero estaba ebrio, no sabía lo que hacía. De verdad me siento mal.

—¿Te sientes mal? —preguntó—. ¿Te sientes lo suficientemente mal como para regresar con ella en su auto? —preguntó esta vez más alterada.

—Ella se ofreció a traerme, tenía que venir a clases, aún sea Jenny quien ofrezca su puto auto para traerme. —le respondí de la misma manera y supe desde ese momento que había marcado la guerra.

—Creí que no serías como los estúpidos retrasados con los que Jenny se acuesta. —respondió gritando por el pasillo, llamando más la atención. 

—Perdón, —ironicé como era mi costumbre—. A la otra procuraré ser más inteligente mientras esté ebrio. 

—Conociéndote , sé que no lo harás. Eres tan flojo que no moverías ni un dedo siempre y cuando...

—¡¿Qué no ves que estoy arrepentido?! —la interrumpí gritando aún más fuerte que ella—. Precisamente por ti estoy arrepentido. 

—¿Qué hice yo para que te arrepintieras? —preguntó—. ¡Oh..! Ya lo sé. Quieres mi maldita...

—No quiero tu virginidad, Luce. —volví a interrumpirla, pero esta vez a un volumen considerado para que sólo ella que estaba a unos centímetros de mí pudiera escucharme—. Mi prioridad no es acostarme contigo, no quiero hacerlo pensando que tú así lo crees. 

—Pero quieres hacerlo. —afirmó sin haber pasado desapercibido esa revelación. 

—No tengo porque mentirte. —dije aún más suave que la vez anterior, ahora estábamos discutiendo con susurros—. Si quiero. 

—¿Por qué quieres algo así? —preguntó ella, y su semblante cambió bruscamente a uno más limpio. 

—No lo sé. —admití—. Eres hermosa. —volví a venerarla y su ceja izquierda volvió a dudar de mi, por lo que añadí—: Mucho más que Jenny o alguna otra chica.  

—No te entiendo, Natsu. 

—¿Qué quieres que te diga? 

—¿Por qué con Jenny? Ella es mi amiga. —respondió ella y sus ojos se humedecieron, por lo que me acerque, pero ella retrocedió. 

 —No estaba consciente, ni siquiera lo deseaba. —la consolé pero ella se safó al final de mi agarre. 

—Pero lo hiciste. 

—Yo no quería hacerlo. 

—¿Por qué no querías? 

—¿Quieres que te lo repita? —pregunté y ella asintió no muy convencida—. No lo sé, sólo sé que me acordé de ti esta mañana cuando desperté y vi a Jenny acostada a mi lado.

 —Debes estar muy confundido, no siempre despiertas desnudo al lado de una Jenny desnuda. —respondió otra vez en mi contra y sin darme cuenta me desesperé. 

—¡¿Por qué mierdas hablamos de Jenny?! —grité y ella retrocedió todo lo que podía, porque los casilleros taparon su camino y me facilitó el arrinconarla. 

—¡Porque tú te acostaste con ella!

—¡Eso es lo que me molesta! —confesé—. Qué me repitas siempre de mi error con Jenny cuando trato de decirte que si estoy arrepentido es porque te quiero. —y con eso me llevé el estelar, con eso su rabia cesó y el asombro de los espectadores aumentó. Vi a quienes nos rodeaban y fácil encontré a toda la escuela, inclusive a la secretaria que estaba en primera fila con la boca caída, de asombro, supongo. Pero ella no fue la más expresiva. Lucy, frente a mi, se aparto de mis brazos que la aprisionaban y cuando se liberó de mi, vi como su ojo izquierdo que siempre estaba en mi contra, derramaba una lágrima. 

—Me voy a enamorar de ti. —dijo y prosiguió—. Te lo digo de antemano para no hacerme daño. Me voy a enamorar. Por ti todo lo voy a dejar, yo lo sé. Me voy a enamorar de ti, lo sé porque ya me he enamorado y es de ti.  —terminó, y si creí que yo tenía el estelar, esto me demostraba que sin duda era el de ella. Porque ella admitió algo que desde el primer minuto temía, al final ella corrompió su primer ley a mi lado, al final ella fue quien se enamoró primero del otro y yo lejos de sorprenderme, sólo me pregunté el por qué. Lejos de detenerla sólo permanecí estático en mi lugar. Lejos de ver como se abría paso en la ola de estudiantes, sólo busqué algo en mi cabeza que me diera la respuesta. Lejos de consolarla, dejé que se fuera para llorar en el baño de chicas. 

   ¿Por qué? ¿Qué hice que pudiera enamorarla tan rápido? Sólo recuerdo haber bromeado con ella o de ella. A parte, ella desde un principio me había dicho que era imposible enamorarse de mi ¿entonces por qué fue ella la primera en caer? 

   Y mejor aún ¿por qué no estoy feliz de tener el amor de la rubia?

—Eres mi héroe, Dragneel. —pronunció Rogue para matar el silencio que se había formado desde que Lucy se fuera—. Enamoraste a una chica como Lucy, ¿sabes lo difícil que es eso? —preguntó y rió, y justo cuando iba  a... seguir pensando, el timbre que exigía la entrada de los alumnos gobernó a todo el instituto y esperé a que todos despejaran el pasillo para entrar a clases, aunque llegara tarde. 

   Este día sería largo, y más si seguía pensando en Lucy. 



Enamorando al Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora